El martes, un panel de tres jueces del Tribunal de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia (DC) determinó que el expresidente estadounidense Donald Trump no tiene inmunidad presidencial y, por eso, puede ser procesado por intentar interferir en los resultados de las elecciones de 2020.

Trump había afirmado previamente, en el caso que fue iniciado contra él por el fiscal especial Jack Smith, que era inmune a cargos penales porque los actos de los que se le acusaba eran parte de sus deberes oficiales como presidente, lo que lo eximía de tener responsabilidad penal.

En diciembre, las reclamaciones de inmunidad de Trump fueron rechazadas por la jueza de distrito, Tanya Chutkan, que supervisa el caso penal en DC, donde se encuentra Washington, la capital estadounidense. Chutkan falló que ser presidente no “otorga un pase vitalicio para ‘salir libre de la cárcel’”. Trump apeló este fallo ante el circuito de DC, que también rechazó su reclamo de inmunidad.

En su fallo, de 57 páginas, el Tribunal escribió que el asalto del 6 de enero en 2020 al edificio del Capitolio fue “encabezado por el presidente Trump” y explicó: “A los efectos de este caso penal, el expresidente Trump se ha convertido en el ciudadano Trump, con todas las defensas de cualquier otro acusado penal. Pero cualquier inmunidad ejecutiva que pudiera haberlo protegido mientras era presidente ya no lo protege contra este procesamiento”.

El tribunal falló también que “los supuestos esfuerzos del expresidente Trump por quedarse en el poder a pesar de perder las elecciones de 2020 serían, de probarse, un asalto sin precedentes a la estructura de nuestro gobierno”.

Según explicó la BBC, el portavoz para la campaña de Trump, Steven Cheung, dijo después del fallo que el político republicano de 77 años “respetuosamente no está de acuerdo con la decisión del circuito de DC y la apelará”. Cheung agregó: “Sin inmunidad total, un presidente de Estados Unidos no podría actuar adecuadamente”.

Si se presenta una apelación, el caso podría finalmente llegar a la Corte Suprema, donde los conservadores tienen una mayoría de 6 a 3. La fecha límite para que Trump presente una apelación es el 12 de febrero.

A lo largo del caso, Trump argumentó que trataba de “asegurar la integridad de las elecciones” como parte de su papel como presidente, según informó la CNN.

Además, sus abogados afirman que Trump está protegido por la doble incriminación, dado que ya fue absuelto por el Senado durante el proceso de destitución y por eso no puede ser acusado por el Departamento de Justicia por el mismo delito.

Según explicó The Washington Post, incluso los fallos contra Trump pueden ser beneficiosos para él, ya que pueden retrasar el juicio federal en DC hasta después de las elecciones presidenciales en las que él es el favorito del Partido Republicano.

Originalmente, el juicio por intento de anular los resultados electorales, uno de los cuatro procesos penales que enfrenta, estaba programado para el 4 de marzo. Sin embargo, se retrasó la semana pasada mientras el proceso de apelación abordaba la cuestión de su inmunidad.

El fallo del circuito de DC no es vinculante en ningún otro territorio donde Trump enfrenta acusaciones penales.

En el estado de Georgia, donde se lo acusa de interferir en las elecciones estatales de 2020, Trump argumenta que la “cláusula de supremacía” de la Constitución prohíbe a los fiscales estatales acusar a un expresidente.

En la Corte Estatal de Nueva York y en la Corte Federal de Florida, Trump enfrenta la posibilidad de un juicio por actos que presuntamente cometió antes o después de ser presidente.