En estos días se ha mencionado en la prensa nacional y ha despertado interés el modelo de gestión ambiental de Canelones. La experiencia del departamento en esta área, a lo largo de los períodos frenteamplistas, se basa fundamentalmente en llevar adelante un Plan Integral de Limpieza y Gestión de Residuos.
Lo primero, y creo que lo fundamental, fue la continuidad de este proyecto a lo largo de los 15 años de gobierno del Frente Amplio (FA), tanto en los períodos en los que estuvo al frente el intendente Marcos Carámbula como en el último período, con la conducción de Yamandú Orsi.
Esto, traducido en un mismo equipo en la Dirección General de Gestión Ambiental, que llevó adelante el mismo Plan, logró la continuidad y la consiguiente planificación que hoy genera los frutos que nos demuestran que estamos en el camino correcto.
Otro factor importante que jugó un papel fundamental fue la creación, durante el primer gobierno del FA, de la Unidad de Desarrollo Cooperativo. Esta permitió, mediante planes de educación en cooperativismo, la formación de las cooperativas que estarían destinadas a cumplir un rol fundamental en esta gestión, en las áreas de recolección, barrido, papeleo y mantenimiento de espacios verdes, con un fuerte impulso en la creación genuina de fuentes de trabajo.
El departamento de Canelones es muy complejo y heterogéneo, con varias ciudades en el área metropolitana, polos industriales y logísticos, áreas turísticas y grandes zonas de producción agrícola.
La generación promedio de residuos es de 465 toneladas diarias, y presenta un aumento de entre 15% o 20% en el período estival.
El objetivo general fue posicionar a Canelones como un departamento capaz de entender sus problemas para poder incorporar los conocimientos necesarios que hacen a la gestión más eficiente, con la eficacia que los vecinos y vecinas merecen y exigen.
En 2005, cuando comenzó la experiencia del FA en el gobierno de Canelones, la situación era caótica, con muy poca eficacia en la recolección de los residuos y nula o casi nula limpieza urbana.
En cada ciudad del departamento había un vertedero de basura donde iban a parar los residuos recolectados, generando focos de contaminación (pasivos ambientales) diseminados en todo Canelones. En dichos vertederos había personas y familias que clasificaban residuos valorizables entre la basura.
Una medida fundamental fue el cierre de estos vertederos, llevando todos los residuos a un solo sitio de disposición final, con mucho control y la prohibición de clasificar dentro de este sitio.
Las cooperativas
A partir de la ley de envases se comenzó con el plan “Tu envase nos sirve”, con participación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), la Cámara de Industrias del Uruguay, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y la Intendencia de Canelones, que fue la primera intendencia en cumplir con esta ley.
Esto permitió que muchos de los clasificadores se incorporaran a cooperativas o grupos que, en galpones aportados por la Intendencia, clasifican residuos valorizables provenientes de circuitos de recolección limpios. Estos clasificadores trabajan formalizados, con un salario mínimo que surge de un fideicomiso de las empresas asociadas a la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). De este fideicomiso también surge el aporte de los uniformes, o ropa de trabajo, y el equipamiento básico para el trabajo. Hay que destacar que lo producido por las ventas de materiales que gestionan los grupos pasa a complementar el salario de los trabajadores.
Algunos de los clasificadores que no pudieron ingresar en estos proyectos fueron incorporados a través de cooperativas al barrido y papeleo de las distintas ciudades del departamento.
La intendencia aporta los cinco centros de acopio y clasificación ubicados en Canelones, los camiones de recolección y el personal que gestiona los puntos de entrega voluntaria (de envases y materiales reciclables en general), que los vecinos encuentran a lo largo y ancho del departamento.
Recolección
Ahora bien, en cuanto a la recolección de residuos, tarea básica de los gobiernos departamentales, en la primera etapa se optó por distribuir contenedores públicos en todo el departamento, con la compra de 45 camiones compactadores, diverso equipamiento y accesorios para la limpieza de la ciudad.
A su vez se incorporó un servicio de respuesta rápida, con 15 camiones utilitarios con volcadora, que mantienen el entorno de los contenedores públicos y controlan y previenen basurales, respondiendo a denuncias de los vecinos.
Hay que destacar que en la mayoría del territorio del departamento la gestión de estos servicios se realiza con cooperativas.
En 2012 se comenzó la nueva experiencia de contenedores domiciliarios, por la que la Intendencia entregó a cada domicilio un contenedor de 120 litros. Con este sistema, se identifica los residuos con su generador y se reduce el vandalismo de los contenedores; y permite, en una segunda etapa, un segundo contenedor para clasificación domiciliaria.
Al día de hoy son 125.000 los hogares que cuentan con este sistema en las zonas residenciales de todos los municipios.
Los contenedores públicos de 1.100 litros siguen utilizándose en zonas céntricas, en edificios, en cooperativas de viviendas y en zonas turísticas.
Todos estos planes y proyectos, además de ser progresivos en el tiempo, tienen un componente muy importante de participación ciudadana, de comunicación y de educación ambiental.
Economía circular
Todos estos planes de barrido, mantenimiento de espacios verdes, respuesta rápida, recolección de residuos y clasificación, tienen la seña de identidad del gobierno de Canelones en cuanto a la inclusión social con trabajo.
La profundización de estrategias de economía circular, mediante acciones de reducción, valorización y recuperación de las distintas fracciones de residuos y el uso eficiente de los recursos son nuestro objetivo principal.
Por esta razón nuestro principal programa de recuperación de materiales es “Tu envase nos sirve”, promoviendo la inclusión social, formalizando a 67 clasificadores, conformados en cooperativas o grupos en vías de cooperativización.
Hoy existen más de 500 puntos de entrega voluntaria en supermercados, centros de estudios y otros espacios públicos en todo el departamento, definidos con las comisiones barriales, los municipios y los clasificadores.
Al menos en un barrio o zona por municipio se entrega a cada hogar un segundo contenedor para separación en origen de residuos reciclables.
Hoy existen 7.000 hogares con doble contenedor.
Además, se incorporaron 36 “eco puntos” que constan de grandes contenedores con varias entradas para clasificar por fracción; existe al menos uno por municipio, y las características de este equipamiento y el trabajo de educación ambiental en escuelas y con vecinos están dando muy buenos resultados.
Estos servicios están acompañados por planes de recuperación de residuos de grandes generadores no domiciliarios, de planes de recuperación en las oficinas de la Intendencia, de valorización de residuos vegetales y distintos tipos de residuos especiales.
Por último, entendemos que todos estos planes y proyectos, además de ser progresivos en el tiempo, tienen un componente muy importante de participación ciudadana, de comunicación y de educación ambiental.
Carlos Grille es gerente de Gestión de Residuos y Habilitaciones Privadas de la Intendencia de Canelones.