Las fuerzas israelíes comenzaron en las primeras horas del lunes una incursión con aviones no tripulados sobre las bases de varias facciones de militantes palestinos en la ciudad de Yenín, situada en el norte de Cisjordania, en lo que se considera los mayores ataques de Israel en la zona en cerca de 20 años.
Luego del ataque aéreo, la operación de los israelíes prosiguió con incursiones terrestres en el campamento de refugiados ubicado en la ciudad cisjordana, uno de los mayores focos de resistencia a la ocupación israelí. Autoridades militares israelíes dijeron que destruyeron un “centro de operaciones” que reúne a milicianos de todas las facciones palestinas y también un “laboratorio para la producción y el almacenamiento de explosivos”.
De acuerdo a fuentes sanitarias palestinas, al menos nueve personas murieron y más de 100 resultaron heridas por el ataque. Además, la Media Luna Roja informó que más de 500 familias fueron evacuadas del lugar, que debido a los daños en la infraestructura ocasionados por los bombardeos quedó sin suministro de agua ni energía eléctrica.
Esta nueva ofensiva israelí se enmarca en una intensificación de las acciones militares en Cisjordania, alentadas por el actual gobierno que encabeza el primer ministro, Benjamin Netanyahu, junto a sus socios de extrema derecha. Hace algo más de diez días otra operación sobre esta misma ciudad les costó la vida a cinco palestinos, pero las incursiones militares sobre territorios palestinos que terminan con muertes son prácticamente diarias.
Este lunes, durante una celebración por el 4 de julio en la embajada de Estados Unidos, Netanyahu dijo a los medios de prensa presentes que la operación de las fuerzas israelíes en Yenín “tiene como objetivo detener a los terroristas que buscan destruir a Israel”.
“Anoche, los soldados israelíes intentaron alcanzar sin ser detectados el objetivo más legítimo del planeta: personas que aniquilarían nuestro país”, manifestó el dirigente derechista de acuerdo a lo que consignó The Jerusalem Post.
“En los últimos meses, Yenín se ha convertido en un refugio seguro para el terrorismo, y desde ese refugio se produjeron feroces ataques contra hombres, mujeres y niños israelíes”, agregó Netanyahu, que dijo que la operación “continuará el tiempo que sea necesario para completar la misión”.
Entrada la noche del lunes, el diario israelí Yedioth Ahronoth, citando fuentes cercanas al tema, informó que alrededor de 1.000 soldados israelíes comenzarían la “segunda fase” de la operación en Yenín en las próximas horas.
Analistas citados por varias agencias señalaron que Israel no quiere que esta operación se extienda más allá de dos o tres días, porque en ese caso aumentaría el riesgo de generar un conflicto más amplio, que además podría implicar que la atención internacional se centre en sus acciones.
Precisamente a la comunidad internacional apeló el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, quien este lunes pidió que haya acciones concretas para “brindar protección internacional urgente al pueblo palestino, imponer sanciones a Israel y condenar la agresión terrorista en curso contra Yenín y su campo de refugiados”. De acuerdo a lo que informó la agencia de noticias palestina Wafa, el presidente Abbas hizo estos comentarios durante una reunión de gabinete que se desarrolló en la sede del gobierno, situada en la ciudad de Ramala. Durante el encuentro, Abbas llamó a los secretarios generales de todas las facciones palestinas a una reunión de emergencia para coordinar acciones frente a la situación.
“Ordené al gobierno y sus agencias que proporcionen todo lo necesario para fortalecer la firmeza de nuestro pueblo en Yenín y el resto de la tierra del Estado de Palestina”, dijo el presidente Abbas. Paralelamente, la oficina del presidente emitió un comunicado en el que expresó que todos los contactos y la coordinación de seguridad con autoridades israelíes quedaban suspendidos. Medios palestinos recordaron que el mandatario, líder de la organización Fatah, ya había tomado la misma medida de manera temporal durante otras escaladas de violencia en Cisjordania.