El miércoles, medios estatales de Irán informaron que al menos 103 personas murieron y 141 fueron heridas tras dos explosiones en una ceremonia para conmemorar el cuarto aniversario de la muerte del general iraní Qasem Soleimani.

Este militar, asesinado en un ataque perpetrado con un dron estadounidense en enero de 2020 en Bagdad, era un personaje popular y sumamente influyente en la nación islámica.

Según explicó la BBC, medios estatales informaron que el primer ataque tuvo lugar a las 14.50 (hora local), aproximadamente a 700 metros del cementerio Jardín de los Mártires, alrededor de la mezquita Saheb al Zaman, en la ciudad de Kermán, situada casi 1.000 kilómetros al suroeste de la capital, Teherán.

De acuerdo a la información oficial, el segundo ataque tuvo lugar unos 15 minutos después, a aproximadamente un kilómetro del cementerio. La agencia de noticias Tasnim citó fuentes que afirmaron que “dos bolsas que contenían bombas” fueron detonadas a distancia.

La agencia estatal de noticias IRNA publicó una declaración del ministro del Interior iraní, Ahmad Vahid, en la que afirmó que las explosiones fueron un “acto terrorista”, que tendrá una “respuesta firme y destructiva en el menor tiempo posible por parte de las fuerzas militares y de seguridad”.

Vahid informó que la mayoría de las muertes fueron causadas por la segunda explosión y que se estaba llevando a cabo una investigación para identificar quiénes fueron los responsables de los ataques. Pese a que algunos representantes provinciales y estatales apuntaron a Israel, desde el gobierno se guardó cautela, porque el ataque pudo provenir de adversarios internos, informó El País de Madrid.

Por su parte, el presidente del Tribunal Supremo de Irán, Gholam Hossein Mohseni Ejei, declaró que los “perpetradores y aquellos responsables del ataque serán pronto aprehendidos y llevados ante la Justicia” y dijo que los ataques fueron llevados a cabo por “terroristas apoyados por la arrogancia”, según informó Efe.

Según informó Reuters, Reza Fallah, líder de la rama de la Media Luna Roja para la ciudad de Kermán, explicó a medios estatales que las grandes multitudes hicieron que fuera más difícil rescatar a los heridos. “Se escuchó un sonido horrible ahí, a pesar de todas las medidas de seguridad y protección. Todavía estamos investigando”, dijo.

La Media Luna Roja iraní anunció que uno de sus paramédicos fue asesinado por la segunda explosión, después de que se desplegara la asistencia para responder a la primera explosión.

Efe informó que servicios médicos dijeron a la televisión iraní que es probable que el total de muertos aumente por el número de heridos en condición crítica que llegaba a los hospitales de la ciudad. Además de las lesiones causadas por las bombas, varias personas resultaron heridas durante una estampida tras la primera explosión.

La UE respondió con una declaración en la que expresó su condena “en los términos más graves posibles” de los ataques y “su solidaridad con el pueblo iraní”. Continuó: “Este acto de terror ha causado una horrible cifra de muertes y heridas en civiles. Nuestros pensamientos están ahora con las víctimas y sus familias”.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ofreció sus condolencias a Teherán: “Acepten mi más sentido pésame por las trágicas consecuencias del ataque terrorista en la ciudad de Kermán. El asesinato de civiles que visitaban un cementerio se destaca por su crueldad y cinismo”.