Las autoridades griegas informaron que detuvieron a nueve ciudadanos egipcios quienes presuntamente son los cabecillas de la red de traficantes de personas que operaban el barco pesquero que viajaba repleto de migrantes y naufragó el miércoles en aguas internacionales, a unos 87 kilómetros de la ciudad griega de Pilos, en la región del Peloponeso, causando hasta el momento la muerte de al menos 80 personas.
Entre los detenidos figura el capitán del barco, que escoró antes de hundirse, de acuerdo a lo que informó una fuente allegada al caso a AFP. Según la misma fuente, el pesquero había zarpado de Egipto sin pasajeros rumbo a la ciudad libia de Tobruk, donde embarcó a los centenares de migrantes –entre los que había ciudadanos egipcios, sirios, afganos, paquistaníes y palestinos– antes de proseguir su travesía que tenía como destino final Italia.
Las detenciones se llevaron a cabo en Kalamata, el puerto de la península del Peloponeso hacia donde fueron encaminados todos los sobrevivientes del naufragio para recibir atención médica. Según indicó la agencia griega ANA, los egipcios detenidos fueron acusados de “tráfico ilegal” de personas.
Hasta el momento fueron extraídos del agua 80 cadáveres, pero la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo “temer que cientos de personas” hayan fallecido en “una de las tragedias más devastadoras en el Mediterráneo en una década”.
Las autoridades griegas vienen informando sobre las investigaciones que se están llevando adelante al director ejecutivo del cuerpo europeo de fronteras y guardacostas (Frontex), el neerlandés Hans Leijtens, según informó el diario Kathimerini.
“Estoy en Grecia después del trágico evento de Pilos, para reunirme con la Guardia Costera griega, para comprender mejor lo que sucedió y explorar cómo Frontex puede ayudar a las autoridades nacionales”, expresó Leijtens en un breve mensaje en su perfil de Twitter, consignado por El Periódico de Barcelona. Los servicios de rescate recuperaron hasta el momento a 104 personas con vida y, aunque se mantiene en 80 la cifra oficial de fallecidos, se estima que a bordo viajaban hacinados varios cientos de migrantes más, lo que anticipa uno de los desastres más mortíferos de la historia reciente.
En este contexto, la Cruz Roja griega implementó un sistema para rastrear a los migrantes desaparecidos. Personal de la Agencia Central de Rastreo (CTA) de la organización, así como del programa Restauración de Vínculos Familiares (RFL) llegaron hasta Kalamata para continuar con las tareas de rescate.
“A medida que pasa el tiempo, las posibilidades de que aparezcan sobrevivientes se vuelven cada vez menos probables. La gente está exhausta porque ya estuvo en el mar durante días: están conmocionados y angustiados. Muchos requieren atención médica urgente”, explicó, Dimitris Chaliotis, quien se desempeña como voluntario de la Cruz Roja griega.
Por su parte, el gerente de operaciones de la entidad, el neerlandés Frido Herinckx, expresó que es “desgarrador” e “inaceptable” la muerte de migrantes en las fronteras de la Unión Europea en 2023. “El primer trimestre de este año ya fue el más mortífero registrado en la ruta del Mediterráneo Central”, agregó Herinckx.