Alrededor de 70 personas fueron asesinadas este jueves en la Franja de Gaza, aproximadamente la mitad de ellas en la ciudad de Gaza, la principal urbe del territorio palestino, donde la ofensiva militar israelí se está intensificando, a un día de que se cumplan los 700 desde el ataque de Hamas que desencadenó el actual conflicto.

Con la situación extrema desde el punto de vista humanitario incambiada, y mientras los esfuerzos diplomáticos por lograr un cese del fuego no están dando resultados, el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu sigue adelante con sus plantes. Este jueves, en una conferencia de prensa, el vocero militar israelí Efi Defrin dijo que se están afinando los preparativos previos para la gran maniobra que implicará la conquista de la ciudad de Gaza.

De acuerdo con lo que consignó el portal israelí Ynet, Defrin enfatizó que el ejército israelí ya había iniciado la operación en las últimas semanas y que actualmente Israel controla el 40% de la superficie de la ciudad. Cuando se le preguntó al vocero por la postura del jefe del Ejército, Eyal Zamir, quien viene manifestando su oposición a la operación sobre la capital gazatí, él respondió que “el jefe del Estado Mayor cree en el plan y expresa la postura profesional de las FDI en los ámbitos pertinentes”. El vocero expresó también que Zamir había dejado claro que si no surge una alternativa para el “día después de la guerra”, Israel no tendrá otro camino que establecer un gobierno militar en la Franja de Gaza.

Este jueves prosiguieron los bombardeos sobre la ciudad, en un intento de forzar la huida de la población hacia el sur antes del comienzo de la fase final de la operación de toma del territorio. Pero la situación es compleja. Informes del Ejército israelí estiman que aproximadamente 200.000 personas –la quinta parte del total de la ciudad– se negarán a evacuar la ciudad, lo que representa un peligro muy grande para ellos. El miércoles se había informado que hasta el momento los pobladores de la ciudad de Gaza que se habían ido eran entre 70.000 y 80.000 personas, una cifra aún muy inferior a la población civil total de la localidad.

Visita al Vaticano y situación muy tensa en Cisjordania

Este jueves el presidente israelí, Isaac Hergoz, visitó en la ciudad del Vaticano a León XIV, quien en reiteradas ocasiones manifestó su voluntad de poder ejercer el papel de mediador en el conflicto.

Según comunicó el Vaticano luego del encuentro, la reunió fue “cordial”, se prestó especial atención a la guerra en Gaza, y el pontífice pidió que se alcanzara “con urgencia” un alto el fuego permanente en Gaza. De acuerdo con el comunicado publicado por la Santa Sede, León expresa su deseo de “una rápida reanudación de las negociaciones para que, con buena voluntad y decisiones valientes, y con el apoyo de la comunidad internacional, se pueda lograr la liberación de todos los rehenes, alcanzar un alto el fuego permanente con urgencia, facilitar la entrada segura de la ayuda humanitaria a las zonas más afectadas y garantizar el pleno respeto del derecho humanitario, junto con las legítimas aspiraciones de ambos pueblos”. El Vaticano afirmó que “una solución de dos estados es la única salida a la guerra actual”.

Paralelamente, en Cisjordania, el más grande de todos los territorios palestinos, donde viven aproximadamente tres millones de habitantes, la situación es de mucha tensión, porque, además de las constantes redadas del ejército israelí en las zonas urbanas y de los ataque de los colonos judíos en las áreas rurales, la situación económica de la Autoridad Nacional Palestina es muy mala, lo que hace temer un “estallido de violencia”.

El canal 12 de la televisión israelí informó que altos funcionarios del Shin Bet, la agencia de seguridad interna del país, vienen advirtiendo a los líderes políticos que la Autoridad Palestina está mostrando indicios de desintegración, lo que aumenta el riesgo de un estallido social en el lugar.

Según el informe, los funcionarios de seguridad expresaron su preocupación por la grave presión económica que enfrenta el gobierno que preside Mahmud Abbas, afirmando que “el desempleo está aumentando, el personal de seguridad recibe escasa o nula remuneración y las funciones esenciales se están erosionando. Estos factores podrían desencadenar el caos y un estallido de violencia”.