Su nombre era Nora Morales, pero como muchas integrantes de la organización Madres de Plaza de Mayo, de la que fue una de las fundadoras, era conocida con el apellido de su hijo, Gustavo Cortiñas. Gustavo fue detenido en la provincia de Buenos Aires el 15 de abril de 1977, a los 24 años, y sigue desaparecido. “En mi hogar, el 15 de abril de 1977, pasó un tsunami, nos tocó a todos”, dijo hace unos años, cuando se presentó su biografía.

En dictadura, Nora Cortiñas recorrió los centros de detención buscando a su hijo, y marchó una y otra vez por la Plaza de Mayo para reclamar su aparición. Más tarde, en democracia, lideró Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, separada de la organización que tenía como referente a Hebe de Bonafini, y siguió militando hasta hace unas semanas. Murió el jueves, a los 94 años, sin haber encontrado a Gustavo.

Sus restos fueron velados el viernes en el Espacio Mansión Seré-Casa de la Memoria y la Vida, un predio donde funcionó un centro clandestino de detención y tortura y que ahora es un espacio destinado a preservar la memoria en el que tienen sede varias instituciones. A ese lugar acudió Cortiñas durante la dictadura en busca de su hijo.

“Queremos transmitirles que Nora estuvo acompañada y sostenida por el amor de su familia hasta el último momento y agradecemos todas las expresiones de reconocimiento y afecto que ella recibió a lo largo de su vida, y que a nosotros nos abrazaron amorosamente en estos días tan difíciles”, comunicó la familia de Cortiñas al anunciar su muerte. “Norita había sido intervenida quirúrgicamente el pasado 17 de mayo en el Hospital de Morón por una hernia que se sumó a otras patologías que agravaron el cuadro”, informó.

“Con profundo dolor, despedimos a nuestra hermana de lucha Nora Cortiñas”, manifestó la organización Abuelas de Plaza de Mayo, una de las tantas que despidieron a la militante por los derechos humanos. “Norita siempre mantuvo en alto el reclamo de juicio y castigo para los genocidas de la última dictadura y la bandera de los 30.000 desaparecidos”, agregó.

“Solidaria con todas las luchas del país y del mundo, supo conectar con las jóvenes generaciones, que la reconocen como un ejemplo de coherencia y militancia”, manifestaron las Abuelas, y eso se reflejó en la multitud de saludos de dirigentes políticos y sociales.

También la organización Hijos Capital despidió a Cortiñas: “Buscando a su hijo Gustavo se hizo madre del pueblo. Con pañuelo blanco y verde, en las luchas por justicia, con la sonrisa, con la fuerza de lo imposible”.