El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, estuvo este lunes en Madrid, donde fue recibido por el rey Felipe VI y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien le prometió al gobierno de Kiev ayudas por más de 1.000 millones de euros para sostener el esfuerzo bélico ante el incesante ataque ruso.
El mandatario, informó El Periódico de Barcelona, seguirá su gira este martes para abordar con el primer ministro Alexander De Croo el apoyo militar de su país a Kiev, incluidos cazas F-16 y la firma de un acuerdo de seguridad bilateral.
Mientras tanto, en el terreno los avances rusos se siguen acumulando. Este lunes Rusia reivindicó la toma de dos nuevas localidades en las regiones de Donetsk y Járkov, en el este de Ucrania, un nuevo avance de las tropas rusas del Kremlin frente a un ejército ucraniano cada vez más en problemas. El ejército ruso “liberó” el pueblo de Netailove, en la región de Donetsk, así como la localidad de Ivanivka, en la zona de Járkov, más al norte, indicó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
En medio de la nueva ofensiva rusa, surgieron grietas sobre el uso de armas occidentales que pueden emplearse contra el territorio ruso, de acuerdo a lo que expresaron los gobiernos de Alemania e Italia. El domingo el canciller alemán, Olaf Scholz, reafirmó que hay “reglas claras que se han acordado con Ucrania y que funcionan”, informó el portal France 24. El mandatario socialdemócrata reiteró su postura de que quiere “evitar que haya una gran guerra” más allá de Ucrania, por lo que se opone a que Kiev use armas alemanas y occidentales para alcanzar objetivos militares rusos.
Alemania, el mayor proveedor de armas a Ucrania en Europa, siempre condicionó el suministro de armamento a que este no sea utilizado contra Rusia, por lo que se negó a entregarle misiles de largo alcance Taurus.
Esta declaración del mandatario alemán tiene lugar después de que el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, afirmara que cree que los países de la Alianza deberían permitir a Ucrania emplear las armas donadas por Occidente para atacar dentro de territorio ruso. “Ha llegado el momento de que los aliados consideren si deben levantar algunas de estas restricciones impuestas a las armas que han donado a Ucrania, porque tenemos que recordar que esto es una guerra de agresión de Rusia, que Ucrania tiene el derecho a defenderse y que esto incluye atacar a objetivos en territorio ruso”, aseveró el diplomático nórdico.
En línea con Scholz, también el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajan, rechazó de plano la idea de que se usen armas occidentales contra Rusia. “Las decisiones de Kiev son las decisiones de Kiev. Pero no enviaremos militares italianos a Ucrania y los instrumentos militares enviados por Italia se utilizan dentro de Ucrania; trabajamos por la paz”, dijo Tajani en declaraciones a los medios.
Mientras tanto, desde Moscú el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que la OTAN está aumentando el grado de escalada y yendo demasiado lejos en la retórica militar. “La OTAN está aumentando el grado de escalada. La OTAN está yendo demasiado lejos en la retórica militar. Está cayendo en una especie de éxtasis militar. Esta es la realidad que tendremos que afrontar en el futuro”, dijo Peskov en una entrevista con una cadena local consignada por la agencia rusa TASS.
Al mismo tiempo, subrayó que los llamamientos de Stoltenberg para suministrar más armas y municiones a Ucrania y levantar las restricciones a su uso no pueden ser su opinión personal. “Es un funcionario. Es el secretario general de la Alianza del Atlántico Norte. Así lo percibimos”, manifestó Peskov, que agregó: “Nuestros militares también saben lo que hay que hacer”.