En el día inicial de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se está desarrollando en Vilna, la capital de Lituania, el secretario general de la entidad, el noruego Jens Stoltenberg, remarcó que los 31 países que integran la alianza militar se pusieron de acuerdo en flexibilizar el proceso de adhesión de Ucrania.

En este marco, la alianza militar extendió una “invitación” a Kiev para unirse a ella, aunque esta posibilidad únicamente podría concretarse en los hechos cuando las “condiciones” lo permitan. Los líderes de los países de la OTAN, los socios clave de Ucrania en la guerra que está teniendo desde febrero de 2022 con Rusia, remarcaron en la cumbre que el lugar de Kiev es dentro de la alianza, pero no inmediatamente y, sobre todo, no mientras la guerra en curso continúe.

Aunque una vez haya pasado el conflicto la adhesión ucraniana sea posible, todavía no existe un consenso total entre los aliados, en el marco de un proceso plagado de dudas e incertidumbres. De todas maneras, en el primer día de sesiones en Vilna, varios países anunciaron nuevos planes de ayuda militar a Ucrania.

El primero en hacerlo fue el presidente francés, Emmanuel Macron, quien poco después de arribar a Lituania informó que su país le brindará al gobierno que preside Volodímir Zelenski misiles de largo alcance Scalp para permitirle “defender su territorio”, anuncio que de inmediato generó reacciones negativas desde Moscú.

Algunas horas más tarde, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, informó que se acordó la creación de una coalición de más de una decena de países que colaborarán a partir del mes que viene con el entrenamiento de pilotos ucranianos en el uso de los aviones de combate F-16. Reznikov, de acuerdo a lo que consignó el portal Europa Press, dijo que 12 países, incluyendo a Ucrania, firmaron un memorando de entendimiento al respecto. El funcionario del gobierno ucraniano agradeció particularmente a los gobiernos de Dinamarca y Países Bajos por su “liderazgo” en este proceso de colaboración militar.

A pesar de que en los días previos a la cumbre algunos jerarcas ucranianos pusieron en duda la presencia en Vilna de Volodímir Zelenski en caso de que no hubiera novedades concretas sobre el ingreso de Ucrania a la alianza, el mandatario se hizo presente en la capital lituana, aunque antes de llegar emitió un mensaje en el que lamentó el contundente rechazo a una rápida adhesión de su país al bloque militar.

“Hoy me embarqué en un viaje con fe en las decisiones, con fe en los socios, con fe en una OTAN fuerte. En una OTAN que no dude, que no pierda y me gustaría que esta fe se convirtiera en confianza”, expresó el presidente ucraniano, de acuerdo a lo que recogió el diario británico The Guardian.

El tono del comunicado refleja la firme oposición liderada por Estados Unidos y Alemania de que un compromiso concreto sobre la adhesión de Kiev a la OTAN genere una escalada en la guerra y, en última instancia, provoque un conflicto directo entre el bloque y Rusia.

Zelenski dijo además que su país “merece respeto” y expresó: “Parece que no hay disposición ni para invitar a Ucrania a la OTAN ni para convertirla en miembro de la alianza”. El mandatario manifestó que esto le daría a Rusia la oportunidad de “continuar con su terror” al dejar abierta la posibilidad de que negocie la futura membresía de Ucrania en la OTAN en cualquier acuerdo de paz.

Las declaraciones de Zelenski fueron formuladas en un tono bastante poco amable, algo inusual teniendo en cuenta casi la totalidad de sus numerosísimas intervenciones previas en tiempos de guerra, en las que siempre se dirigió a sus abastecedores de armas con declaraciones cuidadosamente calibradas, destinadas a ganar apoyos cada vez más grandes para ayudar a su país en la guerra contra Rusia.

También este martes, en el primer día de la cumbre, los países de la OTAN acordaron implementar un plan de defensa colectivo, el primero adoptado por la entidad desde el final de la Guerra Fría. De acuerdo a lo que consignó la agencia AFP, el programa involucrará las tres áreas principales bajo el paraguas de la OTAN: el territorio norte de la alianza, pasando por el Ártico; la zona central de Europa, pasando por el eje oriental cerca de Rusia; y la zona sureste, que involucra el Mediterráneo y el Mar Negro.

Como el plan es colectivo, cada país miembro deberá realizar tareas específicas. La idea es promover una defensa en todos los dominios, “espacial, cibernético, terrestre, marítimo y aéreo”, según manifestó el presidente del Comité Militar de la OTAN, el neerlandés Rob Bauer.