La Policía Federal de Brasil allanó este lunes la casa del edil Carlos Bolsonaro, en Angra dos Reis, y su despacho en la Cámara Municipal de Río de Janeiro. El hijo del expresidente Jair Bolsonaro es sospechoso de haberse beneficiado de la información recabada en forma ilegal por la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), mediante escuchas ilegales y otras técnicas de vigilancia, durante el mandato de su padre.

El principal blanco del operativo, que se desplegó también en Bahía y Brasilia, es Alexandre Ramagen, que fue titular de la Abin en el gobierno pasado. Actualmente ocupa una banca de diputado, es un aliado cercano del expresidente y es el candidato bolsonarista a la alcaldía de Río de Janeiro para las elecciones municipales de octubre.

Por orden del Supremo Tribunal Federal de Brasil, que está a cargo de esta investigación, se dispusieron varios allanamientos en los que la Policía incautó documentos, un celular de Carlos Bolsonaro y varias computadoras, una de ellas perteneciente a la Abin, encontrada en la casa de Giancarlo Gomes Rodrigues, un militar que cumplió funciones en esa agencia durante la gestión de Ramagen, informó O Globo. Rodrigues, además, está casado con una funcionaria de la Abin.

Un exasesor de Jair Bolsonaro, Mauro Cid, había acusado a Carlos de ser el principal responsable de una estructura paralela que funcionó en la Abin para actuar contra los rivales políticos del expresidente. Hay indicios de que fueron espiados dirigentes políticos, periodistas y jueces, entre ellos dos integrantes del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes y Gilmar Mendes.

Los investigadores sospechan que esa estructura benefició a Renan Bolsonaro, otro de los hijos del expresidente, que recibió así información útil para defenderse en un caso en que es investigado por sospechas de tráfico de influencias. Se investiga si favoreció a un grupo empresarial durante el gobierno de su padre.

En cuanto a Carlos Bolsonaro, el Supremo Tribunal Federal sospecha que pudo haberse beneficiado mediante la elaboración de informes para ayudarlo en su defensa en una investigación sobre desvío de fondos públicos mediante la contratación de asesores fantasmas.

Por otra parte, el dirigente es sospechoso de haber instalado el llamado “gabinete del odio”, en la sede de la Presidencia, una estructura para divulgar noticias falsas y lanzar campañas difamatorias anónimas en las redes sociales contra enemigos políticos.

Según la Policía, los funcionarios de la Abin involucrados en este caso podrían haber cometido delitos de invasión de dispositivo informático ajeno, organización criminal o interceptación de comunicaciones sin autorización judicial.

En la casa allanada en Angra dos Reis se encontraban alojados desde el fin de semana varios integrantes de la familia Bolsonaro, que el domingo habían hecho un vivo en redes sociales desde allí. En esa comunicación, el expresidente negó que haya existido una Abin paralela durante su gobierno y criticó esta investigación. Sin embargo, en el momento del operativo, Jair Bolsonaro, Carlos, y otros dos de sus hijos -el senador Flávio y el diputado Eduardo- habían salido a pescar.

Según citó O Globo, la Policía Federal manifestó en un comunicado que busca “avanzar sobre el núcleo político” de esta trama, “identificando a los principales destinatarios y beneficiarios de las informaciones producidas ilegalmente en el ámbito de la Abin, por medio de acciones clandestinas”. Señaló que el grupo usó “técnicas de investigación propias de las policías judiciales” pero lo hizo “sin ningún control judicial o del Ministerio Público”.

Meses atrás, O Globo informó que la Abin utilizó un programa secreto llamado FirstMile, de la empresa israelí Cognyte, para vigilar la localización de ciertas personas mediante sus celulares durante el gobierno de Bolsonaro.