En su discurso de apertura de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió este martes una reforma profunda de este ámbito internacional, que en sus inicios estuvo integrado por 51 estados y que hoy reúne a 193.
“La exclusión de América Latina y África de puestos permanentes en el Consejo de Seguridad es un eco inaceptable de las prácticas de dominación del pasado colonial”, afirmó Lula.
El mandatario brasileño dijo que es tiempo de “restituir a la organización las prerrogativas inherentes a su condición de foro universal”, y darle los medios que necesita para “enfrentar los cambios vertiginosos del panorama internacional”.
Reclamó una “amplia revisión de la Carta” de la ONU, que sienta bases del derecho internacional, y también que se implementen cambios en sus principales instituciones para potenciar el papel de la Asamblea General y lograr que el Consejo de Seguridad sea más eficaz y representativo de la “realidad contemporánea”, citó AFP. Según advirtió Lula, “estamos llegando al final del primer cuarto del siglo XXI con las Naciones Unidas cada vez más vaciadas y paralizadas”.
El presidente brasileño propuso que la Asamblea General juegue un papel relevante en temas de paz y seguridad y que el Consejo Económico y Social -conocido como Ecosoc- se convierta en el principal ámbito de discusión para impulsar el desarrollo sostenible.
Por otra parte, denunció que en la ONU existe un “desequilibrio de género” que se hace evidente en que “jamás”, en casi 80 años de existencia, hubo una mujer al frente de la Secretaría General, el máximo cargo de la organización. También se refirió a la necesidad de atender problemas como el cambio climático y la pobreza. “El planeta está cansado de metas de reducción de carbono y de auxilios a los países más pobres que nunca llegan”, dijo Lula. Advirtió que es necesario abordar estos temas y remarcó que actualmente “ya no es admisible pensar en las selvas sin escuchar a los pueblos indígenas”.
“Somos testigos de una escalada de disputas geopolíticas y rivalidades”, afirmó Lula. Dijo que este año “registra el triste récord del mayor número de conflictos armados desde la Segunda Guerra” Mundial, y que los billones de dólares que se destinan a esos enfrentamientos bélicos podrían haber sido utilizados para combatir el hambre y enfrentar el cambio climático.
En su discurso, Lula, que este mismo martes participó en un foro sobre democracias y extremismos -que promovió junto al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez-, advirtió que actualmente en algunos países de América Latina “la vocación de cooperación y entendimiento se debilita”. En una alusión a la ultraderecha, dijo que “en un mundo globalizado no se debe recurrir a falsos patriotas”, ni “tampoco a la esperanza” que ofrecen “unos ultraliberales que agravan las dificultades” existentes.
En su opinión, “el futuro de América Latina pasa por construir estados sustentables, inclusivos, que enfrenten todas las formas de discriminación” y “no se intimiden frente a corporaciones, plataformas digitales o individuos que se creen por encima de la ley”. El presidente hizo estas declaraciones en momentos en que la Justicia de su país mantiene el bloqueo de la red social X, después de que la empresa no respondiera a sus requerimientos.
Por otra parte, Lula reiteró en la ONU su propuesta de imponer un impuesto global a los más ricos, y que se establezca una cooperación para establecer pautas mínimas de tributación mundial, según informó el portal Metrópoles. “La fortuna de los cinco principales billonarios aumentó a más del doble desde el inicio de esta década, mientras que 60% de la humanidad se volvió más pobre”, dijo el presidente de Brasil. “Los súper ricos pagan proporcionalmente mucho menos impuestos que la clase trabajadora”, cuestionó, y agregó que más de 152 millones de personas pasan hambre en el mundo y 733 millones están subalimentadas.
Más tarde, también el presidente colombiano Gustavo Petro dirigió críticas a la extrema derecha y al poder de los más ricos. El mandatario izquierdista, que enfrenta una fuerte oposición de algunos medios de comunicación de su país, dijo que los más poderosos son “los que dicen qué se piensa, qué se dice y qué debe ser prohibido y silenciado”.
También aludió al presidente argentino, Javier Milei. “En su poder de prohibición y censura gritan 'Viva la libertad, carajo', pero es sólo la libertad del 1% más rico de la población mundial que, en su sentir mercantil y libre, nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida”, concluyó Petro.