La inhabilitación de la dirigente opositora venezolana María Corina Machado como candidata a la presidencia en las elecciones del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro buscará la reelección, fue cuestionada por gobiernos de distintos países, entre ellos Colombia.
Tanto la cancillería colombiana como el presidente Gustavo Petro cuestionaron las dificultades que ha tenido la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) para postular un candidato, ya que tampoco pudo registrar a la historiadora Corina Yoris, que contaba con el apoyo de Machado para reemplazarla.
“El derecho a elegir no es sólo individual, es de la sociedad”, dijo Petro, y señaló que esa afirmación queda en evidencia en lo que ocurre en Venezuela con Machado y “otros” candidatos a los que “previamente” se les “inhabilitó para participar en campañas electorales por autoridades administrativas”.
Recordó que también al dirigente Leopoldo López “lo inhabilitaron en Venezuela”, y dijo que es “exactamente lo mismo” que intentaron hacerle a él en Colombia. Años atrás, el actual presidente debió recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2020 condenó al Estado colombiano por su destitución como alcalde de Bogotá y su inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Petro llamó a defender los derechos políticos sin tener en cuenta las ideologías (Machado es de derecha, mientras que el presidente colombiano es de izquierda).
“Lo que hay en el trasfondo es la necesidad de preservar el derecho político a elegir, a ser elegido, a participar en igualdad de condiciones con el Estado, que no solamente es un derecho político individual, no es solamente al individuo Petro o a otro individuo cualquiera, sino que es un derecho de la sociedad fundamental”, manifestó.
Para el presidente colombiano, la inhabilitación de Machado es un “golpe antidemocrático”, y dijo que en Venezuela “últimamente taparon las circunstancias [de vulneración de derechos políticos] con un fallo judicial”.
Señaló que esta fue la manera de bloquear el paso a una corriente política y agregó que “el pueblo determinaría si es mayoritaria o no”.
Ya desde la semana pasada, la cancillería de Colombia manifestó su “preocupación” acerca de la inscripción de “algunas candidaturas presidenciales, particularmente en lo relativo a las dificultades que enfrentaron sectores mayoritarios de oposición como la PUD y el Movimiento Vente Venezuela, entre otros”.
Señaló que esta situación puede “afectar la confianza de algunos sectores de la comunidad internacional en la transparencia y competitividad del proceso electoral que culminará con las elecciones presidenciales”.
En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, acusó al canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, de “emitir juicios falsos”, actuar “de mala fe” y de intentar “minar el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales, que ha sido promovido” por los presidentes de los dos países. También cuestionó a Petro, de quien dijo que busca “complacer los designios del Departamento de Estado de Estados Unidos”.
Acusaciones similares dirigió la cancillería venezolana hacia Brasil, que también había criticado la situación que enfrentan los candidatos de la oposición en Venezuela.
La semana pasada, ante la imposibilidad de inscribir la candidatura de Machado ni la de Yoris, la PUD registró un postulante provisorio, Edmundo González Urrutia, que según las leyes venezolanas podría ser reemplazado durante la primera quincena de abril.
El viernes, Machado agradeció a Petro y a otros presidentes de la región, entre ellos Luiz Inácio Lula da Silva, por haber cuestionado la situación en la que se encuentra la oposición venezolana.