A poco más de un año de las elecciones internas y algunos meses más para las elecciones nacionales, debemos decirlo muy claro: no hay nada más importante que la victoria.
El esfuerzo de todas y todos debe concentrarse para que el último domingo de octubre de 2024 exista una cantidad inmensa de votos que evite la continuidad del herrerismo en los siguientes cinco años. Y digo herrerismo porque esa es la concepción que hoy gobierna, en tanto los otros grupos de la coalición multicolor son su furgón de cola.
Esto lo saben todos los batllistas de ley, los blancos wilsonistas, los nacionalistas progresistas y gente independiente, que ya no quieren hacer más seguidismo. Por ello, el Frente Amplio tiene que presentarse como una alternativa muy potente y convincente para alzarse con la victoria.
Debemos hacerlo todo bien, ya que la elección no está ganada y un error nos puede costar el triunfo en octubre de 2024. En ese sentido, hay algunas cosas a las que debemos ponerles especial atención para lograr ese triunfo.
- Hay que tener un programa transformador, que enamore, osado y al mismo tiempo realista, ya que de ninguna manera se debe prometer algo que no estemos en condiciones de cumplir.
- Tiene que quedar muy claro para la población que los aspectos más regresivos e injustos de la reforma de la seguridad social recientemente aprobada serán quitados ni bien se asuma el gobierno. Mediante un diálogo nacional podemos implementar una reforma realmente humanista, que ponga a los trabajadores y jubilados en el centro.
- La misma noche de la elección interna tiene que estar la fórmula presidencial del Frente Amplio. Debe ser paritaria, integrada por un hombre y una mujer o una mujer y un hombre, representativos ambos del conjunto de la sociedad uruguaya. Desde ese mismo momento, la fórmula será la fórmula de todos y de ahí hasta la victoria no habrá un día de descanso.
- La elección interna en el Frente Amplio tiene que ser simple, sin especulaciones. No puede haber ninguna turbulencia en ella y, por lo tanto, la competencia tiene que ser entre las dos candidaturas naturales y al mismo tiempo más potentes que tenemos: Carolina Cosse y Yamandú Orsi, intendenta de Montevideo e intendente de Canelones, respectivamente. Los dos gobiernan los departamentos de mayor magnitud electoral. No hay lugar o espacio en esta elección para que se distraiga a la gente y al pueblo frenteamplista con otras propuestas. Y será el propio pueblo frenteamplista quien defina el orden, quién irá en primer lugar y quién acompañará en la fórmula, para que la misma noche de la elección interna no haya ninguna duda. Quien gane será quien encabece la fórmula, y quien quede en segundo lugar irá por la vicepresidencia. Esto tiene que estar absolutamente claro. Y debe hacerse con absoluto altruismo y generosidad, de parte de todas y todos, hacia el triunfo de octubre.
- No hay que dramatizar la elección interna ni su resultado. La elección debe hacerse con fraternidad, sobre todo de parte de ambas precandidaturas presidenciales, ya que esa será la fórmula de la victoria en el orden que resulte. Por eso, tampoco debe estigmatizarse a nadie, aquí no hay un problema de principios. Debe ser simplemente una elección para establecer el orden de la fórmula, con apoyos equilibrados, representativos de lo que es el Frente Amplio y sus múltiples expresiones. Los compañeros o compañeras que, legítimamente, pueden aspirar a representar al Frente Amplio algún día en esas responsabilidades deberían pensar hoy en el colectivo y no en sus expectativas personales. No puede haber lugar para estrategias parlamentarias o electorales individuales que nos distraigan de los esfuerzos para ganar la elección en octubre.
- Hay otras sensibilidades que no necesariamente se sienten frenteamplistas pero se reconocen progresistas. Y, sin duda, pueden no sentirse representados en el 100% por alguna de las dos precandidaturas. Eso es parte de la realidad que hay que reconocer. Por eso, ellas deben expresarse en toda su dimensión en la elección de octubre, con amplitud de listas tanto para Diputados como para Senadores. Necesitamos a cada progresista de nuestro país, primero, para lograr la victoria y, luego, para tener la unidad de acción necesaria en el Parlamento y hacer la mejor gestión de gobierno posible.
- En conclusión, cada quien debe aportar su granito de arena para la victoria. Por lo tanto, la amplitud que el Frente Amplio lleva en su propio nombre, marcada a fuego, más que nunca debe estar potenciada de cara al triunfo, de tal forma que hombres y mujeres progresistas, de todos los cintillos políticos, cada uno o una con su historia a cuestas, haya lo que haya votado en elecciones anteriores, puedan sentirse representados a través del programa, en esa fórmula, y luchen codo a codo con nosotros para que el herrerismo no gobierne nuestro país en el próximo periodo.
Esa Victoria –con mayúscula– surgirá del esfuerzo de todos los hombres y las mujeres progresistas de este país, pero no será solamente nuestro logro, sino el de todo el pueblo uruguayo. No lo olvidemos nunca. La victoria es por el porvenir y bienestar de la gente, de sus hijos e hijas, de sus nietos y nietas. Ese es el desafío. Está en nosotros lograrlo.
Rafael Michelini es dirigente del Nuevo Espacio, Frente Amplio.