El Movimiento 23 de Marzo (M23), un grupo armado que se enfrenta a las autoridades de la República Democrática del Congo, avanzó sobre el territorio y tomó el control de Bukavu, la capital de la región de Kivu del Sur. Semanas atrás, a fines de enero, el grupo había hecho lo mismo en Goma, la capital de Kivu del Norte, otra zona que es rica en oro y coltán, entre otros recursos minerales.
Este conflicto dejó ya más de 3.000 muertos, 2.880 heridos y cientos de miles de desplazados, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La organización civil Médicos sin Fronteras señaló este lunes que en Goma, cuando el M23 tomó el control, “la población quedó atrapada en medio de los combates” y que “los hospitales están desbordados por el gran número de personas heridas”. Esa organización trató a más de 600 personas, la mayoría de las cuales eran civiles heridos de bala.
En Bukavu la toma de control por parte del grupo armado fue acompañada por el incendio de una cárcel y la fuga de 2.500 presos. Además, se registraron saqueos durante el fin de semana.
Jean-Pierre Mizinzi, el alcalde de Kadutu, un barrio de esa ciudad, atribuyó los saqueos a los rebeldes armados y también a la población local. Según citó la agencia de noticias Efe, dijo que “el gran mercado e incluso la oficina administrativa de la comuna de Kadutu fueron completamente saqueados”, así como algunas viviendas. Además, varios comercios fueron incendiados después de saquearlos.
El gobierno y la ONU acusan a Ruanda de respaldar al M23, integrado en su mayoría por tutsis congoleños. En 1994 los tutsis enfrentaron un genocidio perpetrado por el gobierno ruandés en manos de los hutus.
El Ministerio de Comunicación y Medios congoleño afirmó este domingo en un comunicado: “Ruanda persiste en su plan de ocupación, saqueo y comisión de crímenes y graves violaciones de los derechos humanos en nuestro suelo”. Agregó que el gobierno está “haciendo todo lo posible para restablecer el orden, la seguridad y la integridad territorial”.
A su vez, el gobierno ruandés acusa a las autoridades del Congo de perseguir a los tutsis mediante milicias hutus y de apoyar a un grupo armado hutu, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se reunió el fin de semana con la primera ministra congoleña, Judith Suminwa, y le ratificó su compromiso de llevar ayuda humanitaria a las zonas donde se necesite.
Guterres afirmó que “el pueblo congoleño viene sufriendo, una vez más, un brutal ciclo de violencia” y que, “a medida que caen más ciudades, aumenta el riesgo de una guerra regional”. Agregó: “Es hora de silenciar las armas. Es hora de la diplomacia y el diálogo”.
A su vez, el portavoz de la diplomacia de la Unión Europea, Anouar El Anouni, denunció que el avance del M23 y la “violación continua de la integridad territorial” de la República Democrática del Congo, con la toma de Bukavu y Goma, “no quedará sin respuesta” y acusó al grupo de ignorar “las fuertes demandas internacionales para un alto el fuego”, según citó Europa Press.
En particular, Bélgica ha llamado a tomar “decisiones urgentes y significativas” contra Ruanda, como la suspensión del Memorando de Entendimiento sobre materias primas críticas o suspender la ayuda que Europa le brinda para combatir el terrorismo.
Este domingo la Unión Africana se reunió para tratar, entre otros asuntos, este conflicto armado y el que afecta a Sudán. Su comisario de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad, Bankole Adegboyega Adeoye, dio una conferencia de prensa en la que manifestó: “No queremos una balcanización del este de la República Democrática del Congo”.
“Reafirmamos el respeto total por la preservación de la integridad territorial soberana” de ese país, agregó, y exigió “la retirada inmediata del M23 y sus partidarios de todas las ciudades y localidades ocupadas”.
Señaló que la Unión Africana “ha pedido a todas las partes en conflicto en el este de la República Democrática del Congo que adopten la reconciliación y el diálogo. Esa será la única forma, en nuestra opinión, de abordar este prolongado conflicto que dura décadas”. El funcionario de la Unión Africana llamó a “un diálogo amplio e inclusivo para poner fin a la crisis”.