Luego de un mes de ocupaciones, movilizaciones, mesas con las autoridades, paros activos y contracursos, entre otros caminos recorridos por los centros de estudiantes del Consejo de Formación en Educación (CFE) y del Sindicato de Docentes de este subsistema (Sidfe), se hace necesario empezar a hacer balances y generar perspectivas de futuros que marquen rumbo hacia un objetivo compartido que es la Universidad de la Educación, autónoma y cogobernada.
Para ello es necesario remarcar que a poco más de un mes de haber empezado el conflicto, ya sea por las acciones realizadas por estudiantes y docentes como por los ataques recibidos por actores de gobierno hacia quienes se ponen en primera línea para llevar adelante la voz del estudiantado, podemos señalar que hay una primera victoria en tanto se logró colocar en la discusión pública un tema como la formación en educación, que muchas veces pasa desapercibida.
A la perspectiva que plantean los gremios, sindicatos y dos de los actores del Consejo que tienen diferencias con lo que se propone, se suman la Asambleas Técnico Docentes (ATD), la mayoría de las salas docentes y la mayoría de estudiantes y docentes que participaron en las jornadas institucionales planteadas por el propio CFE.
Ahora bien, para lograr unificar la lucha en pos de objetivos comunes tenemos todavía una organización estudiantil frágil a nivel nacional. Por un lado, el 15 de agosto emergió, impulsada desde el Centro de Estudiantes del IPA (Ceipa), una coordinación que en un principio era de cara a la propia lucha presupuestal y que ha oficiado de dinamizadora de este movimiento, pero que no ha profundizado en su organización y sus perspectivas de futuro. Además, se suma la Federación de Estudiantes de Formación en Educación del Uruguay (Fefeu), que venía disminuida pero se presenta como un actor que también ha organizado durante diez años a centros del interior, además de que en un principio conforma la coordinación o algunos de sus centros forman parte y han participado en el conflicto.
En estas conjugaciones hay diversidad de historias; por ejemplo, el año que viene el Ceipa cumple 70 años y hace ya algunas décadas tiene tendencias autonómicas junto al centro de estudiantes de Magisterio. A su vez, en estas semanas han aparecido centros que tienen semanas de organización y se encuentran en interiores con contextos diferentes a los capitalinos.
Para lograr unificar la lucha en pos de objetivos comunes tenemos todavía una organización estudiantil frágil a nivel nacional.
Sumado a esto, no se puede desconocer la diversidad de tendencias que hay en el movimiento (anarquistas, socialistas, comunistas, independientes en general), que se presenta como una complejidad más a la hora de los acercamientos y construcciones entre las organizaciones, con el agregado de que muchos compañeros y compañeras a lo largo y ancho del país recién están armando sus trayectos militantes gracias a este conflicto.
Hoy, pasando raya a lo transcurrido, una de las cuestiones centrales que el movimiento estudiantil de formación en educación se debe plantear es si realmente quiere una Universidad de la Educación autónoma y cogobernada. Porque si realmente ese es el camino, es imperiosa la construcción de una herramienta unitaria que tal vez no sea ni la coordinación ni la Fefeu, sino una síntesis del proceso.
Hace varias décadas, grandes sindicalistas dejaron atrás visiones sectarias, desacuerdos personales y reductos de poder para crear una central única como la CNT, que luego de la dictadura continuó como PIT-CNT. Se inició un camino que, como señalaba el sindicato de Funsa, planteaba la unidad como “la mejor garantía para que las luchas terminen en triunfo”. Es por ello que este momento de lucha y de efervescencia tiene que servir para recuperar esta tradición unitaria, que no es para hoy sino para la victoria del mañana.
Sin organización para la lucha no va a haber gobierno que nos regale nada, y eso lo podemos comprobar en los intentos infructuosos de llevar adelante el proyecto de la Universidad de la Educación, que necesitaba mayorías especiales. Estar a la altura de la historia en estos días a partir de la unidad de acción que hemos construido y de la plataforma común es ir hacia la construcción de una herramienta única de formación en educación. Ahí estará la victoria de nuestra Universidad.
Maximiliano Santos es militante estudiantil de formación en educación y secretario de Movimientos Sociales de la Juventud Socialista del Uruguay.