El martes, camino al cementerio de Modi'in, miles de israelíes acompañaban los cuerpos de los tres jóvenes secuestrados y asesinados. Más tarde, al llegar a la plaza Zion, grupos de decenas de personas, en su mayoría jóvenes, cargaban pancartas y cantaban "muerte a los árabes" mientras marchaban camino a la ciudad vieja de Jerusalén. No era una manifestación, eran grupos de personas que coreaban sin cesar, una y otra vez, esas palabras cargadas de odio. Unos entraban en negocios, buscando trabajadores palestinos, otros simplemente no paraban de cantar. Me llené de preocupación y de dolor. En las calles de Jerusalén las masas pedían venganza, querían revancha. Daba miedo.
4 de julio de 2014