La entrega del Nobel de la Paz, en Noruega, tiene tres ceremonias. En la de la entrega del premio, el galardonado recibe una medalla de oro, un diploma y una suma equivalente a 1,2 millones de dólares.
Más tarde, una procesión con antorchas recorre el centro de Oslo y llega hasta el hotel donde se hospeda el premiado, que puede asomarse y dar un discurso, y finalmente hay un banquete de gala.
Sin embargo, el Consejo de la Paz Noruego, que reúne a 17 organizaciones pacifistas del país, en las que participan unos 15.000 activistas, y que se encarga de la procesión de antorchas, dijo que esta vez no la organizaría. Sus integrantes expresaron que “no sienten que la ganadora de este año esté en conformidad con los valores fundamentales del Consejo de la Paz Noruego”.
“Es una decisión difícil pero necesaria. Tenemos un gran respeto por el Comité Nobel y por el premio de la paz como institución, pero como organización debemos ser fieles a nuestros principios y el amplio movimiento por la paz que representamos. Esperamos celebrar el premio de nuevo en los próximos años”, anunció en un comunicado la presidenta del consejo, Eline H Lorentzen, según citó la agencia Efe.
Lorentzen agregó acerca de Machado que “algunos de sus métodos no están en consonancia con nuestros principios y valores o los de nuestras organizaciones miembros, como son el impulso del diálogo y de los métodos no violentos”.
El premio a Machado fue anunciado el 10 de octubre, cuando ya hacía más de un mes que militares estadounidenses atacaban lanchas y mataban a sus tripulantes en aguas internacionales del Caribe, cerca de Venezuela, argumentando que traficaban drogas.
“¡Dedico este premio al sufrido pueblo de Venezuela y al presidente Trump por su decidido apoyo a nuestra causa!”, publicó Machado en la red X el día en que se anunció que ella recibiría el Nobel de la Paz.
Según el Comité Noruego del Nobel, el premio le fue entregado “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
El martes, unas 200 personas se concentraron en la sede del Instituto Nobel de Oslo con consignas como “Ningún premio de la paz para los belicistas” y “Estados Unidos, fuera de América Latina”.
“Machado no merece el Nobel de la Paz. El premio debería ir a alguien que esté a favor del diálogo pacífico y que una a la gente”, dijo Kari Anne Næss, titular de la Asociación Noruega por la Paz, una de las más antiguas integrantes del consejo.
De todos modos, la marcha de las antorchas tuvo lugar este año, pero esta vez organizada por la Norwegian Venezuelan Justice Alliance. Según informó el diario Público, es una organización que trabaja “por la libertad, la democracia y los derechos humanos” en Venezuela.
Desde que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se proclamó ganador de las elecciones de 2024 sin presentar las actas que certificaran su triunfo, Machado vive en la clandestinidad.
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, llamó al presidente venezolano a dejar el gobierno. “Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia porque esa es la voluntad del pueblo venezolano. María Corina Machado y la oposición venezolana han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar”, dijo.
Recordó la emigración masiva de venezolanos y afirmó: “Mientras estamos aquí sentados en el Ayuntamiento de Oslo hay personas inocentes encerradas en celdas oscuras en Venezuela. No pueden oír los discursos de hoy, sólo los gritos de los presos que están siendo torturados”.
“Los regímenes autoritarios aprenden unos de otros; comparten tecnologías y sistemas de propaganda. Detrás de Maduro están Cuba, Rusia, Irán, China y Hezbolá, que proporcionan armas, sistemas de vigilancia y vías de supervivencia económica. Hacen que el régimen sea más robusto y más brutal”, dijo Frydnes.
Según el Wall Street Journal, Machado salió el martes en un barco desde Venezuela hacia Curazao, para intentar llegar a la ceremonia, y si bien no lo logró, se preveía que llegara pronto a la capital de Noruega.
La hija de Machado, Ana Corina Sosa, manifestó: “Debo decir que mi madre nunca rompe una promesa. Y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en sólo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”.
Sosa recibió el premio en nombre de su madre y dijo que “siento el orgullo de saber que no descansará hasta liberar Venezuela”, haciendo referencia a la dirigente. Y agregó: “Ella ha entregado su vida por el país, por los venezolanos, yo lo sé como hija, me consta el sacrificio y la determinación y el amor que tiene por el país”.
Desde Venezuela, la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, dijo que la ceremonia del Nobel fue un “fracaso total” y que este es un “premio manchado en sangre”.