El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el ex primer ministro neerlandés Mark Rutte, visitó este martes sorpresivamente la ciudad ucraniana de Odesa, donde se reunió con el presidente Volodímir Zelenski.

En su contacto con los medios después de encuentro, Rutte reiteró el compromiso de la alianza militar que lidera con las fuerzas de Kiev.

“Sé que algunos han cuestionado el apoyo de la OTAN en los últimos meses. Pero que no haya duda: nuestro apoyo es inquebrantable”, afirmó el diplomático neerlandés.

Rutte dijo además que habló con Zelenski sobre “las importantes conversaciones que el presidente [de Estados Unidos, Donald] Trump está liderando con Ucrania, así como con Rusia, para intentar poner fin a la guerra y asegurar una paz duradera”.

El funcionario reconoció que “estas conversaciones no son fáciles, pero todos apoyamos la iniciativa del presidente Trump por la paz”.

“Así que permítanme repetirle al pueblo de Ucrania: estamos con ustedes y esperamos con ansias el día en que los valientes hombres y mujeres de este increíble país puedan disfrutar de la libertad sin miedo”, agregó Rutte, quien además condenó de manera enfática el ataque ruso del domingo sobre la ciudad ucraniana de Sumy, en el que murieron 34 personas, entre ellas al menos dos niños, y centenares resultaron heridas.

El líder de la OTAN dijo que el ataque fue “simplemente indignante” y “parte de un terrible patrón de ataques rusos contra objetivos civiles e infraestructuras”.

La acción bélica perpetrada por Moscú fue condenada por la OTAN, por los gobiernos europeos e incluso por Estados Unidos, aunque no de manera oficial. Al respecto, el enviado de Washington para Ucrania, el general Keith Kellogg, repudió la acción en un mensaje que publicó en su cuenta de X, en el que afirmó que el ataque “cruza cualquier línea de decencia”.

“Como exlíder militar, entiendo el concepto de objetivos militares, y esto está mal. Hay decenas de civiles muertos y heridos”, expresó Kellogg.

Las gestiones para lograr un acuerdo de paz que viene impulsado Donald Trump por ahora parecen estar muy lejos de lograr un resultado, pero en las últimas horas Steve Witkoff, enviado del presidente estadounidense para dialogar con Putin, declaró que “finalmente” obtuvo una respuesta a las demandas de paz del presidente ruso, Vladimir Putin.

Witkoff, quien ha asumido un papel destacado en las conversaciones por un alto el fuego entre Rusia y Ucrania, calificó su reunión de cinco horas del viernes con Putin de “convincente” y afirmó que ve un acuerdo “emergente”, en una entrevista que dio a la cadena Fox en la noche del lunes.

“Fue una reunión convincente”, declaró Witkoff. “Y hacia el final, llegamos a, voy a decir ‘finalmente’, pero no lo digo en el sentido de que estábamos esperando, sino en el sentido de que nos llevó un tiempo llegar a este punto, a la petición de Putin: una paz permanente”.

“Así que, más allá de un alto el fuego, obtuvimos una respuesta”, expresó Witkoff, que no detalló las demandas de Putin para una tregua permanente, pero afirmó que el acuerdo de paz “se centra en los llamados cinco territorios”, de acuerdo a lo que consignó el portal estadounidense sobre noticias políticas The Hill.

No obstante, pese al moderado optimismo de Witkoff, su referencia a los “cinco territorios” parece referirse con claridad a Crimea, invadida por Rusia en 2014, y a las cuatro provincias ucranianas que las fuerzas de Moscú están controlando no en su totalidad, pero sí en buena medida desde hace más de dos años: Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia.

La idea de que Rusia pretende quedarse de todas maneras con estos territorios es manejada con insistencia por Moscú y este martes, en declaraciones a la prensa, fueron reafirmadas por el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Naryshkin.

Según consignó a la agencia oficial rusa TASS, Naryshkin dijo que una solución pacífica al conflicto con Ucrania implica “el estatus de Ucrania libre de armas nucleares y neutral, la desmilitarización y desnazificación del Estado ucraniano, y la abolición de todas las leyes discriminatorias adoptadas tras el golpe de Estado de 2014”.

Además, agregó el funcionario, la solución también debe “reconocer la soberanía de las fronteras actuales de Rusia”.

Naryshkin afirmó que tanto Rusia como Bielorrusia están experimentando un aumento de la actividad militar de la OTAN cerca de sus fronteras.

El jerarca ruso dijo que los principales países “instigadores” de estas acciones, Polonia y los estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, deben comprender que serán los primeros en sufrir las consecuencias en caso de una posible agresión de la OTAN.