Mi abuelo materno, Zoilo Viñoly, era ferroviario. No conocemos exactamente qué tareas desempeñaba en el ferrocarril, pero sí sabemos que por las mañanas caminaba las diez cuadras que separaban su casa de la estación de trenes de Las Piedras para ir a trabajar a Montevideo. ¿Empleado de AFE, gerenciada por Senén Rodríguez, o de la empresa Central Uruguay Railway (CUR)? A ciencia cierta, tampoco lo sabemos, pero, en la foto, aparece él con sus compañeros de trabajo. Doble conexión de Zoilo con la estación: ser ferroviario y utilizar el tren para llegar al trabajo.

El Museo de la Cultura Ferroviaria, de la Intendencia de Canelones, tiene en su muro de Facebook una significativa leyenda: “Ser ferrocarrilero no tiene fecha de vencimiento ni de caducidad. El hombre ferrocarrilero nació, creció y se formó para llevar a cabo esta profesión, y por más que se jubile, renuncie o lo despidan, nunca dejará de serlo”. Zoilo Viñoly fue ferrocarrilero toda su vida. 60 años después, uno de sus nietos viajaba a Montevideo en tren para asistir a clases de preparatorio en el IAVA. El tren lo llevaba desde la estación de Las Piedras a la estación Artigas en Montevideo, y el trolley 64 completaba el viaje.

Javier Gomá (2018) dice que cultura es “el conjunto de creencias y costumbres, decantadas históricamente y estructuradas en marcos interpretativos, que comparten los miembros de una misma comunidad”. Muchas costumbres y recuerdos compartidos vinculan a los pedrenses con la estación. ¿Es esto patrimonio? “Consideramos patrimonio cultural todo aquello que juzgamos digno de conservación por motivos no utilitarios” (Prats y Santana, 2005). Cuando cuento historias familiares relacionadas con ese mojón histórico que es la estación de trenes de Las Piedras, estoy hablando de patrimonio cultural. Por su rol en el desarrollo del ferrocarril como nexo de la población de Las Piedras con Montevideo, la terminal de trenes de Las Piedras es patrimonio cultural social inmaterial.

A fines del siglo XIX, el ferrocarril fue una fuerza cohesiva que modernizó las cadenas de producción y comercialización, así como toda la sociedad uruguaya. El comercio y las autoridades estatales seguían las locomotoras y los pueblos se fundaban detrás de ellas. La red ferroviaria fue iniciada en 1866 por la empresa nacional Ferrocarril Central del Uruguay (FCU), pero, debido a problemas financieros, esta empresa fue absorbida por la casa Waring Brothers, de capitales británicos. El ferrocarril pasó a ser propiedad de la CUR hasta fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando volvió al Estado como pago de las deudas de Reino Unido con nuestro país.

En 1868, la CUR comenzó, en Paso Molino, la construcción de la vía central para unir el país del sur con el del norte. El primer trecho fue de 18 kilómetros entre la estación Bella Vista de Montevideo y la ciudad de Las Piedras en Canelones. La inauguración de la Estación Piedras, como inicialmente se llamó, la primera fuera de Montevideo, fue un gran acontecimiento. El 1° de enero de 1869, una multitud, junto con los batallones de artillería, guardia nacional y policía, se dio cita en Bella Vista. El segundo tramo unió, recién en 1872, Las Piedras con la ciudad de Canelones (AFE, 2025). Por su rol en el desarrollo del ferrocarril, la terminal de trenes de Las Piedras es patrimonio cultural ferroviario material.

La terminal de trenes de Las Piedras está integrada por el edificio de la estación, una caseta de control de trenes –hoy desarmada– y las vías y plataformas. Los edificios de estación que se construían en el país presentan variaciones, pero en ellos predominaba la generación lineal impuesta por el tendido de las vías y la forma de acceso a los vagones (AFE, 2025). La arquitectura de la estación Las Piedras tiene facilidades para administración y atención del público y habitaciones para residencia del jefe de estación y es de techo a dos aguas. La antigua estación no es arquitectónicamente excepcional, pero se está frente a “una oportunidad para ponerla en valor, ya sea restaurándola o refaccionándola” (Esmoris, 2024).

El Municipio de Las Piedras recientemente ha protegido del vandalismo a la Estación. Como sociedad, ¿qué estamos haciendo frente a la erosión de este patrimonio cultural?

Recientemente, la vía férrea central ha sido reconstruida y su pasaje por Las Piedras es una trinchera subterránea con una nueva estación. Por encima queda la vieja estación, que, en desuso y abandonada durante años, se deteriora rápidamente. La Junta Departamental de Canelones la declaró monumento departamental. Desde 2007 está protegida con medidas cautelares por la Intendencia de Canelones. Para Esmoris (2024), la salvaguarda de las estaciones “es una tarea propia de instituciones locales; esto quiere decir que los municipios son los responsables idóneos de la gestión cotidiana”. El Municipio de Las Piedras recientemente ha protegido del vandalismo a la estación. Como sociedad, ¿qué estamos haciendo frente a la erosión de este patrimonio cultural?

Eric Hobsbawm (1998) afirma que “la revolución industrial fue probablemente el acontecimiento más importante de la historia del mundo desde la invención de la agricultura y las ciudades, hace 7.000 años. La locomotora lanzando al viento sus penachos de humo a través de países y continentes, los terraplenes y túneles, los puentes y estaciones formaban un colosal conjunto. El ferrocarril constituía el gran triunfo del hombre por medio de la técnica”. Esmoris (2024) propone poner en valor “rasgos de identidad propios y el pasado local y presentar un relato cultural” sobre las estaciones del ferrocarril. “Un relato de una parte de la revolución industrial, del ferrocarril en Uruguay y del desarrollo histórico de la localidad, incluido no sólo lo ferroviario, sino también todo aquello que los distingue como pueblo o ciudad”.

Con esa orientación, hace muy poco formulamos un proyecto titulado “Conectando patrimonios: espacio cultural de la vía férrea de Las Piedras” en el que proponíamos la restauración de la terminal de trenes –patrimonio cultural ferroviario– y su asociación con el Centro Cultural Miguel Ángel Pareja –patrimonio cultural artístico–, que ocupa parte del mismo padrón. El Espacio Cultural Vía Férrea de Las Piedras, ubicado entre las avenidas Artigas e Instrucciones del Año XIII, uniría el Centro Cultural Miguel Ángel Pareja, incluyendo el museo Pareja y el Jardín Canario de Esculturas, con la estación de Las Piedras, la que se transformaría en museo e incluiría el área exterior pública –antiguos andenes y plataformas– que circunda a ambos inmuebles. La gestión estaría en manos de una institución de carácter público-privada, una sinergia con financiación, gestión y responsabilidades compartidas entre la Asociación Civil Centro Cultural Miguel Ángel Pareja, el gobierno de Canelones –Dirección General de Cultura y Dirección de Patrimonio– y el Municipio de Las Piedras.

El proyecto fue presentado a una convocatoria del Fondo del Embajador para la Preservación Cultural de la embajada de Estados Unidos. Lamentablemente, el embajador no lo consideró digno de financiamiento y se desaprovechó la oportunidad de contribuir a la preservación de dos patrimonios socioculturales: uno ferroviario y otro artístico. Seguiremos insistiendo, porque “proteger estas estaciones es un acto de equidad, de orgullo, de mantener una herencia como corresponde, tanto para los habitantes de cada localidad como para todo el Uruguay y los visitantes extranjeros” (Esmoris, 2024).

El libro El camino de hierro. La historia del ferrocarril en el Uruguay relata, en dos volúmenes de reciente publicación, los orígenes y desarrollo del ferrocarril así como su influencia en la vida social, económica y cultural de los uruguayos. Cierro esta nota haciendo mías las palabras de su autora, María Nela Seijas: “Mi objetivo fue poner en valor el ferrocarril, destacar su amplio impacto patrimonial y su contribución fundamental a construir la sociedad que somos actualmente. Esta (nota) fue un homenaje a mi abuelo”.

Mario Pareja es ingeniero agrónomo y secretario ejecutivo del Centro Cultural Miguel Ángel Pareja.