En 1994, el reclamo por el derecho al asilo de tres vascos acusados de terroristas derivó en una de las más feroces y descarnadas represiones policiales de nuestra historia
Hace 25 años los jóvenes coreaban y saltaban en bailes, festicholas y boliches al compás de una canción que la Bersuit Vergarabat catapultó al éxito. Cualquier cuarencincuentón que se precie recordará “Señor Cobranza”, el hit de Libertinaje, el primer disco de la banda. Era 1998 y la Argentina ya estaba por saltar en pedazos porque había llegado la hora de pagar la cuenta de una década de menemismo. La canción, sin embargo, había sido compuesta en 1994 por Hernán de Vega, el Cabra, para su banda, Las Manos de Filippi, y se había convertido en la puteada atragantada que millones escupirían al final de aquellos años empezados con la promesa de entrar al primer mundo y que terminarían a balazos, entre el hambre, la corrupción y la miseria.