El gobierno federal brasileño que encabeza el presidente Luiz Inácio Lula da Silva confirmó en la tarde de este lunes la suspensión por tres años de la deuda que Rio Grande do Sul tiene con el Estado.
Además, de acuerdo con lo que informó el portal Brasil 247, el dinero que debía ser transferido será reconducido a un fondo que tendrá como principal objetivo la financiación de medidas que minimicen los impactos de las terribles inundaciones que está sufriendo el estado sureño.
El gobierno comunicó también que esta suspensión de pagos no implicará el cobro de ningún tipo de interés ni de multas. Esta catástrofe climática ya generó la muerte de 147 personas y afectó a más de un millón y medio de los 11 millones de habitantes que tiene en total Rio Grande do Sul.
“Estoy seguro de que el Congreso estudiará esta medida de manera rápida. Hay 11.000 millones de reales [algo más de 2.100 millones de dólares] disponibles en flujo financiero para los próximos 36 meses. La condonación de intereses ya anunciada supera incluso el valor del flujo, será del orden de 12.000 millones [arriba de 2.300 millones de dólares]”, afirmó el ministro de Finanzas, Fernando Haddad.
El anuncio fue realizado en una reunión virtual en la que estuvieron presentes el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, y el presidente Lula.
Durante la teleconferencia el mandatario anunció que el martes anunciará nuevas medidas para el estado e informó que lo volverá a visitar el miércoles.
Paralelamente, el diario Folha de São Paulo informó que el equipo económico que lidera Haddad está terminando de armar un plan para brindar apoyo monetario directo a familias que se quedaron sin hogar a causa de las inundaciones que asolaron la mayor parte del territorio del estado.
Según se informó, la propuesta del gobierno de Lula consistirá en el otorgamiento de bonos de hasta 5.000 reales (casi 1.000 dólares) por familia severamente afectada.
El bono previsto no tendrá restricciones de uso, lo que permitirá a las familias gastar el importe según sus necesidades inmediatas. Esto puede incluir la compra de materiales de construcción, electrodomésticos, muebles o incluso servicios esenciales, como el control de plagas y la desinfección, para permitir un regreso seguro a los hogares.
Según las estimaciones del gobierno central, esta ayuda podrá ser otorgada a más de 100.000 familias.
La enorme catástrofe que está padeciendo el estado más sureño de Brasil, además de causar muertes, desplazamientos de población y enormes costos materiales, tendrá un impacto directo sobre la actividad industrial cercano al 80%, y la desaceleración de la economía provocará un alza en el precio de los bienes, comenzando por los alimentos.
El producto interno bruto (PIB) de Rio Grande do Sul es el cuarto más importante del país, únicamente superado por los de San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais, y a nivel nacional el PIB gaúcho representa el 6,5% del total.
Un estudio realizado por la Federación de Industrias de Rio Grande do Sul consignado por el portal Poder 360 tomó en cuenta los datos de 336 municipios del estado que fueron los más afectados por las inundaciones.
El trabajo consideró los impactos por cada región del estado, dando cuenta de que en la región de la Sierra, donde se ubican ciudades tales como Bento Gonçalves, Caxias do Sul, Gramado y Canela, se está viendo afectada la producción industrial de vehículos, máquinas, otros derivados de las fábricas metalúrgicas y también de muebles.
En la región metropolitana de Porto Alegre, la capital del estado, está parcialmente detenida la producción metalúrgica, como así también la de las fábricas que trabajan con derivados del petróleo y la industria alimentaria. En la región del Vale dos Sinos, donde están São Leopoldo y Novo Hamburgo, se centra la producción de calzados, que también se ha visto resentida, al igual que lo que sucede en la región del Vale do Rio Pardo, cuya ciudad más importante es Santa Cruz do Sul, que es un importante centro de producción de alimentos, tanto de carne como de pastas, así como de tabaco.
Mientras tanto, en la región del Vale do Taquari, donde se sitúa la ciudad de Lajeado, también se está viendo severamente afectada la producción de carnes, calzados y de insumos químicos.