Cultura
Sangrar en la página
Hay quienes piensan o podrían considerar que los talleres literarios constituyen una amenaza para la supuesta salud de la literatura, en tanto fábrica de escrituras homogéneas. Algunos lo consideran un espacio idóneo para sociabilizar y hasta para buscar pareja, y hay quienes lo vivencian como una experiencia mecánica, es decir, un lugar donde ajustar y desajustar enunciados, donde modificar el texto cual máquina. Podría pensarse, siendo audaz, que los talleres literarios tienen algunas similitudes con una terapia psicoanalítica: alguien asiste semanalmente, paga el costo de la sesión, y contingentemente encuentra lo que fue a buscar, aunque vale señalar que antes puede atravesarse un sendero de sufrimiento, goce, reflexión y palabras, muchas palabras.