Las autoridades de Estados Unidos, así como las de la Unión Europea (UE), están evaluando adoptar duras sanciones contra el gobierno de Kosovo que encabeza el primer ministro Albin Kurti si este no toma medidas para reducir las tensiones en el norte del territorio, donde en las últimas semanas hubo enfrentamientos entre la Policía kosovar, los soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) presentes en el país y la comunidad serbia. El origen de las tensiones fue el boicot de los serbios, apoyados por el gobierno de Belgrado, a las elecciones municipales realizadas en abril, lo que permitió a los albaneses tomar el control de los consejos locales en varias localidades del norte de Kosovo, ya que en los comicios, para los que estaban habilitados para votar 45.000 personas, sólo lo hicieron 1.500, en su enorme mayoría albanokosovares.

En el momento en el que las nuevas autoridades asumieron sus cargos, se produjeron los violentos incidentes entre los serbios y la Policía kosovar y los efectivos de la OTAN en los alrededores de los edificios municipales.

Según el documento que fue filtrado por la filial albanesa del portal Euronews y consignado por El Periódico de Barcelona, tanto Washington como la UE contemplan sanciones que pueden ir desde el congelamiento de fondos, como la suspensión del acuerdo para que los kosovares viajen sin visado en la UE, y del proceso de membresía al Consejo de Europa. Además, si las autoridades kosovares se mantienen en su postura, Estados Unidos y la mayor parte de los países de Europa occidental, principales aliados e impulsadores de la independencia de Kosovo de Serbia, contemplarían la reorganización de su presencia militar en la zona.

Con la atención puesta en la guerra de Ucrania, Estados Unidos y la UE no quieren ningún otro foco de conflicto en Europa, por lo que cambiaron su actitud de inflexible benevolencia hacia Kosovo, una exprovincia serbia que se independizó en 2008, decisión que no fue reconocida por Belgrado, que sigue considerando ese territorio como parte integral de su nación, así como a la población de étnica serbia que habita en el lugar.

El cambio de postura de Washington se reflejó esta semana en las palabras del enviado estadounidense para los Balcanes Occidentales, Gabriel Escobar, que volvió a pedir al gobierno kosovar coordinar acciones con sus socios y no actuar de manera unilateral.

Pero no sólo Estados Unidos y la UE criticaron a Kurti. El propio primer ministro de Albania, Edi Rama, lo reprochó por ignorar en principio las demandas de la UE y Estados Unidos para que convoque a nuevas elecciones en los municipios donde ganaron los albanokosovares. “Estoy convencido de que hay que convocar elecciones inmediatamente para demostrar voluntad en la desescalada de la situación”, declaró Rama el jueves, según informó Efe.

“Hay que retirar a la Policía inmediatamente. La Policía no tiene nada que hacer en edificios vacíos”, agregó el mandatario albanés para pedir la retirada de la Policía Especial kosovar de ese territorio. Rama señaló que los cuatro alcaldes albaneses electos en el norte de Kosovo, donde predomina la población serbia, podrán continuar su trabajo en otros edificios sin que sea necesaria una presencia policial que aumenta “artificialmente el espíritu de autodeterminación de los serbios en ese territorio”.

Estas demandas, junto a la participación de los serbokosovares en los nuevos comicios y el retorno a la mesa del diálogo entre los gobiernos de Pristina y Belgrado, son también las medidas que la UE y Estados Unidos demandan a Kurti para normalizar la situación. “No está en juego la suerte de Albin Kurti, sino de la República de Kosovo”, mayoritariamente habitada por población étnicamente albanesa, destacó Rama.