En uno de sus últimos actos de campaña previo a las elecciones del 5 de noviembre, el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, lideró un masivo acto en la noche del domingo en el Madison Square Garden de Nueva York, en el que el postulante y varios de los oradores lanzaron numerosos insultos racistas y denigrantes, ante los aplausos del público.

Lejos de mostrar cualquier signo de moderación, el acto en el mítico escenario neoyorquino dejó clara la impronta oscura de Trump, quien de acuerdo a las últimas encuestas sigue muy parejo con la demócrata Kamala Harris en su afán por volver a la Casa Blanca.

El evento lo abrió el comediante Tony Hinchcliffe, que en una de sus primeras intervenciones expresó: “En este momento hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico”.

Estas palabras generaron una reacción inmediata en redes sociales de varios reconocidos artistas de origen boricua como Bad Bunny, Jennifer López, Luis Fonsi y Ricky Martin. Este último expresó en su cuenta de X: “Esto es lo que piensan de nosotros (...) Vota por Kamala Harris”. También se pronunció sobre el tema el cantante Residente, quien dijo: “A mis hermanos boricuas. No apoyen a esta gente, por favor”.

De acuerdo a lo que informó The New York Times, otro participante en el acto comparó a la vicepresidenta Harris con una prostituta con “proxenetas que la manejan”. Otro la calificó como “el Anticristo”. Y el reconocido presentador televisivo ultraderechista Tucker Carlson se burló de Harris —quien es hija de madre india y padre jamaicano— diciendo en un tono sarcástico que la dirigente demócrata aspiraba a convertirse en “la primera samoano-malaya, exfiscal de California de bajo coeficiente intelectual, en ser elegida presidenta”.

Con un clima caliente en las tribunas y dos horas después de lo previsto, Trump subió al escenario y comenzó haciendo las mismas preguntas que viene formulando en sus últimos actos de campaña: “¿Están mejor ahora que hace cuatro años?”. Y la multitud respondió con un rotundo “¡no!”.

“Esta elección es una elección entre si tendremos cuatro años más de gran incompetencia y fracaso, o si comenzaremos los mejores años en la historia de nuestro país”, dijo el magnate republicano de 78 años después de ser presentado por su esposa, Melania, cuya aparición sorpresiva se produce después de estar ausente en la mayor parte de la campaña electoral, de acuerdo a lo que informó Associated Press.

Ante sus seguidores, Trump se apegó al discurso que viene realizando en sus últimas presentaciones, reafirmando su afirmación acerca de que sus rivales políticos representan un “enemigo interno”.

“Nos enfrentamos a una maquinaria izquierdista masiva, corrupta y maliciosa que dirige el Partido Demócrata. Son inteligentes y crueles, son el enemigo interno, debemos derrotarlos”, expresó Trump.

El expresidente, en tono profético, describió la fecha de su posible elección como un “día de liberación” de lo que describió como una ocupación por parte de migrantes invasores.

Siguiendo la línea de declaraciones que ha manifestado en numerosas ocasiones desde que irrumpió en la escena política estadounidense, Trump reiteró frases sobre política exterior e inmigración, pidiendo la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense y diciendo que el día que asuma el cargo “la invasión inmigrante de nuestro país se termina”.

El tono general del acto de campaña de Trump hizo que la cadena CNN lo definiera en una nota editorial como un evento rebosante de una “retórica antiinmigrante abrasadora que se ubica junto a la demagogia más flagrante de una figura importante en cualquier nación occidental desde la Segunda Guerra Mundial”.