Las autoridades iraníes anunciaron el comienzo de una nueva campaña para obligar a las mujeres a llevar el pañuelo islámico en la cabeza, por lo que la Policía de la moral volverá a salir a patrullar las calles diez meses después de que la muerte de una mujer a la que habían detenido desencadenara protestas en todo el país. La Policía de la moral se había retirado en gran parte tras la muerte, en setiembre del año pasado, de Mahsa Amini, una mujer de 22 años de origen kurdo que murió bajo custodia policial, días después de haber sido detenida por usar el velo islámico de manera incorrecta. Este hecho generó una ola de protestas inéditas en la nación islámica.
Las manifestaciones, que se extendieron por todo el país y tuvieron mucha intensidad en los meses finales del año pasado, fueron perdiendo fuerza y cesaron a comienzos de este año luego de una intensa represión que costó la vida de alrededor de 500 manifestantes y casi 20.000 detenciones, recordó la agencia Associated Press. El presidente de Irán, el clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi, lideró la ola represiva y siempre fue un firme defensor de la Policía de la moral y su activo rol represivo en las calles de Irán.
Pero luego del final de las manifestaciones, muchas mujeres siguieron ignorando las normas oficiales de vestuario, especialmente en Teherán, la capital iraní. La Policía de la moral apenas se veía patrullando las calles y en diciembre hubo incluso algunos reportes, luego desmentidos, de que el cuerpo había sido desmantelado.
Tras el triunfo de la Revolución islámica iraní en 1979, la ley iraní exige que todas las mujeres en Irán utilicen cuando se encuentran en la vía pública hiyabs que cubran su cabeza y cuello, y mantengan oculto el cabello. Los Comités de la Revolución Islámica cumplieron la función de la Policía religiosa islámica, hasta que en 2005 se estableció el Gasht-e-Ershad, o Patrulla de Orientación, conocida coloquialmente como Policía de la moral, organismo que forma parte de la Policía Nacional, cuyo control recae sobre el Ministerio de Interior.
Pero el domingo, dejando claro que el cuerpo no había sido desmantelado, el general Saeed Montazerolmahdi, vocero de la Policía, comunicó oficialmente que la Policía de la moral volvería a avisar y después a detener a las mujeres que no llevaran el hiyab en público.
La batalla por la obligatoriedad del uso del hiyab se convirtió en un poderoso tema de protesta cuando las mujeres jugaron un papel clave en las manifestaciones que surgieron tras la muerte de Amini. Las marchas rápidamente sumaron a otros sectores de la sociedad, particularmente a jóvenes que están contra el gobierno teocrático y que acusan a los clérigos que gobiernan el país de ser corruptos, represivos y vivir alejados de la realidad. Sin embargo, el gobierno iraní se mantuvo todo el tiempo en una postura inflexible y atribuyó las protestas a una conspiración extranjera. Varias celebridades iraníes se sumaron a las protestas, como cineastas y actores destacados de la reconocida industria cinematográfica del país. Varias actrices iraníes fueron detenidas tras mostrarse en público sin hiyab o expresar su apoyo a las manifestaciones antigubernamentales.