Los espacios públicos de Montevideo, en los últimos 20 años, se han incrementado tanto en términos de unidades como en la cantidad de metros cuadrados disponibles. A su vez, se ha avanzado en su distribución en el territorio: están cada vez más descentralizados y geográficamente equilibrados, tendencialmente. Las prestaciones (juegos, bancos y demás) son de igual calidad en todos. Se acabó lo de las plazas lindas y bien mantenidas en barrios acomodados y, hacia el otro lado, espacios sin esmero de diseño y con equipamiento de segundo orden, mitigado.

Cuando yo era chico (tengo 65 años), las plazas eran placitas (tamaño muy mesurado) y pasaban más tiempo rotas que en buen estado. Las prestaciones actuales, las de los espacios públicos tanto antiguos como nuevos, son más diversas, con renovadas versiones de clásicos como las hamacas o directamente nuevos, como los chorros de agua donde los niños juegan y se refrescan en el verano.

Hay espacios que vienen desde los 90 e implicaron una gran transformación, como la recuperación de la ribera del arroyo Miguelete, que de un asentamiento con más de 600 hogares (2.400 personas) se convirtió en un hermoso parque lineal de dos tramos: el parque de Andalucía y el parque José Pedro Cardoso. Todo el parque transcurre entre las calles Aparicio Saravia y Millán, poco más de tres kilómetros. En el trayecto hay estaciones de juegos, cancha de fútbol 11 y lugares donde sentarse. También hay una senda para caminar y una bicisenda. El arroyo luce bastante limpio y sin el olor nauseabundo de hace unas décadas. Toda el área suma 240.000 metros cuadrados.

Los espacios públicos más tradicionales tuvieron un punto de inflexión en 2009, cuando se inauguró la plaza Liber Seregni. Ahí el concepto de plaza cambió, se modernizó, innovó, creció en la diversidad de ofertas y el tamaño del área total. Está ubicada en el encuentro de los barrios Cordón y Tres Cruces (calles Martín C Martínez, Daniel Muñoz, Joaquín Requena y Eduardo V Haedo). Esta obra se abrió paso en una zona de manzanas con edificaciones compactadas, sin “respiro”. El predio albergó un taller de la empresa de tranvías central y más adelante talleres de la Intendencia de Montevideo (IM). La superficie de este parque es de 16.000 metros cuadrados y cuenta con sectores definidos. Uno tiene vegetación de especies autóctonas y exóticas, una cascada y un estanque. Todo es muy generoso comparado con las anteriores plazas de barrio montevideanas, y no fue una excepción; por el contrario, anticipó lo que vendría después para toda la ciudad.

El entorno del Antel Arena, con un área muy amplia, alberga una gran diversidad de ofertas e incluye además un anfiteatro llamado Washington Canario Luna, que fue hecho de nuevo y es gestionado a través de la Asociación Civil Barrio y Cultura. Aquí se puede constatar otra novedad: la asociación de espacios públicos con otras actividades.

En el barrio Villa Española se encuentra el Espacio Modelo. En su origen, desde 1937, fue un centro de comercialización de frutas y verduras mayorista. La característica más destacable y exclusiva de este espacio público es que está techado y puesto a nuevo, con claraboyas y lucernarios que brindan luz natural. También llama la atención el tamaño: 14.000 metros cuadrados (sólo 2.000 menos que la plaza Seregni) en los que se apoyan 370 macetones (pálets botánicos) de base cuadrada de 1,20 de lado y unos 0,70 de altura. Dentro hay 2.300 plantas tipo jardín, que “ablandan” la arquitectura. La naturaleza está muy presente, en excelente estado. Además de los juegos, tiene una cantina y un conjunto de habitaciones donde hacer talleres, cursos, reuniones. Muy importante es la entrega de 12 terrenos lindantes a cuatro federaciones de cooperativas de vivienda: Covipro, Fucvam, Fecovi y PVS (Plan de Vivienda Sindical). Allí habitarán 300 familias, con lo que se puede decir que surgirá un nuevo barrio que desde ya cuenta con su espacio público.

Entre los barrios Goes y Aguada, concretamente entre Agraciada, General Aguilar y General Luna, está la plaza Espacio Las Pioneras. Implantada a partir de los restos de un galpón de una empresa de tranvías, hoy luce a cielo abierto, con la destacada presencia de las cerchas de hierro originales, que generan un esqueleto. También llama la atención un gran muro espejado de unos 500 metros cuadrados (creo que es algo único para Montevideo, un hallazgo de intervención). Rodea las otras paredes material ferruginoso, que son las chapas del techo reutilizadas. La superficie es de casi 5.000 metros cuadrados.

Pero no es una plaza; a lo sumo, una pista de patín sin intención de tal. No hay asientos ni juegos. Sólo lo mencionado y pavimento. Allí se plasmó una mirada arquitectónica de espaldas a los usos comunitarios propios de los espacios públicos, sin empatía con lo que habita en la mente y el corazón de los vecinos y sus necesidades. Una plaza con vocación de servicio es tal si posee al menos un grupo de asientos, y más definida aún si hay juegos y servicios para distintas edades y posibilidades físicas y de otro tipo. Aquí no hay nada. En una página web de la IM se define el programa de la siguiente manera: “Es un espacio que pretende dejar lugar a que usuarias y usuarios le den forma, que se aleja de las prefiguraciones que se tienen sobre una plaza pública para abrirse hacia otras modalidades de habitar el espacio común”. Un divague, una pérdida de oportunidad para nosotros, los vecinos. Un acto de deslumbramiento para una pequeña minoría radicalizada. Hay tiempo para intervenirla y dotarla de lo básico: asientos y juegos. Espacio Las Pioneras se inauguró en 2020.

En el barrio Palermo, en Minas y La Cumparsita –como referencia–, hay dos canchas de baby fútbol con iluminación nocturna. En continuidad, existe una plaza. Además, en Morales y La Cumparsita, plaza Alemania, junto al edificio del mismo nombre, existe un lugar donde estar, con asientos de hormigón. Dispone de un espejo de agua y un pensado y cuidado enjardinado. En total cuenta con 800 metros cuadrados (este caso se cita para ilustrar la diversidad de acciones).

Los espacios públicos de Montevideo, en los últimos 20 años, se han incrementado tanto en términos de unidades como en la cantidad de metros cuadrados disponibles. A su vez, se ha avanzado en su distribución en el territorio y enriquecido las oportunidades de juegos y demás.

En Peñarol, en el encuentro de la avenida Aparicio Saravia con la avenida Sayago y la calle Shakespeare, hay un espacio de unos 5.000 metros cuadrados, con equipamiento muy variado. Además, se recuperaron los dos cottages donde residían los jefes ingleses de los talleres ferroviarios y también el edificio de la estación de trenes y su entorno. Ofrece actividades educativas y culturales en edificaciones que son monumento nacional. Todo en una cuadra. Este espacio público se inauguró por etapas: la primera en 2009 y la segunda en 2016. Fundamentalmente dentro de los bienes patrimoniales del espacio mencionado se dan las siguientes prestaciones: CAIF, club de niños, jardín de infantes, escuela de doble turno, una radio comunitaria, espacio para ofertas culturales y sociales llamado Centro de Barrio, sala de teatro (320 butacas), biblioteca municipal, Centro de Lenguas de la Administración Nacional de Educación Pública (portugués, italiano, francés), museo ferroviario. El conjunto histórico se construyó entre 1891 y 1907 e incluye la estación, las casas del personal de jerarquía, las de los obreros, el inmenso taller de cuatro hectáreas, lo que fue el lugar de esparcimiento llamado Centro Artesano y la sala de teatro. En 2010 fue presentado a la Unesco como candidato a Patrimonio de la Humanidad. Se desconoce el resultado de esta acción; creo que “a las ilusiones se las llevó el remate”.

La plaza Casavalle, en Aparicio Saravia esquina José Martirené, frente a la Seccional 17ª (un hallazgo en seguridad y prevención de vandalismo), tiene las dimensiones de una manzana promedio. Como otras plazas, se encuentra enclavada en una zona con población de bajos recursos y alta vulnerabilidad en relación con la violencia y condiciones sociales como empleo, educación, vivienda, consumo problemático de drogas, narcotráfico. En la zona hay otro servicio público de mayor envergadura: el complejo Sacude (salud, cultura, deporte), con un espacio integrado a servicios tales como policlínica y donde se ofrecen cursos, talleres y espacios para reuniones sobre temas comunitarios. La variada programación al servicio de vecinos y vecinas incluye, entre muchas otras actividades, muralismo, musculación, telas, acrobacia y gimnasia. En total son 10.700 metros cuadrados que contienen un gimnasio cerrado, vestuarios, policlínica, un teatro para 500 espectadores y anfiteatro para 200. Sacude no es una plaza; es el proyecto público en el territorio con más servicios de todo Montevideo, el más ambicioso. La gestión es compartida a través de un consejo integrado por personal de la IM y vecinos electos por votación. El espacio se inauguró en 2010 y cuenta con su propio sitio web: www.sacude.org.

Barrio Cauceglia –las referencias son el arroyo Pantanoso, la ruta 1 de acceso a Montevideo y la avenida Santín Carlos Rossi– cuenta con distintos servicios y un escenario al aire libre. Gracias a su altura, el espacio funciona como balcón del barrio hacia la bahía de Montevideo. Como en otros espacios públicos aquí citados, la propuesta se enmarca en un plan de revalorización, con el realojo de familias que habitaban en asentamientos –142 hasta ahora, de un total de 299–, llegada del saneamiento, vialidad, agua potable, iluminación, forestación. Tiene una superficie de 4.700 metros cuadrados y fue inaugurado en 2024.

La rambla de Montevideo, con sus 22 kilómetros entre la escollera de Ciudad Vieja y Carrasco, además de cumplir su función de contención de las playas, es el gran espacio público en verano. Se inauguró recientemente la recuperación del Paseo de los Pescadores, circulación por delante de los clubes de pesca, hacia el Río de la Plata, en el Parque Rodó. Ahora se puede estar en la rambla sin el sonido del tránsito. Lo anterior era lamentable: un camino como para lastimarse. Tiene una longitud de 340 metros.

En Santiago Vázquez hay una plaza con lugar de estar y juegos variados, más una escuela de canotaje. Se destaca el novel mirador, de 15,5 metros de altura, realizado a partir de un antiguo tanque de agua de OSE. En el área de la intervención había un basural y hoy se cuenta con diversas ofertas de esparcimiento. Cuenta con una superficie de 450 metros cuadrados de plaza, más 600 de parque, con zona de pícnic. Fue inaugurado en 2024.

En Malvín Norte se ubica la plaza Manila, en las calles José de Espronceda y Emilio Boix y Merino. Tiene bancos y juegos. Antes el lugar era un descampado. Cuenta con una superficie de 3.100 metros cuadrados con accesibilidad universal y fue inaugurada en 2020. También en las inmediaciones (Larravide, Isla de Gaspar y rambla Euskal Erria) se ubica el parque Idea Vilariño, donde se emplazó una escultura en homenaje a la poeta. Antes de la intervención existía en el lugar un asentamiento habitado por 2.000 personas, con basurero y el suelo contaminado de plomo y otros minerales. Fue inaugurado en 2021 y tiene una superficie de 2.500 metros cuadrados de espacio público. El área total recuperada fue de siete hectáreas (70.000 metros cuadrados).

En Villa Dolores están el Parque de la Amistad (Rivera y Alejo Rossell y Rius) y el nuevo zoológico, donde se dejó de lado la práctica victoriana (que se extendió entre los siglos XIX y XX) de albergar y exponer animales. El conjunto no es un espacio de periferia, sino de centralidad, pero se incorpora en este repaso por lo novedoso y valioso que se hizo en un recinto que durante décadas no encontraba el norte. El Parque de la Amistad - Zoo se propone integrar a personas con todo tipo de discapacidad (visuales, auditivas, de desplazamiento y otras), con opciones orientadas a ello en caminería, juegos, bancos, jardines. Entre los juegos se destacan como novedad un colorido laberinto, una cancha de bochas oficial y esculturas, clásicas de inspiración romántica y la contemporánea que representa a Ana Frank, además del infaltable José Artigas y Yuri Gagarin, primer cosmonauta humano. Hay un pabellón cerrado multiuso y un anfiteatro. El espacio también incluye un renovado planetario, con una programación muy atractiva y bien llevada. Los muros que separaban el interior del exterior fueron sustituidos por rejas, con lo que se logra integración entre parque y barrio. El conjunto de obras reformado fue inaugurado en etapas, una en 2015 y otra en 2020.

En Colón está el Espacio Polideportivo; además de los servicios al aire libre, cuenta con un gimnasio. Dentro de la misma zona se encuentra la plaza 12 de Octubre, a la que se suma el Teatro de Verano Colón, en el monte de la Francesa, con programación en carnaval y artes escénicas en buena parte del año. Incluye juegos de espacios públicos y talleres de teatro, murga, maquillaje artístico y varios más. Cuenta con estacionamiento. La sociedad civil Monte de la Francesa es la que gestiona, en convenio con el Municipio G y la IM.

La plaza Alba Roballo está ubicada en Pablo Blanco Acevedo, entre Florencia y Felisberto Hernández (a dos cuadras de Aparicio Saravia y Caviglia), kilómetro 12 de camino Maldonado. Tiene juegos, además de una cancha de rugby, deporte que practican también mujeres. Cuenta con anfiteatro, baños y un espacio cerrado donde se brindan servicios tales como cocina comunitaria, carpintería y otros. Antes de la intervención, hubo en el lugar un basurero endémico durante 37 años. El espacio cuenta con guardaparques. La superficie total recuperada fue de 20.000 metros cuadrados y fue inaugurada en 2015.

En Capurro está el Parque Capurro, en la ruta nacional Dr. Hugo Batalla, Juan M Gutiérrez y Capurro. El parque cuenta con un lugar donde estar y juegos. Ofrece talleres de danza, teatro, música, dibujo, pintura y 15 más, así como una hermosa vista de la bahía, hacia donde se pone el sol. El espacio estuvo semiabandonado y sin servicios durante medio siglo, hasta la inauguración de esta obra, en 2019. Tiene una superficie de unos 5.000 metros cuadrados.

Hasta aquí un reducido muestrario de algunos espacios públicos de Montevideo, en cierta medida enfocado en los que se ubican en o hacia la periferia, recuperados tras haber sido baldíos, basurales y lugares de asentamientos. El desarrollo de superficies públicas es el resultado de solicitudes de los vecinos, presupuestos participativos, iniciativas de la IM y los municipios, así como, en algún caso, obra del gobierno central.

La intención de estas notas sinceramente busca dar cuenta de algo que creo que no se trata en conjunto (y, si se hace, solicito disculpas, yo no conozco). Sería bueno disponer de un catálogo con todos, ya que son muchos más, de distintas escalas. Junto con ellos disponer de datos tales como costo promedio de espacio público en Montevideo y unos cuantos más.

Manuel Esmoris (Montevideo, 1959) tiene un máster en Gestión Cultural por la Universidad de Barcelona y fue presidente de la Comisión de Patrimonio.