En un discurso emitido en la noche del lunes por la televisión pública en la que fue su primera aparición pública desde que finalizó el motín encabezado por el jefe del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la acción de los insurgentes estaba “condenada al fracaso” y se congratuló de la “unidad” que mostró el país ante una rebelión “traicionera”.

El presidente ruso de 70 años, visiblemente enojado, dijo que “cualquier chantaje o forma de traer confusión a Rusia está condenada al fracaso. Tomé medidas para evitar un derramamiento de sangre a gran escala”.

De acuerdo a lo que consignó el diario británico The Guardian, Putin además agradeció a los combatientes y comandantes de Wagner que, dijo, se habían retirado para evitar un derramamiento de sangre. Sin mencionar a Prigozhin, Putin dijo que los organizadores de la rebelión “traicionaron a su país, a su gente”.

“Este era el resultado, el fratricidio que querían los enemigos de Rusia: los neonazis de Kiev, sus patrocinadores occidentales y todo tipo de traidores nacionales. Querían que los soldados rusos se mataran entre sí, querían que murieran militares y civiles, para que al final Rusia perdiera y nuestra sociedad se dividiera y asfixiara en sangrientas luchas internas”, agregó el mandatario ruso. “Se frotaban las manos soñando con vengarse de sus fracasos en el frente y durante la llamada contraofensiva, pero calcularon mal”, estimó Putin, según recogió Sputnik.

El presidente ruso dejó flotando en el aire la idea que el grupo Wagner no seguirá operando, ya que dijo que los combatientes del grupo tenían la opción de firmar un contrato con el Ministerio de Defensa, dejar las armas o trasladarse a Bielorrusia, como parte de un acuerdo negociado con el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, un estrecho aliado de Putin.

“La mayoría de los comandantes y combatientes de Wagner son patriotas. Fueron utilizados de forma encubierta contra sus compañeros de armas”, dijo Putin, haciendo clara referencia a Prigozhin.

Poco después del discurso de Putin, el Kremlin publicó un video en el que el presidente ruso aparece reunido con el jefe del principal servicio de seguridad nacional de Rusia, incluido el ministro de Defensa, Sergei Shoigú, quien fue blanco de numerosos ataques públicos de Prigozhin, quien lo acusó de no colaborar de manera eficiente con la organización que lidera.

El discurso del lunes de Putin se produjo horas después de que el líder de Wagner publicara un video en sus redes sociales en el que defendía su accionar, a la vez que negó que su pretensión haya sido derrocar al presidente.

Prigozhin dijo que la rebelión que comenzó en la noche del viernes y terminó en la tarde del sábado -el máximo desafío militar interno contra Putin en los más de 20 años que lleva en el poder- demostró que había “graves problemas de seguridad en todo el territorio de nuestro país” y que “la sociedad lo exigía” debido a los fracasos del liderazgo militar de Rusia en la invasión de Ucrania.

“No era nuestro objetivo derrocar al régimen”, dijo Prigozhin, cuyo paradero se desconoce. “Nos detuvimos en ese momento, cuando quedó claro que se derramaría mucha sangre”, continuó, describiendo el avance de un convoy militar de Wagner que iba camino a Moscú. “Por eso creemos que la demostración de lo que planeábamos hacer fue suficiente. Nuestra decisión de dar marcha atrás tuvo dos factores: no queríamos derramar sangre rusa. En segundo lugar, marchamos como demostración de nuestra protesta”, agregó.

Según el canal de noticias ruso Brief, Prigozhin había sido visto en el hotel Green City de Minsk, la capital bielorrusa, en la mañana del lunes, aunque la versión no fue confirmada. Contrariando los dichos de Putin, Prigozhin dijo que sus tropas se resistirían a cumplir funciones bajo el mandato del Ministerio de Defensa ruso, que no firmarían contratos y que el grupo Wagner podría continuar con sus operaciones en Bielorrusia, algo que, de concretarse, podría aumentar la amenaza de un ataque en el norte de Ucrania.

“Lukashenko extendió su mano y se ofreció a encontrar soluciones para el trabajo posterior de [Wagner] en una jurisdicción legal”, dijo Prigozhin al respecto.

El sitio de noticias independiente ruso Verstka mencionó que había identificado varios lugares en Bielorrusia que se le podría permitir usar a Wagner para reconstituir sus campos de entrenamiento y establecer operaciones.

Ese sería un nuevo giro para el líder de la organización paramilitar, a quien Putin acusó de una “puñalada por la espalda” en medio del levantamiento. Aunque el Kremlin había garantizado su paso seguro a Bielorrusia, los medios estatales rusos informaron el lunes que Prigozhin todavía estaba bajo investigación por la provocación de un levantamiento armado.