Este mes de diciembre se cumple un año desde la partida física del expresidente Tabaré Vázquez, para nosotros, nuestro gran compañero y referente en la mitad de la historia política de nuestro Frente Amplio. En conmemoración a esta fecha cabe preguntarnos: ¿qué le diríamos hoy a Tabaré?; ¿cómo respondemos al llamado que nos hizo a no rendirnos ni bajar los brazos ante los tiempos de adversidad? Si bien no está físicamente con nosotros, hoy su legado, su proyecto político, sus ideas están presentes y somos muchos los que caminamos con ellas.

Hoy el legado de Tabaré es un camino que nos llama a recorrer diversas facetas de su liderazgo en el plano social, económico, político y personal, que se han convertido en referencia para quienes apostamos a la construcción de encuentros progresistas como los que él construyó.

Tabaré fue un líder que comprendió la política como la mejor forma de entregarse al otro, de apostar por la construcción colectiva y comunitaria. En el Frente Amplio hoy levantamos las banderas de Tabaré como uno de nuestros principales baluartes para ser oposición hoy y para retomar el camino hacia el gobierno nacional mañana.

En el plano social, Tabaré fue un líder que desde sus inicios en la gestión en la Intendencia de Montevideo y luego en sus dos presidencias antepuso la situación de emergencia social ante cualquier otra necesidad de política pública. El mensaje fue, es y será muy claro: mientras haya un niño sin un vaso de leche, eso será prioridad antes que cualquier otra política. Eso es sensibilidad de izquierda, popular y con un fuerte compromiso comunitario.

Tabaré fue claro y nos dejó una herencia sobre la que los líderes de izquierda podemos profundizar día a día, y sé que así lo hemos hecho los compañeros que hoy tenemos responsabilidades vinculadas a la gestión departamental. El desarrollo del Plan de Emergencia Social en 2005 y la creación del Ministerio de Desarrollo Social, luego de la peor crisis económica y social, fue la primera de una larga serie de decisiones que pusieron a los sectores de la población más postergados en el centro de las políticas.

Como líder de un modelo de desarrollo, Tabaré nos dejó un gran legado en materia de trabajo en la gestión de política económica y de innovación productiva. El camino de la responsabilidad fiscal, al tiempo de generar genuinas oportunidades de desarrollo, fue el elegido por Tabaré trabajando mano a mano con un equipo económico al que le dio pleno respaldo.

Tabaré fue valiente en desarrollar en su primer y segundo gobierno políticas de innovación productiva por medio de la creación de la Agencia Nacional de Desarrollo, al potenciar el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, al crear la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y al dar un gran impulso al comercio exterior de nuestro país a través del Instituto Uruguay XXI. Pero lo más importante de su política económica es que tuvo en el centro a los trabajadores. Hijo de la clase obrera, como la mayoría de quienes integramos el Frente Amplio, supo con coraje restablecer los Consejos de Salarios y defender el salario real de los trabajadores. Porque, ¿para qué tenemos una política económica si no es para que las familias de los trabajadores puedan progresar y superarse? Ese fue su desvelo, el de sus vecinos de La Teja y el de todos quienes integramos el Frente Amplio.

Tabaré fue un gran constructor de procesos de acumulación política que superasen las fronteras del propio Frente Amplio.

En el plano político Tabaré nos dejó un gran legado de construcción y acumulación en el Frente Amplio y pensando siempre más allá. Dentro de todos los aspectos de nuestro líder, este es uno de los que más nos inspira destacar: su capacidad de trabajo en equipo.

Tabaré fue un gran constructor de procesos de acumulación política que superasen las fronteras del propio Frente Amplio. Cuando hablamos a lo largo de nuestras recorridas por el país con ciudadanos que no votan al Frente Amplio, pero con los que podemos encontrar puntos en común, sabemos que es necesario llamar a un Encuentro Federal que nos convoque a todos. Tabaré también lo hizo en su momento con la construcción del Encuentro Progresista y posteriormente la Nueva Mayoría, siempre en un camino de acumulación, de sumas y no de restas.

Tabaré fue un líder pragmático, de sólidas convicciones ideológicas, que apostó por tender puentes y abrir caminos de diálogo, y gracias a eso nos permitió alcanzar el gobierno nacional durante tres períodos. A él debemos esa vocación de integración, de crecimiento político y de apuesta por invitar a la mesa a personas con ideas distintas para alcanzar puntos de acuerdo. Ese es un imperativo que nos dejó el camino de Tabaré sobre el que tenemos que seguir trabajando como modo de hacer Frente Amplio.

A su vez, en el plano de liderazgo político y social, Tabaré Vázquez nos deja una forma de ejercer la política con compromiso ético, de responder a los compromisos con la ciudadanía. En tiempos en que muchos se esfuerzan por levantar barreras que nos separen a unos de otros, de quedarse cómodos en las burbujas ideológicas, Tabaré supo, con valentía y sin renunciar a sus principios, ver más allá del hoy, pensando en la construcción siempre hacia el futuro.

Si bien era médico, Tabaré fue un gran arquitecto social que nos permitió no sólo alcanzar el gobierno nacional sino transformar a nuestra fuerza política en un partido con sólida capacidad de gestión y de innovación programática. Pero especialmente su compromiso con los más débiles, con quienes no se veían beneficiados por el modelo de desarrollo, es el gran legado que nos deja a quienes seguimos recorriendo su camino, siempre pensando en que nadie se quede atrás, en que podamos caminar todos juntos. No nos rendimos, Tabaré.

Andrés Lima es intendente de Salto.