El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, proclamó que el chavismo está “más vigente y más fuerte que nunca”, después de que el Consejo Nacional Electoral le atribuyó al oficialismo la victoria en 23 de 24 elecciones de gobernador celebradas el domingo, en las que también se renovó la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral venezolano.

Una de esas 24 regiones, creada por el actual gobierno, es el Esequibo, un territorio con escasa población que Venezuela reclama como propio, aunque está bajo control de Guyana, que explota los enormes recursos petroleros de la región.

“Hoy, 26 de mayo, el Esequibo tiene gobernador”, dijo Maduro, en alusión a su candidato, el almirante Neil Villamizar, y agregó que los pobladores de esa zona “también eligieron a sus diputados a la Asamblea Nacional”.

Tanto la Comunidad del Caribe (Caricom) como la Corte Internacional de Justicia, que se declaró competente para dirimir la controversia territorial sobre el Esequibo, habían llamado a Venezuela a no celebrar una elección allí. A su vez, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal coalición opositora, no presentó candidatos a estas elecciones.

La PUD, que lidera María Corina Machado y que reivindica el triunfo de Edmundo González Urrutia en las presidenciales del 28 de julio de 2024, en las que las autoridades proclamaron el triunfo de Maduro, además de no postular candidatos, llamó a boicotear las elecciones y no ir a votar.

Otros sectores de la oposición sí compitieron. Uno de los candidatos fue el expostulante a la presidencia y exgobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, que obtuvo una banca en la Asamblea Nacional por la Alianza Un Nuevo Tiempo-Única.

Con 93,01% de las mesas de votación escrutadas, el oficialismo, que se presentó bajo el lema de Gran Polo Patriótico, obtuvo 82,68% de los votos. La Alianza Democrática (integrada por partidos socialcristianos y socialdemócratas) reunió 6,25% de apoyo, la Alianza Un Nuevo Tiempo-Única de Capriles, 5,18%, y Fuerza Vecinal, 2,57%. Otro 3,31% correspondía a partidos minoritarios y votos anulados.

El oficialismo retuvo todas las gobernaciones que estaban bajo su control y recuperó Zulia, Nueva Esparta y Barinas, el estado del que era originario el expresidente Hugo Chávez. La oposición sólo logró retener un estado, Cojedes, en el que fue reelecto el gobernador Alberto Galíndez.

Entre sus victorias, el chavismo también mantuvo las bancas en la Asamblea Nacional de algunas de sus principales figuras, entre ellas la esposa de Maduro, Cilia Flores. Además, se sumará a la bancada oficialista el exvicepresidente y exministro Jorge Arreaza, actualmente secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y rector de la Universidad Nacional de las Comunas.

El domingo, María Corina Machado difundió en X un video en el que manifestó a los venezolanos que más del 85% de los votantes se habían abstenido y que en la votación había sido derrotado el “régimen criminal” de Maduro. Según las autoridades, la participación fue de 42,64%.

Además, en ese video, la dirigente opositora reivindicó el triunfo de la PUD en las presidenciales del 28 de julio y llamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a cumplir “con su deber constitucional” y “abrir el camino a la transición, en orden y con seguridad”, siendo “garantes de la soberanía popular”.

Desde la visión opuesta, Maduro celebró: “Después de bloqueos, sanciones criminales, fascismo y violencia, hoy ha demostrado la revolución bolivariana que está más vigente y más fuerte que nunca, hoy hemos demostrado el poder del chavismo, del bolivarianismo del siglo XXI”.

Para Capriles, tanto el gobierno como la oposición promovieron un “resultado previsible” en el que “ganó la abstención”. En su cuenta de X agregó que “el régimen hoy celebra”. Dijo que “el país no amaneció mejor”, y que “sigue en la búsqueda de recuperar su democracia y el ejercicio pleno de los derechos de su gente”.

Según denunció Amnistía Internacional, antes de las elecciones se registró un “incremento alarmante” de las detenciones arbitrarias de “personas vinculadas a sindicatos, partidos políticos, organizaciones comunitarias y otros activismos”. La organización defensora de los derechos humanos reclamó la libertad de esas personas y señaló que las detenciones confirman “patrones de una política de persecución a la opinión y disidencia en el marco de procesos electorales”.