A dos semanas de las elecciones presidenciales estadounidenses del martes 5 de noviembre, las encuestas presentan un escenario en el que Kamala Harris y Donald Trump aparecen con posibilidades de llegar a la presidencia.

Para ganar las elecciones, un candidato debe superar los 270 votos en el Colegio Electoral, que está compuesto por delegados de los distintos estados y que es el que finalmente elige al presidente.

De acuerdo con The New York Times, las encuestas indican que Harris tiene asegurados los votos de 226 delegados del Colegio Electoral y Trump, los de 219.

La clave para superar al rival es ganar en los llamados “estados bisagra”, que podrían inclinarse por cualquiera de los dos candidatos y volcar la elección con la suma de sus delegados en el Colegio Electoral. Estos son Georgia, Arizona, Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Nevada y Carolina del Norte.

El periódico elaboró un promedio de encuestas según el cual los dos candidatos prácticamente empatan en esos siete estados en los que la elección fue muy peleada en 2020. Registran los mismos porcentajes en Michigan y Carolina del Norte, mientras que Harris registra un punto porcentual de ventaja en Pensilvania, Nevada y Wisconsin, y Trump cuenta con esa misma diferencia a su favor en Georgia y Arizona. Con esas distancias mínimas, cualquier error estadístico podría implicar un cambio en los resultados de esos siete estados.

Las campañas de Harris y Trump se centran en estos últimos días en esos votantes. Este lunes, la candidata demócrata iniciaba una gira por Pensilvania, Michigan y Wisconsin acompañada por Liz Cheney, una dirigente republicana contraria a Trump e hija del exvicepresidente Dick Cheney. En el mismo sentido, en algunos territorios se movilizan votantes republicanos que apoyan a la actual vicepresidenta.

Harris visitaría este lunes una localidad de Pensilvania, Blue Wall, según informó CNN. Después se dirigiría a Chester, en Pensilvania, y Oakland, en Michigan, dos zonas en las que el actual presidente, Joe Biden, logró en 2020 superar la votación de 2016 y volcar la balanza a favor de los demócratas. La siguiente parada sería Waukesha, en Wisconsin, donde los republicanos son fuertes, pero están cayendo en las encuestas.

A su vez, Trump se disponía a visitar varias zonas de Carolina del Norte, donde logró el triunfo más ajustado en las elecciones pasadas, cuando finalmente perdió la presidencia frente a Biden.

Durante el fin de semana, Trump organizó un evento de campaña en el que se mostró cocinando papas fritas en un local de McDonald’s, en Pensilvania, en un intento de mostrarse cercano a la clase trabajadora. Aprovechó la ocasión para decir que Harris miente y que nunca trabajó en esa cadena.

“Amo McDonald’s. Y creo que es inapropiado cuando alguien dice por todas partes que trabajó en un McDonald’s […] pero nunca trabajó en un McDonald’s”, reprochó el candidato. Un funcionario de la campaña demócrata desmintió a Trump y ratificó que Harris sí trabajó en uno de esos locales en el verano de 1983, cuando era estudiante universitaria.

Por otra parte, los dos candidatos vienen advirtiendo sobre los potenciales peligros de un triunfo de su rival. En declaraciones a Fox News, Trump calificó a dos dirigentes demócratas como “enemigos internos” de Estados Unidos. Uno de ellos es la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y el otro es Adam Schiff, un congresista que acusó a su hijo Donald Trump Jr de haber intercambiado correos con una abogada rusa para obtener información que perjudicara a Hillary Clinton durante la campaña electoral de 2016, cuando era su rival por la presidencia.

“Son gente mala”, dijo el expresidente, y agregó sobre Schiff: “Quería meter a mi hijo en la cárcel [...]. Eso es un enemigo interno. Eso es una amenaza a la democracia”.

En cuanto a Pelosi, la acusó de no haber protegido a la Cámara de Representantes durante el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021. Ese ataque al edificio del Congreso fue protagonizado por manifestantes que creyeron lo que él mismo decía acerca de que eran víctimas de un fraude electoral en favor de Biden.

Harris también lanzó advertencias en estos últimos días de campaña. Se refirió a las palabras de Trump, que la calificó de “vicepresidenta de mierda” en un acto en Pensilvania, y dijo que “el pueblo estadounidense se merece algo mucho mejor”. Para la candidata demócrata, Trump “degrada” la presidencia de su país y no debería volver a ocuparla.

En Michigan, Harris dijo que Trump “se está volviendo cada vez más inestable y desquiciado, y se requiere de esta respuesta”. La candidata agregó: “Creo que el pueblo estadounidense lo está viendo en tiempo real”.