Steve Witkoff, el enviado del gobierno de Donald Trump para Medio Oriente, visitó el viernes los centros de reparto de alimentos y ayuda humanitaria gestionados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), avalada por Estados Unidos e Israel.

“Hoy pasamos más de cinco horas en Gaza analizando los hechos sobre el terreno, evaluando las condiciones y reuniéndonos con GHF y otras agencias. El objetivo de la visita fue brindar al presidente una comprensión clara de la situación humanitaria y ayudar a elaborar un [nuevo] plan para entregar alimentos y ayuda médica a la población de Gaza”, se limitó a decir Witkoff en X.

No se informó qué puntos de distribución visitó. Sí se comunicó que lo acompañó el embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, quien dijo que estos puntos de la GHF son “una hazaña increíble”.

Ninguno de los dos funcionarios aludió a las personas asesinadas al acercarse a buscar ayuda humanitaria, que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son 1.373 desde finales de mayo. “La mayoría de estas muertes han sido perpetradas por el Ejército de Israel”, manifestó en un comunicado el Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Señaló que si bien operan otros grupos armados en la zona, no hay indicios de que sean los responsables.

“Han puesto en marcha un sistema de distribución de ayuda militarizado con apoyo de Estados Unidos, y esto ha convertido la entrega de asistencia en baños de sangre”, manifestó Human Rigths Watch. La organización civil afirmó que “la dura situación humanitaria es resultado directo del uso por parte de Israel de la falta de alimentos contra los civiles como arma de guerra, un claro crimen de guerra cuyo uso es intencionado”.

El subdirector de Unicef, Ted Chaiban, denunció el viernes en la ONU el “profundo trauma” que sufren los niños gazatíes. Según citó la agencia Efe, después de visitar Gaza y Cisjordania, Chaiban dijo que “esto simplemente no debería estar ocurriendo”, y agregó: “Los niños que conocí no son víctimas de un desastre natural; están matándolos de hambre, bombardeándolos y desplazándolos”. “Los niños no deberían estar siendo asesinados esperando en fila en un centro de nutrición o recolectando agua y la gente no debería estar tan desesperada como para abalanzarse sobre un convoy”, concluyó.

Una visión igual de dramática compartieron cuatro médicos europeos que volvieron de Gaza a sus países, un español y tres británicos. Una cirujana ortopédica pediátrica, Ana Jeelani, dijo a la misma agencia: “Hay médicos que están colapsando mientras operan. Es difícil encontrar un saco de harina. Tengo un amigo cuya mujer está embarazada que no ha comido en tres días. Esa es la realidad ahora”.

El cirujano británico Graeme Groom, dijo al diario español El País, que las familias “duermen juntas para vivir o morir juntas”, y agregó que de pronto notó que el hospital donde trabajaba se había convertido en un centro para niños desnutridos.

Otro médico, el español Raúl Incertis, dijo que le impactó salir de Gaza después de cuatro meses y ver el paisaje al circular por una carretera: “A la derecha, todo Rafah destruido. A la izquierda, veía cultivos de olivos, de cítricos ordenaditos, perfectos”.

Israel retiene el cuerpo de un activista palestino asesinado

La violencia golpea también en Cisjordania. El lunes, Odeh Hadalin, un palestino de la aldea Umm al Kheir, en la localidad de Masafer Yatta, fue asesinado por un colono, Yinon Levi, según los testigos.

La resistencia de los habitantes de la zona a que ese territorio se convierta en una colonia israelí es reflejada en el documental ganador del Oscar No Other Land, con el que colaboró Hadalin.

El periodista israelí Yuval Abraham, codirector del documental, comunicó que “después de matar a Odeh, Yinon echó la culpa a su familia y ordenó a los soldados que arrestaran a cuatro de ellos”, cosa que hicieron. Ese dirigente colono es autor de numerosos ataques contra civiles palestinos, a tal punto que fue sancionado por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. Desde el asesinato de Odeh Hadalin, Yinon cumple prisión domiciliaria.

Mientras tanto, Israel retiene el cuerpo del palestino. Según Jalil al Hadalin, jefe del consejo local de Umm al Kheir, las autoridades israelíes le comunicaron este viernes que sólo entregarán el cadáver a su familia si esta acepta sepultarlo de noche y en una ceremonia en la que no participen más de 15 personas.