Las principales instalaciones de la empresa estatal aeroespacial y de defensa de Turquía, en las afueras de Ankara, fueron atacadas este miércoles por personas armadas. Todavía se investiga el atentado, que dejó cinco muertos y 22 heridos, pero el gobierno manifestó que, “con gran probabilidad”, fue cometido por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Los atacantes, que según la prensa turca llegaron en taxi y entraron al complejo durante un cambio de guardia del personal de seguridad, utilizaron armas de fuego y detonaron por lo menos una bomba. Mientras las ambulancias y helicópteros llegaban al lugar, continuaban los tiroteos dentro de la fábrica Turkish Aerospace Industries (Tusaş).

Un video difundido en redes sociales, que fue verificado y geolocalizado por la cadena CNN, mostró el momento en que ocurría una explosión en las instalaciones bajo ataque y, después, a una persona con un arma de fuego desplazándose por el lugar.

“Dos terroristas fueron neutralizados”, publicó el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, en su cuenta de X, de acuerdo con el diario turco Hürriyet. “Condeno este atroz ataque. Nuestra lucha continuará con determinación y firmeza hasta que el último terrorista sea neutralizado”, sostuvo.

Los dos atacantes muertos son un hombre y una mujer. “Aún estamos trabajando en la identificación de los terroristas y sus huellas digitales. En cuanto tengamos resultados, daremos a conocer qué organización estuvo detrás del ataque”, agregó después el ministro en una conferencia de prensa. “Pero al evaluar las imágenes creemos que con gran probabilidad es el PKK”, agregó, aunque no dio más datos.

En el momento del atentado el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se encontraba en la ciudad rusa de Kazán, donde participaba en la cumbre del grupo de los BRICS. “Condeno este atroz ataque terrorista”, dijo Erdogan a la prensa.

“Desde el primer momento [...], nuestras fuerzas de seguridad intervinieron rápidamente y neutralizaron a los terroristas”, agregó el presidente turco. “Ninguna estructura, ninguna organización terrorista, ningún eje del mal que apunte a nuestra seguridad podrá lograr sus objetivos”, afirmó.

El presidente ruso, Vladimir Putin, le transmitió personalmente a Erdogan sus condolencias y condenó el ataque. Lo mismo hizo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, desde su cuenta de X.

A su vez, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte, dijo que se comunicó con el presidente turco para dialogar sobre este ataque “profundamente preocupante” y le transmitió que “la OTAN está con Turquía”.

El periódico Hürriyet informó también que antes del ataque un dirigente del Partido del Movimiento Nacionalista, de extrema derecha, Devlet Bahçeli, llamó a que “todos los terroristas bajen de las montañas con sus armas y se rindan a la República Turca”. El político afirmó también que el líder del PKK, Abdullah Öcalan, que está en la cárcel, podría asistir a una actividad parlamentaria para “declarar el fin del terrorismo”. Esa posición, de acuerdo con la agencia Efe, significó un paso desde una postura más confrontativa a una más cercana al diálogo.

Después del atentado, la izquierda prokurda manifestó su condena al ataque. Señaló que ocurrió en un momento “crítico”, cuando están en marcha intentos de reavivar el diálogo con la guerrilla kurda, y llamó a “proteger la paz más que nunca”.

La empresa Tusaş pasó a formar parte del Ministerio de Industria y Tecnología en 1973, con el objetivo de impulsar la industria militar nacional. Se dedica a la fabricación de aeronaves militares, como el avión de entrenamiento Hürjet y la avioneta Hürkus, además del cazambombardero Kaan, que todavía está en desarrollo.

Para Erdogan, el ataque a esta fábrica, “una locomotora de la industria de defensa turca, se ha dirigido en contra de nuestras iniciativas de defensa, símbolo de nuestros ideales de una Turquía independiente, de la supervivencia de la nación y de la paz del pueblo”.