El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que Israel podría llevar a cabo una “limpieza étnica” en Gaza si la comunidad internacional no adopta una postura firme y decidida para impedirla.

Guterres hizo este llamamiento en un momento de crecientes bajas civiles por los persistentes bombardeos israelíes en el norte de la Franja de Gaza. El martes, un ataque en la localidad de Beit Lahia mató al menos a 93 personas  en lo que la ONU dijo que fue sólo uno de al menos siete “incidentes con víctimas masivas” en Gaza durante la última semana.

Al mismo tiempo, organismos y medios vienen informando que las entregas de ayuda humanitaria en el territorio gazatí cayeron a su nivel más bajo desde el inicio de la guerra, lo que está generando cada vez más acusaciones de que la verdadera intención del gobierno israelí es expulsar a la población palestina de la parte norte del enclave, que en total tiene apenas 360 kilómetros cuadrados.

La idea de expulsar a los palestinos es manifestada sin ningún tipo de ambages por algunos integrantes del Ejecutivo que encabeza el primer ministro Benjamin Netanyahu, como por ejemplo el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, quien es un reconocido extremista.

En un acto celebrado la semana pasada muy cerca de la frontera entre Israel y Gaza, Ben-Gvir, rodeado de colonos ultraderechistas, se mostró a favor de la reconstrucción de los asentamientos judíos en el enclave palestino. En el evento, dijo que “fomentar la emigración” de la población palestina del territorio gazatí hacia otros países es la solución “más ética” al actual conflicto.

El miércoles, en una entrevista con el diario británico The Guardian, el secretario general de la ONU, hablando al margen de la conferencia sobre biodiversidad COP16 que se está celebrando en la ciudad colombiana de Cali, sugirió que la “limpieza étnica” de Gaza había sido impedida hasta ahora por la negativa de su pueblo a sucumbir a la intensa presión para huir de sus hogares y por la determinación de los países árabes de no aceptar transferencias masivas de población.

“Haremos todo lo posible para permanecer allí y evitar la limpieza étnica que podría ocurrir si no hay una fuerte determinación por parte de la comunidad internacional”, agregó el diplomático portugués.

La semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, le dijo al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante un encuentro que ambos mantuvieron en Amán, la capital jordana, que la limpieza étnica en Gaza ya estaba en curso.

Lo mismo planteó el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, durante su participación la semana pasada en la cumbre de los BRICS en la ciudad rusa de Kazán. Abás acusó a las autoridades israelíes de lanzar desde el 7 de octubre del año pasado “una guerra destructiva, el genocidio y la limpieza étnica” en los territorios ocupados.

Por su parte, los voceros del ejército de Israel niegan estar intentado expulsar sistemáticamente a los palestinos del territorio del norte de Gaza, aunque en los hechos es lo que está pasando.

Luego del ataque del martes en Bet Lahia que causó la muerte de 93 personas, la comunidad internacional repudió de manera unánime el accionar de los militares israelíes. Estados Unidos lo calificó como “un incidente horripilante con un resultado horripilante”, y ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores francés dijo que condenaba el bombardeo y los “recientes ataques israelíes contra hospitales en el norte” del enclave palestino. “El asedio impuesto al norte de Gaza debe terminar inmediatamente”, afirmó el comunicado francés.

Mientras tanto, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, instó a las tropas de las FDI a “seguir ejerciendo tanta presión [militar] sobre Hamas como sea posible” para lograr el regreso de los rehenes israelíes.

Paralelamente, Israel sigue su enfrentamiento con las milicias chiitas libanesas de Hezbolá. Este miércoles se volvieron a registrar bombardeos en Líbano, más específicamente en varias localidades de la región de Baalbek, en el noreste del país.

También este miércoles el nuevo líder de Hezbolá, Naim Qassem, dijo que estaría dispuesto a un alto el fuego con Israel bajo términos que su organización considerara aceptables, pero señaló que aún no se había presentado un acuerdo viable.