Por más de dos años Líbano tuvo un jefe de Estado provisorio. Desde 2022, cuando el anterior presidente, Michel Aoun, dejó el cargo, el primer ministro Najib Mikati asumía sus funciones en forma provisoria. Con esa inestabilidad política, Líbano tuvo que enfrentar situaciones críticas como la invasión que Israel lanzó en setiembre a su territorio.

Las demoras en la elección de un presidente se debieron a la falta de acuerdos en el Parlamento, el órgano que tiene la tarea de votarlo. Allí están representados los partidos, según los resultados electorales, pero también se distribuyen los escaños de manera tal que se cumpla con una cuota de representación preestablecida para las distintas ramas religiosas de cristianos y musulmanes que hay en el país.

Este jueves se llegó a un acuerdo, a semanas de que se pactara un cese del fuego de 60 días, que frenó el conflicto entre Israel y el grupo chiita libanés Hezbolá.

Ese enfrentamiento, que se extendió por 14 meses, comenzó cuando Hezbolá lanzó misiles contra el norte de Israel en apoyo a la Franja de Gaza, atacada por las fuerzas israelíes en octubre de 2023. Pero desde setiembre de 2024 se convirtió en una invasión terrestre por parte de Israel que causó amplios daños en la infraestructura de algunas zonas de Líbano y el desplazamiento de su población. Después de esta ofensiva, el país necesita recursos para la reconstrucción.

Según informó The Associated Press, Hezbolá había respaldado la elección de otro dirigente, Suleiman Frangieh, que lidera un partido cristiano minoritario y vinculado con el derrocado presidente de Siria Bashar Al Assad. Pero el miércoles Frangieh anunció que retiraba su nombre de las opciones y que apoyaba al comandante del ejército, Joseph Aoun (que no tiene parentesco con el anterior presidente libanés, aunque su apellido sea el mismo).

Así, después de 12 intentos fallidos de elegir un presidente, Aoun, de 60 años, reunió este jueves los apoyos necesarios para ser designado. Obtuvo el voto de 99 de los 128 diputados.

De acuerdo con la agencia, este era el candidato que contaba con más respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudita, los países que pueden ayudar a Líbano en la reconstrucción.

En su primer discurso ante el Parlamento después de la designación, Aoun se comprometió a reconstruir las zonas destruidas por los ataques israelíes, en particular en el sur y en la periferia de Beirut, y a diseñar una estrategia de defensa “completa a nivel diplomático, económico y militar que permita al Estado libanés luchar contra la ocupación israelí y disuadir su agresión”.

En otros pasajes de su discurso, consignados por Europa Press, prometió “iniciar rápidamente consultas para la formación de un gobierno” y “poner en marcha una administración moderna y eficaz”.

“Es necesario cambiar la visión política en lo relativo a la protección de nuestras fronteras, nuestras políticas económicas, la concepción del Estado, el desarrollo y las políticas medioambientales”, dijo. “Atravesamos una crisis de poder, de comprensión de la democracia”, dijo.

En una posible alusión a Hezbolá, que es un movimiento político pero también es una milicia, Aoun afirmó que las autoridades deben tener “el monopolio de las armas” y por eso “es necesario que el Estado invierta en su ejército para ser capaz de proteger las fronteras, luchar contra el contrabando y el terrorismo e impedir las agresiones israelíes contra el territorio”.

Manifestó también que “no se negociará sobre la soberanía ni la independencia de Líbano” y que “trabajará desde el respeto a las convenciones internacionales”.

“Mi mandato será uno de apertura hacia este y oeste, hacia la comunidad internacional, fundamentado en el respeto mutuo, la soberanía de Líbano y la libertad de decisión del país”, afirmó.

Los últimos tres presidentes que tuvo su país también eran jefes del ejército cuando fueron nombrados. En el caso de Aoun, es un militar que empezó su carrera a los 19 años, como voluntario, y acumuló una amplia formación en el extranjero. Entre sus numerosos cursos, hizo algunos en Siria y Estados Unidos.

Es considerado, además, una figura que no ha confrontado con ninguno de los diversos sectores que integran la sociedad y la política libanesa, entre ellos, Hezbolá.

De acuerdo con la agencia Efe, su popularidad dio un salto en 2021, cuando en medio de la crisis económica que afectaba y afecta a Líbano, dio un discurso crítico con la gestión de la economía y pidió medidas contra la corrupción.

Su llegada al poder fue saludada por diversos países, entre ellos, algunos que están enfrentados entre sí en la región, como Irán e Israel. También el movimiento islamista palestino Hamas felicitó a Aoun y le deseó “éxito” en “conducir al país hacia el progreso, la prosperidad y lograr los objetivos del hermano pueblo libanés en la liberación de Líbano del enemigo sionista”.