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Am Recalde

Pekín. Foto: Wu Hong, Efe
Fuera de sección

Aire pequinés

El edificio de enfrente es una gran sombra en el paisaje opaco de la ventana. De mañana, seres tenues lo atraviesan por un pasillo que se extiende de punta a punta de cada piso. Son poco más de las 8 am. La semana de fin de año, de fuegos artificiales constantes, imágenes de primates y millones de linternas de papel rojo adornando la ciudad, llegó a su fin. Fueron tantas las explosiones que la ciudad parecía querer volar por el aire. Las sombras caminan rápido, se transportan a través de los vidrios cuadriculados, cubiertos por décadas de hollín, la pintura descascarada del lado de afuera, la visibilidad cada vez menor a medida que el día avanza y el sol se vuelve un globo mustio colgando del cielo.