Seis diputados que integran la bancada del partido oficialista La Libertad Avanza (LLA) visitaron el jueves de la semana pasada la cárcel ubicada en la localidad de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, para reunirse con represores detenidos por crímenes cometidos durante la última dictadura argentina (1976-1983).

Se trata de los legisladores Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo, quienes mantuvieron un encuentro con, entre otros, Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti.

De acuerdo a lo que informó el portal LaPoliticaOnline, que fue el medio que publicó la noticia, el hecho no tiene precedentes en la era democrática y a los detenidos, si bien tienen más de 70 años, se les negaron sus pedidos de prisión domiciliaria porque fueron condenados por haber cometido delitos de lesa humanidad, como el homicidio, la tortura y la desaparición forzada.

La reunión fue confirmada a LaPoliticaOnline por fuentes del bloque libertario, que admitieron el encuentro, aunque no ahondaron en detalles. Tampoco difundieron la foto que los legisladores se habrían sacado en la cárcel junto a los represores.

“Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”, explicó Benedit, el organizador del evento, a través de un mensaje de Whatsapp que se viralizó en las redes sociales y que ratificó cuando fue contactado por el diario La Nación.

Según lo que informó ese medio, el mensaje telefónico de Benedit contiene, además, una especie de autocuestionario que defiende sin ningún tipo de ambages a los detenidos que fueron a visitar, niega los crímenes probados por la Justicia y rechaza algunos consensos básicos alcanzados desde la reinstauración de la democracia. “¿Qué edad tenían estos presos al momento que se le inventan los cargos? Entre 19 y 23 años. ¿Los cargos han sido probados? No, muchos son inventados”, señala uno de los fragmentos. Y subraya: “Vamos a hacer un escrito que dirá que no se cumplen los derechos humanos porque quienes fueron parte (terroristas) hoy se erigen en jueces y fallan en función de la venganza, la ideología y el negocio”.

“Por suerte fueron pocos y, si querés, los más polémicos y los más boludos. Se equivocaron y caemos todos. Fueron exclusivamente por eso, para ver a los represores”, le dijo un diputado libertario a eldiarioar.com.

Tres de los legisladores que fueron parte de esta polémica visita, Arrieta, Bonacci y Montenegro, tienen estrechos vínculos personales con la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien integra la familia militar y, de hecho, cuando integraba la agrupación Jóvenes por la Verdad, organizó visitas al exdictador Jorge Rafael Videla.

Dentro del oficialismo la noticia generó cierta incomodidad, pero obviamente las reacciones más fuertes provinieron de agrupaciones de derechos humanos y de organizaciones de familiares de desaparecidos en la dictadura militar.

En la misma línea, la Unión Cívica Radical también cuestionó el accionar de los libertarios y lo catalogó como “una afrenta a las víctimas, sus familiares y a todo el pueblo argentino”.

El histórico partido que preside el senador Martín Lousteau publicó en la tarde del miércoles en sus redes sociales un texto en el que advierten que “deberían tener conciencia de que visitar a genocidas y la charla amena con quienes violentaron los derechos más básicos de la ciudadanía es una afrenta a víctimas, familiares y a todo el pueblo argentino que decidió hace 40 años vivir en democracia y al amparo de la Constitución”.

Cordero, uno de los visitados

eldiarioar.com dio una lista completa de los presos que fueron visitados por los legisladores de La Libertad Avanza. Uno de ellos fue el represor uruguayo Manuel Cordero.

El militar retirado fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de Buenos Aires, en mayo de 2016, a 25 años de prisión como “partícipe necesario, penalmente responsable de privación de libertad en 11 casos”, en el marco de la megacausa Plan Cóndor y Automotores Orletti.

Cordero fue detenido en Brasil en 2007 y extraditado a Argentina en 2010.