Rafal Trzaskowski, el actual alcalde de Varsovia y con un programa de centroderecha, ganó por la mínima la primera vuelta de los comicios presidenciales de Polonia, en una contienda más reñida de lo previsto y en un superdomingo electoral europeo en el que los votantes también acudieron a las urnas en Portugal y Rumania.

Según los datos publicados el lunes por la Comisión Nacional Electoral tras completar el escrutinio, Trzaskowski, el candidato respaldado por el primer ministro de corte liberal, Donald Tusk, se impuso con el 31,36% de los votos al historiador nacionalista Karol Nawrocki, aspirante independiente pero apoyado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), que quedó en segundo lugar con el 29,54%, un porcentaje mejor que el esperado. La participación electoral se ubicó en el 67,3%, la más alta en una primera vuelta de las elecciones presidenciales desde 1990, según la cadena TVP.

Ambos candidatos se medirán en una segunda vuelta que se celebrará el 1° de junio, al no haber logrado ninguno más del 50% necesario en la primera ronda.

La jornada también estuvo marcada por el avance de la extrema derecha: el candidato de Confederación, Sławomir Mentzen, quedó en tercer lugar con el 14,8% de los votos, seguido, en otro giro de esta noche, por el también candidato ultraconservador Grzegorz Braun. Para Piotr Buras, director de la oficina del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) en Varsovia, este es precisamente el resultado más sorprendente de la primera vuelta: “Los candidatos de derecha y extrema derecha reunieron hasta el 54% de los votos”, lo que, a su juicio, coloca a Nawrocki en una posición favorable de cara al segundo turno, ya que tiene un caladero de posibles votos entre los que apoyaron a Mentzen y Braun.

En sus primeras palabras tras conocerse las encuestas, el alcalde de Varsovia reconoció que la carrera presidencial está “muy reñida”, pero declaró que irá “por la victoria” en dos semanas. “Tenemos muchísimo trabajo por delante y necesitamos determinación”, dijo a sus seguidores. En la misma línea se expresó Nawrocki. “Ganaremos estas elecciones. Estamos preparados para ello, decididos”, afirmó.

Unas elecciones abiertas

El estrecho margen entre ambos aspirantes, de menos de dos puntos de diferencia, deja abierta la contienda por la presidencia polaca. “Ambos candidatos tendrán que llegar mucho más allá del electorado de sus partidos para ganar en la segunda vuelta, lo que hace que el resultado sea menos previsible”, dice Buras. “Aun así, la victoria de la Polonia liberal es posible y quizá incluso más probable que el éxito de Nawrocki. A pesar del sorprendente buen resultado de los candidatos de la derecha, en Polonia hay una mayoría progresista en muchos temas: aborto, Unión Europea, religión, etcétera. Puede movilizarse contra el espectro de una reconquista populista y conservadora, como ocurrió en Polonia en octubre de 2023 y en Rumania este domingo”.

Las presidenciales son una cita crucial, convertida en una suerte de referéndum sobre el futuro político del país. En Polonia, el presidente tiene poderes limitados en comparación con otros sistemas –tiene cierta influencia en la política exterior y de defensa–, pero tiene el derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, aunque hayan sido aprobadas por el Parlamento, una prerrogativa que el presidente ultraconservador saliente, Andrzej Duda, ha utilizado en varias ocasiones. La coalición de Tusk, que llegó al poder en 2023, no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente de tres quintos para anular el veto presidencial.

Trzaskowski, de 53 años, había encabezado las encuestas previas a las elecciones de manera consistente, aunque a medida que avanzaba la campaña Nawrocki empezó a recuperar terreno. Es el candidato de la Plataforma Cívica (PO) y pretende impulsar las reformas de la coalición ideológicamente diversa que lidera Tusk, que llegó al poder con la promesa de deshacer el legado del PiS. Pero la capacidad del Ejecutivo para cumplir estas promesas quedó obstaculizada por el poder de veto del presidente.

Se cree, por tanto, que un triunfo de Trzaskowski podría consolidar la posición del gobierno y acelerar su agenda liberal, incluyendo las urgentes reformas judiciales, los derechos de la comunidad LGBTQ+ y el derecho al aborto. En cambio, si se impone Nawrocki, que cuenta con el apoyo de Duda y se ha vinculado con la línea ideológica de Donald Trump, la difícil cohabitación entre ambos partidos podría prolongarse. Según algunos expertos, un triunfo de Nawrocki también podría tensar la coalición hasta un posible punto de ruptura y podría costarle a Tusk las elecciones de 2027, devolviendo potencialmente a la ultraderecha al poder.

“Las próximas dos semanas decidirán el futuro [de Polonia]”, dijo Tusk en X tras conocerse los primeros sondeos. “¡Ni un paso atrás!”. Lo cierto es que el primer ministro y su partido se juegan mucho en estas elecciones. “La victoria de Nawrocki socavaría el proyecto político de Tusk y podría ser el presagio del regreso del PiS al poder en 2027, o incluso antes, en caso de elecciones anticipadas. A medio plazo, la desintegración de la coalición de Tusk podría ser una de las consecuencias”, sostiene el experto del ECFR. “La campaña de las próximas dos semanas será muy polarizadora y brutal, una confrontación de dos visiones de Polonia: una pro-Unión Europea, liberal y progresista, frente a una nacionalista, trumpista y conservadora”, agrega, e indica que es probable que la política exterior juegue un papel importante en la campaña.

Trzaskowski se enfrenta al reto de unificar a una izquierda liberal escéptica. Para Nawrocki, la mayor baza es conseguir unir al electorado conservador. Su campaña ha estado marcada por las acusaciones sobre presuntos contactos con amigos de la juventud que dirigen pandillas de hinchas de fútbol violentos y delincuentes comunes e incluso neonazis. Recientemente, la prensa reveló también que Nawrocki poseía un apartamento que no había incluido en su declaración de bienes y que había pertenecido a un hombre de 80 años que ahora vive en un albergue para personas sin hogar. Para zanjar el caso, Nawrocki anunció que donará ese piso a una organización benéfica.

Según Ipsos, los hombres votaron más a Nawrocki que a Trzaskowski, pero el alcalde de Varsovia ganó entre las mujeres.

En las elecciones había 13 aspirantes en total. El descalabro más significativo es el de Szymon Hołownia con sólo el 5% de los votos. Se trata del líder de uno de los principales partidos de la alianza que gobierna con Tusk. Inmediatamente después de conocerse el sondeo, declaró su apoyo a Trzaskowski.

Duda, en el poder desde 2015, no pudo presentarse de nuevo tras cumplir dos mandatos consecutivos de cinco años. Se prevé que deje el cargo en agosto.

Esta nota fue publicada originalmente en elDiario.es, con material de Efe.