En los tiempos actuales, toda discusión sobre temas de actualidad termina indefectiblemente en discusiones políticas. No debemos dejar de politizar los temas; sin embargo, sobrepolitizarlos puede llevarnos a usar argumentos que no se aplican al tema en cuestión. La división en la sociedad es parte de la forma de hacer política de casi todos los políticos a nivel mundial, y eso repercute en nuestra vida diaria de forma notoria y frecuente.
Zanjar una discusión sobre si una reducción de una reducción de impuestos es o no es un aumento de impuestos es en mi opinión un síntoma claro de la falta de pensamiento crítico en la sociedad actual. Todo diario y todo ser humano tiene el derecho de pensar y decir lo que le parezca; eso también incluye esta dialéctica confusa y entreverada para explicar lo que, por la simple doble negación, es indefectiblemente un aumento de impuestos.
Para explicar mi punto sin usar ningún ejemplo político, tomemos el caso del estado de Delaware, un estado de Estados Unidos con menos de un millón de habitantes. En este estado no se cobran impuestos al valor agregado (IVA). Como anécdota, muchas personas aprovechan la proximidad a este estado para ir de compras por el día, especialmente para adquirir artículos electrónicos. Por lo tanto, si uno quiere comprar un elemento que cuesta 100 dólares, paga 100 dólares. Asumamos entonces que uno quiere comparar la carga impositiva entre Delaware y Uruguay antes y después de la reducción de la reducción del IVA, sin tener en cuenta gastos de importación, etcétera, y asumiendo que se paga con tarjeta.
Lo que no debería ser una discusión política es si es o no un aumento de impuestos. La dialéctica no debería nublar nuestro pensamiento crítico y racional.
Antes de la reducción del IVA, por el elemento que costaría 100 dólares en Delaware uno habría pagado 118 dólares en Uruguay. Ahora, uno pagaría 120 dólares por el mismo elemento. Por lo tanto, hay un aumento del impuesto al valor agregado de 2 puntos porcentuales. Asumo que todos los habitantes de Delaware, sin siquiera conocer la existencia de un hermoso país llamado Uruguay, entenderían que en él ha habido un aumento del impuesto al valor agregado en el pago con tarjeta.
Si el aumento es oportuno, si es eficiente, si va a contramano con las promesas del actual presidente, es una discusión. Si está manejando la pandemia de forma correcta, si se hace cargo, si toma decisiones acertadas, es otra. Lo que no debería ser una discusión política es si es o no un aumento de impuestos. La dialéctica no debería nublar nuestro pensamiento crítico y racional.
Juan Cerviño es ingeniero eléctrico y estudiante de doctorado en la Universidad de Pensilvania.