El pasado domingo Bolivia asistió a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y 130 legisladores entre senadores y diputados. Los resultados sorprendieron porque el ganador, con el 32,1% de los votos, fue Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), a quien ninguna de las más de 18 encuestas daban como líder. Los favoritos Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina lograron el 26,8% y el 19,8% de los votos, respectivamente. Por su parte, aunque ya anunciado pero no por eso menos sorpresivo, el MAS pasó de ser un partido dominante durante casi 20 años a quedarse con el 3,2% de los votos y obtener un solo diputado.
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo Rodrigo Paz logró ganar la elección? ¿Cómo fue que la oposición de derecha terminó perdiendo? Durante todo el proceso electoral, Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional, y Tuto Quiroga, de Libre, quienes se ofrecían como la alternativa al MAS, lideraron todas las encuestas. Esto hizo que a inicios de este año se generara gran expectativa respecto de una unidad de la oposición para “hacerle frente al MAS”. Esta iniciativa terminó fracasando y la imagen de ambos políticos ante la opinión pública se vio degradada por la disputa por intereses personales, lo que podría haberle abierto la posibilidad al MAS de mantenerse en el poder.
Ya en plena campaña, Quiroga y Doria Medina, quienes creyeron en las encuestas y se convencieron de que irían a la segunda vuelta electoral, empezaron a atacarse, y en las redes sociales se desató una guerra sucia, con noticias falsas y calumnias mutuas. Mientras los candidatos mencionados se desgastaban, Rodrigo Paz estuvo fuera de la disputa y logró desplegar su prédica electoral sin mayores problemas ni turbulencias. Paz propuso capitalismo para todos, o “platita para todos”, y prometió más subvenciones y reducción de impuestos y aranceles. Una propuesta más cercana a la izquierda estatista que a la liberal de Tuto y Samuel.
En este sentido, y dada la crisis económica, la mayoría consideró que hacen falta políticas que reactiven la economía y estabilicen el tipo de cambio; una buena parte de la clase media y pobre sintió temor ante las propuestas de shock que agravarían aún más su (precaria) situación económica. Abiertamente, tanto Quiroga como Doria Medina tomaron como ejemplo a seguir las propuestas radicales del presidente argentino, Javier Milei. Paz, con una propuesta más moderada, logró captar la atención de una buena parte del electorado.
Mientras los candidatos a la presidencia en Bolivia Tuto Quiroga y Samuel Doria se desgastaban, Rodrigo Paz estuvo fuera de la disputa y logró desplegar su prédica electoral sin mayores problemas ni turbulencias.
Por otro lado, en esta elección se trató de proyectar renovación. Desde la izquierda, con Eduardo del Castillo y Andrónico Rodríguez, ambos menores de 40 años y provenientes del tronco del MAS. Pero mientras que a Del Castillo le jugó en contra el pesado lastre de ser el candidato del mal gobierno de Luis Arce, a Rodríguez le pesó ser un candidato al que la derecha criticaba por su cercanía a Evo Morales, al mismo tiempo que Morales lo acusaba de traidor. En la derecha, mientras tanto, no se podía hablar de renovación ni de ideas nuevas: tanto Quiroga como Doria Medina son políticos que han sobrevivido al agotamiento del sistema de partidos previo al ascenso de Evo Morales en 2006 y que ofrecían una receta, ya probada, como la desestatización y la economía de mercado.
En este contexto, quien tenía las de ganar era el binomio del PDC, compuesto por Rodrigo Paz y Edman Lara. Aunque Paz es un político fogueado con 26 años de trayectoria, sobre todo como líder subnacional, el excapitán de policía Edman Lara es un clásico outsider que, con una prédica en redes sociales, logró colocarse como el adalid de la lucha contra la corrupción. Lara había denunciado previamente a miembros de la institución del orden por actos de corrupción y en agosto de 2024 fue dado de baja de forma definitiva de la Policía boliviana.
De todos modos, al mirar los datos desde una perspectiva territorial se percibe que la disputa política en Bolivia tiene un fuerte componente regional. El PDC –MAS en su momento– ganó en departamentos como Oruro, Potosí y La Paz, más la populosa ciudad de El Alto, con un promedio superior al 45%. En cambio, Quiroga y Doria Medina tienen buena votación en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, la otrora “media luna” donde un partido que viene de occidente siempre tiene problemas para llegar al electorado.
Rodrigo Paz y Tuto Quiroga definirán la elección en balotaje el 19 de octubre. El desafío para Paz radica en avanzar electoralmente sobre el departamento de Santa Cruz y los espacios urbanos más acomodados. El reto de Quiroga se centra en convencer a los sectores medios y pobres de las bondades de un modelo económico de mercado como alternativa al del MAS, pero sin gran afectación a los sectores de menos ingresos.
Franz Flores Castro es doctor en Ciencias Sociales. Una versión más extensa de este artículo se publicó originalmente en latinoamerica21.com.