En la madrugada de este miércoles el presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, partió rumbo a Washington, donde se reunirá con funcionarios de entidades internacionales de crédito y también con representantes de la administración que encabeza Donald Trump, con el objetivo de gestionar un fondo de estabilización económica que permita garantizar el suministro de combustibles y fortalecer las reservas de dólares en el país.

De acuerdo con lo que informó el diario paceño La Razón, Paz sostendrá reuniones con organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Paz y sus asesores más cercanos en materia económica, José Luis Lupo y Gabriel Espinoza, se encontrarán además con autoridades de los departamentos de Estado, Tesoro y Comercio de Estados Unidos, y con representantes de empresas internacionales.

“El dólar va a llegar y el combustible también. Las gremiales, los cuentapropistas, los transportistas, los artesanos y empresarios necesitan un país ordenado. Por eso, garantizar los hidrocarburos y ese colchoncito de dólares es fundamental para que la economía arranque”, dijo Paz a medios bolivianos poco antes de volar hacia el norte.

La gestión de Paz se produce en medio de un contexto económico muy complicado en Bolivia, marcado por la escasez de combustibles, de dólares, y por el incremento en los precios de los productos de la canasta familiar y una inflación interanual superior al 23%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El presidente electo, que asumirá el cargo el 8 de noviembre, destacó que su propósito es “construir una nueva Bolivia abierta al mundo, con respeto a la propiedad privada, seguridad jurídica y estabilidad para atraer inversiones”.

En paralelo, Paz buscará restablecer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, suspendidas desde 2008. En la actualidad, ambos países únicamente mantienen contactos formales a través de sus respectivos encargados de negocios. “La gasolina y el diésel se van a normalizar, y volveremos con dólares fresquitos para nuestra reserva internacional”, aseguró el centroderechista Paz, que definió como prioridad de su gestión la reactivación económica mediante la recuperación de las reservas internacionales y la regularización del suministro de combustibles.

“Ahora ya vamos con mayor capacidad (de decisión) y decir esta es la hoja de ruta”, dijo Paz en una entrevista con la televisora Red Uno. “Hemos generado un giro al mundo; nos tenían secuestrados ideológicamente por 20 años; hemos perdido mercados como el de Estados Unidos. Ahora queremos desprendernos de esa densidad ideológica”, expresó en referencia a los gobiernos de izquierda de Evo Morales (2006-2019) y al actual que lidera Luis Arce.

Además, el nuevo presidente boliviano ya adelantó que durante su gestión el país saldrá de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), entidad a la que se integró en 2006, dos años después de su creación por Cuba y Venezuela, como una alianza contraria al Área de Libre Comercio de las Américas impulsada por Estados Unidos.

La semana pasada Paz dijo que no reconocerá a gobiernos que no sean democráticos ni los invitará a su investidura, lo que le valió una suspensión del ALBA por su “conducta antibolivariana y proimperialista”, informó la agencia Associated Press.

Paralelamente, en las últimas horas Paz le pidió al todavía presidente Luis Arce que no se vaya del país, ante la posibilidad de que no asista al acto de transmisión de mando. El mandatario electo expresó que es necesario que Arce siga en Bolivia, para poder explicar con detalles la situación económica. “Yo le pido al presidente Arce que, si no va a ser parte de la transición (de mando), no se vaya del país (…) porque lo necesitamos en Bolivia para hacerle muchas consultas de por qué hay muchos problemas (económicos)”, afirmó Paz.