Desde que se conociera el fallecimiento de Tabaré Vázquez, médico oncólogo, profesor titular de la Cátedra de Oncología Radioterápica y líder mundial en la lucha contra el tabaquismo y las enfermedades no transmisibles, la oncología y la salud toda están de luto.

En efecto, Tabaré se ha destacado por su importante trabajo en la promoción y atención de la salud en nuestro país, en la región y en el resto del mundo, y muy especialmente por su importante contribución al control del tabaquismo, epidemia que mata a más de seis millones de personas anualmente, de las cuales más de dos millones fallecen por cáncer, segunda causa de muerte en el mundo y en nuestro país.

“El doctor Tabaré Vázquez fue un defensor consumado de la salud pública. Su trabajo a lo largo de toda una vida demuestra un profundo compromiso personal para mejorar la salud y el bienestar no sólo de los uruguayos, sino también de tantos otros en la región y en el mundo”, expresó la doctora Carissa Étienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tras el fallecimiento del ex presidente.

Asimismo, Tabaré Vázquez es ampliamente reconocido por el importante proceso de reforma de la salud iniciado durante su primer gobierno (2005-2010), consolidado y profundizado en los diez años siguientes y cuyos principios rectores son la cobertura universal, el acceso con equidad y continuidad, y la sustentabilidad de los servicios de salud. De hecho, los avances más recientes en la prevención y atención del cáncer son consecuencia de las políticas públicas desarrolladas en el marco de dicho proceso de reforma de la salud. Ya en 2005, se crearon el Programa Nacional para Control del Tabaco y el Programa Nacional de Control del Cáncer (Decreto 2.020/005), programas clave para reducir la incidencia y mortalidad por cáncer.

En 2018, durante su discurso de aceptación de la distinción que le otorgara la OPS en reconocimiento a su importante trabajo en el control del tabaquismo y de las enfermedades no transmisibles (ENT), incluido el cáncer, Tabaré Vázquez afirmó: “Para enfrentar y revertir la creciente morbilidad y mortalidad del cáncer y otras enfermedades no transmisibles es imprescindible adoptar decisiones políticas e instrumentar estrategias sistémicas para abatir pobreza, generar inclusión social, promover educación, impulsar hábitos de vida saludables, fortalecer sistemas de salud integrados”. Sus palabras resumen su profundo conocimiento, compromiso y accionar desde las diferentes responsabilidades que la Facultad de Medicina de la Universidad de la República primero y la ciudadanía después le confiaron a lo largo de su vida.

En efecto, al menos 30% de los cánceres se puede prevenir si se controlan los principales factores de riesgo evitables conocidos, de los cuales el principal es el tabaquismo, responsable de 22% de las muertes por cáncer. Además, al menos otro 30% se puede curar si se detecta en etapa temprana y se trata adecuadamente.

Está bien demostrado que la pobreza, la falta de acceso a la educación y a la atención en salud exponen a mayor riesgo de desarrollar y morir por cáncer. Al mismo tiempo, el cáncer impacta en la productividad y el ingreso familiar, y es un obstáculo para el desarrollo, contribuyendo a ampliar la brecha entre los países más ricos y los de menores ingresos. Reducir la pobreza fue para Tabaré un objetivo principal, y en los hechos entre 2006 y 2019 pasó de 32,5% a 8,1%, lo que significa que más de 800.000 personas salieron de la pobreza.

También lo fue lograr un país libre de humo de tabaco. Así, bajo su liderazgo, en 2006 Uruguay abrió el camino en la reducción del consumo de tabaco mediante la implementación del Convenio Marco para el Control del Tabaco y se convirtió en el primer país de América Latina en prohibir fumar en espacios públicos cerrados y en lugares de trabajo.

En 2010, y como consecuencia de instrumentar firmemente el Convenio Marco, nuestro país tuvo que enfrentar la demanda de la empresa tabacalera Philip Morris ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial. Uruguay se mantuvo firme en la defensa de su derecho y obligación de proteger la salud de su población. En 2016, un tribunal de arbitraje falló a favor de nuestro país.

En aquella oportunidad, el presidente Tabaré Vázquez expresó: “Ratificamos firmemente el compromiso de seguir la más frontal y directa lucha contra el consumo de tabaco, a fin de reducir, día a día, la pesada carga que esta epidemia pone sobre nuestro pueblo, y a no renunciar a la total instrumentación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, invitando a las naciones a que se sumen al combate de este flagelo, sin temor a las represalias de las poderosas tabacaleras, tal como lo ha hecho Uruguay”.

Tabaré se ha destacado por su importante trabajo en la promoción y atención de la salud en nuestro país, en la región y en el resto del mundo, y muy especialmente por su importante contribución al control del tabaquismo.

En el mismo sentido, la directora de la OPS expresó que “este fallo fue no sólo un hito en las medidas de control del tabaco en todo el mundo, sino también un elemento esencial para que otros países pudieran avanzar en sus esfuerzos por promover políticas de control del tabaco similares.1

Posteriormente, en 2018, Uruguay fue el primer país de la región en exigir el empaquetado neutro de los productos del tabaco.

Como resultado de las medidas implementadas, en los últimos 15 años se logró una importante reducción de la prevalencia de tabaquismo en Uruguay, la que globalmente ha alcanzado casi 40%.

A estas medidas se sumaron luego otras orientadas al control de otros factores de riesgo para las enfermedades no transmisibles, destacándose las dirigidas a reducir el consumo nocivo de alcohol y la dieta no saludable mediante la incorporación de etiquetas frontales de advertencia en los productos alimenticios con contenido alto de azúcar, sal y grasas, lo que convirtió a Uruguay en el tercer país de las Américas en establecerlas (Decreto 272/018).

Asimismo, bajo su impulso y conducción se concretaron políticas públicas que determinaron avances importantes en la detección temprana de los cánceres de cuello uterino, mama y colorrecto, en el acceso a diagnóstico y tratamiento, destacándose la creación y desarrollo del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Ley 18.172), el acceso sin copago a los tratamientos de quimioterapia, hormonoterapia, medicamentos de alto precio y PET-TC (incorporados a la Cobertura Universal en Salud por intermedio del Fondo Nacional de Recursos) y el importante aumento de la cobertura de los cuidados paliativos, que pasó de 18% a 59% de la población. Por último, se destaca el desarrollo de la Historia Clínica Electrónica Nacional y de la Oncológica en todos los prestadores integrales de salud para la mejora y monitoreo de la calidad asistencial.

Tabaré luchó denodadamente por una mejor salud para toda la población hasta el final. Preocupado por el impacto a mediano y largo plazo de la pandemia por covid-19, convocó a un equipo multidisciplinario para analizarlo y proponer medidas para mitigarlo (“Propuestas para un Plan Estratégico Nacional en respuesta al impacto de la pandemia por covid-19, 6 de mayo de 2020”).

Completada esta tarea, lideró un grupo de expertos en cáncer, salud pública y economía de la salud de nueve países latinoamericanos (México, Colombia, Honduras, Nicaragua, Perú, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay) con el objetivo de analizar los retrasos en la atención al cáncer durante la pandemia, estimar el posible impacto sobre la mortalidad en el mediano y largo plazo y realizar propuestas concretas para reducirlo.

Esta larga reseña de acciones que emprendió con y para la ciudadanía y que fundamentan su enorme prestigio internacional apenas alcanza para construir un bosquejo de su personalidad amable, franca y decidida, ejemplo extraordinario de humanismo, sensibilidad e inteligencia.

Lucía Delgado Pebé es profesora titular de la Cátedra de Oncología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Fue directora del Programa Nacional de Control del Cáncer.