Miles de personas se manifestaron este miércoles en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, en la que fue la primera movilización callejera contra las medidas económicas de ajuste impulsadas por el gobierno del presidente Javier Milei.

La jornada, que se realiza cada 20 de diciembre en conmemoración de las personas asesinadas durante el estallido que terminó con la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, estuvo signada por el protocolo antipiquete que había sido revelado la semana pasada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que enrareció el clima, amenazando directamente a quienes pretendieran marchar.

Desde muy temprano en la mañana, el gobierno, además de desplegar a miles de integrantes de todas las fuerzas de seguridad en varios puntos de la ciudad, apostó a desalentar la marcha, colocando carteles en las estaciones de trenes con la leyenda “El que corta no cobra” y anunciando lo mismo mediante altoparlantes.

Además, de acuerdo a lo que denunciaron voceros de muchas de las entidades sociales y organizaciones políticas de izquierda que convocaron a la marcha, hubo operativos de control en medios de transporte públicos que ingresaban a la ciudad de Buenos Aires, para identificar a personas que llevaran banderas o portaran símbolos que dieran a pensar que iban a concurrir.

“Hoy comienza un camino que no tiene marcha atrás: se terminan los cortes”, expresó la ministra Bullrich antes de la movilización y, en cierta medida, lo que dijo la jerarca se cumplió.

Los manifestantes marcharon en ciertos tramos por la vereda y luego lo hicieron por la calle, aunque sin cortar ninguna avenida importante, como por ejemplo, la 9 de Julio, que usualmente queda cortada en este tipo de marchas.

Más de 100 organizaciones sociales y políticas convocaron a la manifestación que inicialmente iba a comenzar en la zona de Congreso e iba terminar en la Plaza de Mayo, pero, finalmente, se mantuvo el punto de llegada, pero no el de partida. Las concentraciones se realizaron en Diagonal Norte y Florida, y Diagonal Sur y Belgrano, las dos arterias que confluyen junto a Avenida de Mayo en la plaza más importante de la capital argentina.

Vale aclarar que en la movilización no participaron organizaciones sindicales ni tampoco políticas afines al peronismo, lo cual sin dudas repercutió en la cantidad de gente que se movilizó.

Voceros de las fuerzas de seguridad dijeron que los manifestantes fueron entre 1.000 y 2.000, pero en la realidad fueron bastante más, aunque ni cerca de los 50.000 que pronosticaban los organizadores, sectores de izquierda como el Polo Obrero y el trotskista Frente de Izquierda, entre otros.

Más allá de los números, la manifestación tuvo una enorme carga simbólica y fue por ello que el presidente Milei, junto a la ministra Bullrich, la titular de la cartera de Capital Humano, Sandra Pettovello, y otras figuras del gobierno, incluyendo la mano derecha del mandatario, su hermana Karina Milei, siguieron las alternativas de la movilización desde la sede de la Policía, situada no lejos de donde se realizó la marcha, donde monitorearon los acontecimientos.

Después de estar una hora en el lugar y ver que todo se estaba desarrollando con normalidad, el mandatario ultraderechista se retiró del lugar, luego de felicitar a Bullrich y también a las autoridades policiales.

Apenas finalizada la marcha, el dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, rechazó las acciones represivas que enmarcaron la marcha y denunció la detención de algunos manifestantes. En la misma línea, se expresó la excandidata presidencial del Frente de Izquierda Myriam Bregman.