Un nuevo ataque de Israel contra una escuela de Gaza, en la que se refugiaban unas 12.000 personas, reavivó los pedidos de que se respete el derecho internacional y se proteja a los civiles, así como a los trabajadores humanitarios.

El bombardeo tuvo lugar en la noche del miércoles en Al-Jaouni, un centro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés).

Según el último balance, difundido este jueves, el bombardeo dejó 18 muertos, seis de ellos trabajadores de la UNRWA, incluido el director de ese centro. “Este es el mayor número de muertes entre nuestro personal en un solo incidente”, manifestó la agencia de la ONU sobre este ataque, en el que medio centenar de personas fueron heridas.

“Matanzas sin fin y sin sentido; día tras día”, dijo el titular de la UNRWA, el suizo Philippe Lazzarini. “El personal humanitario, las instalaciones y las operaciones han sido ignoradas de manera flagrante e incesante desde el comienzo de la guerra. Cuanto más prevalezca la impunidad, más irrelevantes serán el derecho humanitario y la Convención de Ginebra”, agregó el funcionario.

El portugués António Guterres, secretario general de la ONU, calificó de “inaceptable” el ataque y dijo que es urgente “poner fin ahora a estas dramáticas violaciones del derecho internacional humanitario”.

De acuerdo con la UNRWA, desde octubre más de 200 trabajadores esta agencia fueron asesinados en Gaza, y la escuela Al-Jaouni, en Nuseirat, fue bombardeada cinco veces.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, el español Josep Borrell, se declaró “indignado por la muerte de seis miembros del personal de la UNRWA” y agregó que “el desprecio de los principios básicos del derecho humanitario internacional, especialmente la protección de civiles, no puede ni debe ser aceptado por la comunidad internacional”.

También Antony Blinken, el secretario de Estado estadounidense, afirmó que “es necesario que se protejan los sitios humanitarios”, aunque también acusó a Hamas de “esconderse” en edificios civiles.

Por su parte, el ejército israelí comunicó que en este ataque mató a nueve combatientes de Hamas y afirmó que tres de ellos trabajaban para la UNRWA.

Según citó la agencia Efe, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, dijo que “terroristas que operan en edificios civiles usados previamente por la UNRWA no son 'inocentes'”, y reclamó que “antes de hacer declaraciones” se investigue “quiénes son estos terroristas, qué hicieron en el pasado y qué atrocidades estaban cometiendo cuando fueron eliminados”.

Israel enfrentado a la UNRWA

Desde hace meses la UNRWA denuncia que Israel lleva adelante una campaña en su contra. Su titular, Lazzarini, afirmó en junio que el gobierno israelí intenta terminar con esa agencia porque “encarna un compromiso internacional para una solución política” al conflicto entre israelíes y palestinos.

La UNRWA, que trabaja en Siria, Líbano y Jordania, además de en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, tiene como cometido atender a las personas que fueron desplazadas de sus hogares entre 1946 y 1948, y también a sus hijos, lo que hoy abarca a casi seis millones de personas. La situación de esos refugiados se ha mantenido como un punto de disputa en las negociaciones entre palestinos e israelíes de las últimas décadas.

De acuerdo con Lazzarini, Israel lleva adelante un “esfuerzo concertado” para desmantelar la agencia “con el objetivo de cambiar los parámetros políticos establecidos para la paz en el territorio palestino ocupado”. Este esfuerzo “incluye propuestas legislativas que buscan socavar nuestras operaciones amenazando con el desalojo de nuestro complejo y etiquetando a la UNRWA como organización terrorista”, dijo.

En enero, Israel acusó a 12 trabajadores de la UNRWA de haber participado en los ataques del 7 de octubre, en los que fueron asesinadas 1.200 personas. Esa acusación motivó que varios países suspendieran sus aportes a la agencia, aunque varios ya revirtieron esa decisión.

A lo largo de la actual ofensiva en la Franja de Gaza, hasta junio, fueron destruidas más de 180 instalaciones de la ONU en la Franja de Gaza y en ellas murieron más de 500 personas, de acuerdo con la UNRWA.

El número de muertos que dejó hasta ayer este conflicto supera los 41.000, y otras 95.000 personas fueron heridas, según las autoridades locales, pertenecientes a Hamas.

Este jueves, la Organización Mundial de la Salud informó que más de 22.000 heridos sufrieron lesiones que tendrán efectos de por vida y que requieren cuidados y rehabilitación de largo plazo. Pero ya no funciona ninguno de los tres centros de rehabilitación que existían en la Franja de Gaza y tampoco están disponibles elementos como muletas y sillas de ruedas para las personas que lo necesitan.