La pandemia que estamos atravesando nos obliga a todos, como sociedad, a pensar que de esta situación no salimos si no es juntos, coordinando esfuerzos y poniendo lo mejor de cada uno de los ámbitos de gobierno, academia, sociedad civil, empresarios y trabajadores. Eso, y no centrarnos en internas partidarias, es lo mejor que podemos aportar a un momento tan delicado como el que estamos viviendo.
Para quienes estamos en política para cambiar la realidad social y hacerla más justa para las mayorías, desviar nuestra atención hacia internas partidarias y mezquindades políticas sería lo más fácil. Pero la grave coyuntura de esta hora y nuestro compromiso ético nos obligan a ir directo a lo difícil.
Y parte de lo difícil es precisamente bajar las retaguardias, dejar atrás los líos del pasado y centrarnos en las necesidades del presente y del mañana, pensando siempre en el bienestar social de los uruguayos.
Con ese espíritu es que fui a la Torre Ejecutiva hace unos días junto con mis compañeros Carolina Cosse y Yamandú Orsi, a reunirnos con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou.
E ir directo a lo difícil significa no sólo actuar desde nuestros espacios, sino también complementarnos y saber realmente escuchar al otro.
Tenemos que pensar y actuar en la situación de emergencia que estamos viviendo, pero también sopesar lo que se nos viene para el futuro en los esfuerzos de reconstrucción nacional.
En nuestra reunión, los tres intendentes solicitamos al presidente más vacunatorios, pues nuestros departamentos ocupan los peores lugares en cantidad de población vacunada ‒Canelones con 17%, Montevideo con 30% y Salto con 27%‒, y para ello se requieren más centros de vacunación. Propusimos al presidente que con más vacunatorios en el territorio podíamos mejorar la vacunación, y de hecho pusimos a disposición hacernos cargo de la planta física, el personal, la logística. Nosotros nos arreglamos y pensamos creativamente cómo montar esos vacunatorios. Así logramos hacerlo recientemente en Salto con un tercer centro de vacunación. Eso es ir directo a lo difícil.
Hubiese sido fácil para mí como intendente decir que se prohíben los cultos religiosos para evitar más contagios. Pero el camino que tomamos fue el de sentarnos en una mesa de diálogo con las organizaciones religiosas y, creativamente, pensar en una solución intermedia para que los cultos religiosos se puedan realizar en plazas públicas, con aforo limitado, previa autorización del Centro Coordinador de Emergencias Departamentales y con supervisión por parte de este.
Pensar en el mañana
Pero también ir directo a lo difícil es pensar en el mañana, en los esfuerzos de reconstrucción social y económica, en que no basta solamente con atender a la emergencia sanitaria si no pensamos en el mañana.
En cuanto a las obras de infraestructura, jerarquizando las oportunidades de desarrollo socioeconómico después de la pandemia, desde Salto planteamos un plan de proyectos de obra pública. Le señalamos al presidente nuestro plan de obras y proyectos que permitan una reactivación económica y productiva en toda la región litoral norte.
Desviar nuestra atención hacia internas partidarias y mezquindades políticas sería lo más fácil. Pero la grave coyuntura de esta hora y nuestro compromiso ético nos obligan a ir directo a lo difícil.
Sólo por mencionar un ejemplo, uno de los proyectos sobre los que hablamos fue el Aeropuerto Internacional de Salto, que estará dentro de los seis aeropuertos van a licitarse y en el que se prevé realizar una inversión de más de 15 millones de dólares. También hablamos de la navegabilidad del río Uruguay y de la propuesta de un puerto de barcazas en el sur de la ciudad, próximo a la desembocadura del río Dayman en el río Uruguay. Desde la Intendencia hemos avanzado en un estudio de batimetría para analizar la profundidad del río y se han realizado sondeos de varias empresas locales interesadas en este sistema de transporte. A su vez, se hizo un estudio de cateo para la calidad de suelo, de forma de identificar un lugar que pudiese soportar un muelle. Próximamente se avanzará en un estudio de impacto ambiental y de impacto económico. El presidente quedó interesado en el puerto de barcazas y nos solicitó que le hagamos llegar los estudios.
Pensando en el futuro, conversamos sobre la necesaria complementariedad del futuro puerto de barcazas de Salto con el de Paysandú y el de Nueva Palmira. También tuvimos oportunidad de plantearle al presidente la importancia de continuar trabajando en la Central Hortícola del Norte. El presidente nos confirmó un aporte que va a realizar el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de 1.500.000 dólares para la construcción de la Central Hortícola, que ya tiene un avance de obra de 35% y que debería estar pronta en los primeros meses de 2022. Ya los productores de Salto, la Intendencia de Salto y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto habían hecho aportes para la construcción de dicha central. Estos aportes nos garantizan el 100% de los fondos de construcción de la central, que no está pensada sólo para Salto, sino para toda la región integrada por Salto, Artigas, Paysandú.
También se habló del proyecto de puerto seco, cercano a la zona de la represa de Salto Grande, tomando en cuenta los miles y miles de camiones paraguayos, argentinos, bolivianos que cruzan por el puente sobre la represa y que hoy llegan hasta el puerto de Montevideo. Se planteó la idea de que, al concretarse el puerto seco, todos esos camiones podrían dejar su mercadería allí y luego sería el transporte nacional (lo que beneficiaría a nuestros productores) el que llevaría la mercadería desde Salto hasta el puerto de Montevideo.
Eso es ir directo a lo difícil, pensar en el hoy, pero también en el mañana.
Emergencia alimentaria y crisis socioeconómica
Respecto de la situación socioeconómica de la población durante la emergencia y la necesidad de dar respuestas urgentes a quienes están pasando por una severa crisis, planteamos al presidente de la República que el gobierno nacional también aporte para aliviar el sufrimiento de los uruguayos.
Atendiendo a esto, por primera vez en Salto, en mayo abriremos un comedor municipal, trabajando junto con el Instituto Nacional de Alimentación, el Ministerio de Desarrollo Social y el Ejército, que proveerán de 1.000 viandas todos los días, totalizando 20.000 viandas mensuales.
A su vez, la Intendencia va a seguir asistiendo a las ollas solidarias y a los merenderos, a través del Colectivo de Ollas y Merenderos de Salto, que, con el respaldo de la Universidad de la República, está trabajando con 27 ollas solidarias y más de 20 merenderos. La idea es que la Intendencia entregue mensualmente insumos y alimentos a este colectivo, y que este se encargue de hacerlo llegar a los merenderos y ollas solidarios.
De esto se trata, de poder dejar atrás las anteojeras que no nos permiten ver la complejidad de los fenómenos y desafíos que tenemos por delante. La urgencia del momento nos obliga a no tomar atajos ni caminos fáciles, asumir nuestras responsabilidades, estar a la altura de las circunstancias e ir directo a lo difícil.
Andrés Lima es intendente de Salto.