La economía, la inmigración, el aborto y la política exterior fueron los temas centrales que se abordaron en el debate que sostuvieron el martes los candidatos a la presidencia para las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.

El duelo entre los postulantes, que seguramente será el único antes de las elecciones, ya que no hay ningún otro pactado y es difícil que lo haya, fue organizado por la cadena ABC y realizado en la sede del National Constitution Center, una entidad sin fines de lucro dedicada al estudio de la Constitución con sede en la ciudad de Filadelfia, en el estado de Pensilvania.

El debate en lo previo generó muchas expectativas, algo que mostraron encuestas realizadas en los últimos días, en las que tres de cada diez personas dijeron que estaban esperando el duelo entre los candidatos para decidir su voto.

La dinámica del debate, moderado por dos periodistas, fue ágil, y con el paso de los minutos fue dejando lugar a ataques cada vez más duros entre los candidatos.

Al final de la hora y media de cara a cara, algunas cosas quedaron claras y otras no.

En primer lugar, Harris confirmó que estuvo a la altura, marcó en muchos momentos el pulso del debate y no se mostró débil ante Trump, que justamente había salido muy fortificado del debate de fines de junio con el actual presidente Joe Biden, evento que terminó costándole la candidatura demócrata por su errático desempeño frente a su oponente.

El republicano, por su parte, que habló seis minutos más que su contrincante durante el debate, siguió por el camino que tiene marcado hace largo tiempo, criticó con dureza a Biden y Harris a quienes calificó como “el peor presidente y la peor vicepresidenta” de la historia estadounidense.

“Somos el hazmerreír del mundo”, aseveró Trump en la parte final del debate, en la que los candidatos dieron un mensaje directo a la ciudadanía.

“Es una tragedia que tengamos a alguien en la competencia por ser presidente que durante toda su carrera se dedicó a generar división”

En ese último tramo, Harris volvió a hablar de “unidad” y siguiendo uno de los ejes elementales de su encare del duelo con el republicano, dijo que su candidatura representaba el futuro, y llamó a los estadounidenses a “no volver al pasado”. Harris también fue la primera en mencionar la palabra “mentira”, mencionada en decenas de ocasiones por ambos a lo largo del áspero debate, en el que no faltaron fuertísimos ataques personales.

“Yo creo honestamente que es una tragedia que tengamos a alguien en la competencia por ser presidente que durante toda su carrera se dedicó a generar división y a hacer que los estadounidenses se apunten unos a otros con el dedo”, dijo la candidata demócrata de 59 años.

El tema inicial fue la economía y lo primero que hizo Harris fue hablar de la clase media y la trabajadora, remarcando la importancia de poder solucionar el tema de la vivienda y también el de quitarles impuestos a las pequeñas empresas.

Donald Trump y Kamala Harris durante el debate presidencial, el 10 de setiembre, en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, Pensilvania.

Donald Trump y Kamala Harris durante el debate presidencial, el 10 de setiembre, en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, Pensilvania.

Foto: Saul Loeb, AFP

Y en el primero de sus incontables ataques contra su adversario, la demócrata dijo que lo que realmente el republicano pretende es implementar un recorte impositivo a los multimillonarios.

De inmediato, Trump respondió y empezó a atacar a la actual administración; criticó los altos niveles de inflación, pero luego comenzó a hablar sobre uno de sus temas recurrentes, la migración y sobre el fracaso en esa área que tuvo Harris, quien fue mandatada por el presidente Joe Biden para encarar el tema durante el actual período de gobierno.

Tal como dijo en varias ocasiones, el magnate neoyorquino de 78 años expresó que los migrantes que llegan a Estados Unidos son “personas que vienen de cárceles” y reiteró sus palabras de que dichos migrantes ocupan los trabajos “que deberían estar ocupando afroamericanos o latinos”.

“Somos una nación en declive”, agregó Trump, insistiendo en su cuadro sobre la actual situación del país, y en uno de sus dichos más perturbadores de la noche dijo que en algunos lugares del país los inmigrantes “se están comiendo los perros y los gatos de vecinos de algunas comunidades de este país”, y agregó que, de seguir así, Estados Unidos “terminaría convirtiéndose en algo como Venezuela”.

A diferencia del debate con Biden, en que los moderadores adoptaron una actitud pasiva, en esta ocasión corrigieron a Trump. Sobre la cuestión de los migrantes y las mascotas, los periodistas dijeron que eso fue chequeado y se comprobó que se trataba de una información falsa porque en el lugar donde el republicano dijo que eso había pasado, en la ciudad de Springfield, en Ohio, no había ninguna denuncia al respecto. 

Más adelante, Trump dijo que Harris en realidad no tiene un “plan de gobierno”, sino que “está copiando el plan del presidente Biden” de quien dijo que fue sacado de la carrera por la reelección “como a un perro”.

En medio del debate sobre la economía y la guerra comercial con China que se agudizó durante el gobierno de Trump, entre 2016 y 2020, el republicano dijo sobre Harris: “Es una marxista y todo el mundo lo sabe. Su padre era un profesor de economía marxista y ella eso lo aprendió muy bien”.

El segundo tema abordado por los candidatos fue el aborto y allí Harris se mostró firme y le dijo a Trump que “no debería decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”.

La dirigente demócrata dejó clara su intención de que prevalezca el caso Roe vs Wade, litigio judicial de 1973 que marcó jurisprudencia sobre el tema, protegiendo la libertad de una mujer embarazada para elegir abortar sin excesivas restricciones gubernamentales.

Esta no es la postura de Trump que insiste en que el tema del aborto debe ser decidido por cada estado.

“Todos quieren que este tema vuelva a ser considerado por cada estado individuamente; no debe ser el gobierno federal el que lo haga”, dijo Trump, que calificó a los demócratas de ser extremistas en el tema e incluso habló de que algunos gobernadores plantearon ejecuciones de bebés ya nacidos, algo que, por supuesto, es falso.

Donald Trump y Kamala Harris antes del debate presidencial, en Filadelfia, Pensilvania.

Donald Trump y Kamala Harris antes del debate presidencial, en Filadelfia, Pensilvania.

Foto: Saul Loeb, AFP

Harris por otra parte agradeció el apoyo que recibió de líderes republicanos y recordó que muchos exfuncionarios de Trump plantearon que un nuevo gobierno del republicano sería catastrófico. El republicano dijo que aquellos que los critican son personas que hicieron mal su trabajo y que por eso fueron despedidos.

Luego, interrogado sobre el plan de deportar 11 millones de migrantes, a quienes llamó “criminales, terroristas y narcotraficantes”, Trump no dio detalles, pero dijo que la criminalidad había bajado en Venezuela porque los delincuentes de ese país están emigrando hacia Estados Unidos. “En todo el mundo la criminalidad baja, menos acá, donde la criminalidad se está disparando, [los demócratas] han destruido el tejido social de nuestro país”, argumentó el exmandatario, que además acusó al FBI de falsear las cifras oficiales.

Al calor del debate, Harris mencionó los delitos por los que fue procesado Trump a quien llamó “delincuente”. “Que quede claro donde está parado cada uno respecto al derecho”, agregó la demócrata. 

Trump contraatacó y dijo que los casos en su contra están armados por ellos desde el Poder Judicial. “Están usando al gobierno como un arma política”, dijo Trump. En el espacio en que se habló sobre política exterior, Harris dijo que “Hamas, organización terrorista, asesinó a 1.200 personas. Israel tiene derecho a defenderse, pero la manera en que lo haga, importa”, expresó la vicepresidenta, que complementó diciendo que “la guerra tiene que terminar”.

Trump afirmó que si él hubiera estado en la presidencia, no estaría ocurriendo la guerra en Ucrania y dijo sobre Harris: “Ella odia a Israel; se negó a reunirse con Netanyahu. Si ella llegara a la presidencia, Israel desaparecería en dos años”. Sobre la guerra en Ucrania, Harris dijo que se reunió con Zelenski y que defiende la integridad territorial de Ucrania.

“El armamento que le llegó a Ucrania hace que ahora Ucrania siga siendo un país independiente”, dijo. “Nuestros aliados están agradecidos de que usted no estaría en la presidencia; ahora Putin estaría en Kiev poniendo sus ojos en Polonia”, agregó Harris, ante lo cual Trump respondió que a Harris “la enviaron a negociar para evitar la guerra y tres días más tarde empezó. Ella es peor que Biden. Como negociadora es pésima; la mandaron a negociar y a los tres días había guerra”.