El expresidente Jair Bolsonaro se presentó este miércoles en la Policía Federal de Brasilia y en su declaración negó haber planeado un complot golpista durante una reunión con el senador Marcos do Val, del partido derechista Podemos y el exdiputado Daniel Silveira. Sin embargo, en las declaraciones que dio a la prensa a la salida de la sede policial, el excapitán ultraderechista reconoció que se había reunido con ambos en el Palacio de la Alvorada.

De acuerdo a lo que informó la revista Carta Capital, los investigadores policiales querían determinar el nivel de implicación de Bolsonaro en un complot descrito de manera muy confusa por Do Val en febrero.

En aquella ocasión, el senador dijo que fue contactado por Silveira –quien actualmente se encuentra preso en Río de Janeiro luego de ser condenado por reiteradas amenazas a jueces y llamamientos a un golpe de Estado– para grabar de manera ilegal al presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), el ministro Alexandre de Moraes.

La intención última de este plan sería forzar una declaración comprometedora del magistrado que sirviera de pretexto para una ruptura institucional que impidiera la asunción del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. Este encuentro entre Bolsonaro, Do Val y Silveira habría tenido lugar en diciembre del año pasado, pocos días antes del cambio de mando.

Después de su denuncia original, Do Val presentó varias versiones contradictorias del supuesto plan. En junio, el legislador fue blanco de una operación de la Policía Federal para buscar y confiscar pruebas del complot. La recolección de documentos fue autorizada por De Moraes. En sus idas y vueltas, Do Val llegó a decir que Bolsonaro dijo estar totalmente de acuerdo con la idea del golpe. Posteriormente, dio marcha atrás y afirmó que el excapitán “escuchó todo y se quedó callado”.

Los seguidores de Bolsonaro acusan a De Moraes, quien también integra el Tribunal Supremo Electoral, de interferir en la campaña electoral a favor de Lula, quien venció en los comicios de octubre y asumió en enero su tercer mandato como presidente brasileño.

El miércoles, después de declarar ante las autoridades policiales, Bolsonaro dijo a la prensa que “no pasó nada el 8 de diciembre”, el día de la reunión. El expresidente de 68 años, líder del Partido Liberal, agregó que en el encuentro, que duró aproximadamente 20 minutos, “no hubo ningún plan y no se discutió nada para que alguien grabara al ministro Alexandre de Moraes”.

El expresidente también afirmó que la transición entre su gobierno y el de Lula “fue pacífica” y que “nadie del Partido de los Trabajadores dijo no ser bien recibido ni tener problemas para acceder a información”. Finalmente, Bolsonaro dijo: “No voy a decir si él [Do Val] inventó o no. Él debe responder por sus actos”.

La de este miércoles fue la cuarta vez en el año que Bolsonaro tuvo que dar declaraciones ante la Policía Federal. La primera había sido sobre las costosísimas joyas que la esposa del mandatario habría recibido como regalo del gobierno de Arabia Saudita. Posteriormente debió comparecer para dar explicaciones sobre los actos golpistas del 8 de enero y luego por la presunta falsificación de certificados de vacunación contra la covid-19.

Fuera del ámbito penal, hace dos semanas Bolsonaro fue declarado inelegible durante ocho años por el Tribunal Superior Electoral, por haber “abusado del poder” al difundir desinformación sobre el sistema electoral brasileño.