Desde hace tiempo el Mercosur arrastra dos cuestiones sobre las que no lograba consenso ni definiciones entre los socios: la rebaja del arancel externo común (AEC), esto es la tasa que se cobra a las importaciones desde fuera; y la flexibilización normativa, donde Uruguay defiende la posición de permitir negociar de forma individual acuerdos comerciales con terceros. Si bien el gobierno uruguayo planteó esto como temas atados, el viernes hubo un encuentro entre los cancilleres de Argentina y Brasil, Santiago Cafiero y Carlos França, donde se anunció el acuerdo entre los socios más grandes del bloque para reducir 10% el AEC.

Se trata de una propuesta bastante menos ambiciosa que la original de Brasil y su ministro de Economía, Paulo Guedes, que pretendía una baja de 50% del AEC. Si uno de los vecinos cedió con respecto al tema, también lo hizo el otro, ya que Argentina rechazó desde el inicio avanzar en los dos temas a resolver por el Mercosur, chocando con Uruguay y Brasil, pero con la llegada de Cafiero —que asumió a mitad de setiembre en reemplazo de Felipe Solá— ya resolvió uno de ellos, dentro de un plan de bajar tensiones con el gobierno brasileño.

“La reducción del AEC era un pedido de Brasil desde hace tiempo. Frente a las dos grandes modificaciones del Mercosur resistidas por Argentina, termina cediendo en la rebaja del AEC y esto Uruguay lo mira de forma ambigua porque otra vez Argentina y Brasil se reúnen para decidir por todos. No por obvio deja de chocar este mecanismo de que el consenso termina siendo bilateral”, analizó en diálogo con la diaria el especialista en comercio exterior Marcos Soto, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica.

Explicó que la rebaja de la tasa para los productos extra zona, en un bloque que tiene “de los aranceles más elevados del mundo”, es una medida en la dirección “correcta”, pero lo que “preocupa” desde la visión de Uruguay son las formas, así como la posibilidad de “perder una moneda de cambio” a la hora de negociar acuerdos con terceros y que esto termina de echar por tierra una eventual alianza con Brasil a la interna del Mercosur. Según Soto, de todas formas esa visión conjunta que planteó el gobierno uruguayo estaba más alineada con la postura individual de Guedes que con la Cancillería brasileña o el gobierno de Bolsonaro.

El diario brasileño Folha tituló la noticia del acuerdo entre Argentina y Brasil por el AEC con el agregado de que esto es “una derrota” para Guedes: “El ministro [de Economía] intentó conseguir ambiciosos recortes del AEC en dos ocasiones, sin éxito”.

“Al inicio del gobierno, Guedes intentó llevar a cabo un ambicioso recorte de aranceles del 50%, pero tuvo que dar marcha atrás ante la reacción de la industria brasileña. Economía asumió entonces una nueva propuesta, una reducción del 20% en dos etapas hasta finales de este año. Pero esta posibilidad también fue rechazada por los argentinos durante la última cumbre del Mercosur. Con eso, Guedes tuvo que aceptar un recorte más tímido y cuyas negociaciones se centraron en Itamaraty [la Cancillería brasileña]”, reportó Folha.

El medio brasileño también informó que Guedes se negó a participar de un almuerzo en Itamaraty como recepción para la delegación argentina, y dijo que la rebaja de 10% debe ser “un movimiento inicial”. Dentro de la agenda de Cafiero y el equipo del gobierno argentino que viajó a Brasilia, se incluyó una reunión privada con el ministro de Economía, así como contactos por asuntos de cooperación en infraestructura y temas energéticos.

“No es casual” el movimiento de Argentina

El presidente Luis Lacalle Pou fue consultado por la novedad surgida de la reunión entre los cancilleres de los países vecinos, y ratificó la posición de que para Uruguay se trata de negociaciones conjuntas la rebaja del AEC y la flexibilización. “Lo que hemos dicho más de una vez en reuniones bilaterales o del Mercosur es que al mismo tiempo que la baja del arancel externo común debería presentarse la flexibilización del bloque. Nosotros tenemos claro que es de la mano: las dos cosas al mismo tiempo”, declaró.

En el comunicado conjunto emitido por Brasil y Argentina, no hay referencia a la propuesta de flexibilización normativa, y se planteó “la importancia de trabajar en la complementariedad entre la agenda interna y externa del bloque con el objeto de profundizar la integración como una oportunidad colectiva de enfrentar desafíos globales”.

Para Soto, “no es casual” que Cafiero a los pocos días de asumir “vaya a Brasil con esta idea de ceder sobre el AEC”. En ese sentido, indicó: “Fue una jugada interesante de Argentina, que creo se estaba viendo aislada en el bloque y quedando en minoría. Este espaldarazo termina por sellar el diálogo entre las principales economías del bloque”.

Respecto a la postura de Brasil, Soto indicó que desde el comienzo priorizó la rebaja del AEC por sobre la flexibilización, porque un menor arancel lo favorece para “hacerse de productos más baratos, insumos para la industria local”. Esta propuesta tiene mayor consenso hacia la interna del país, entre ellos el fuerte sector industrial, que la posibilidad de una apertura económica del bloque.

“El Mercosur está donde está Brasil”

Para Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, lo ocurrido el viernes era “esperable” y responde a la “intención de bajar tensiones a la relación entre Brasil y Argentina”. Dijo que en su evaluación no sale desfavorecida la posición de Guedes, porque se acordó una fórmula “flexible” para el AEC: “reducir un 10% para el 75% de los productos, pero que quien quiera lo reduzca para todos”. Esto sostuvo que permitirá a Brasil avanzar en su plan “más ambicioso” en “un contexto de cierta armonía con Argentina”.

Además, opinó que el gobierno brasileño “implícitamente” avala la posición de Uruguay de negociar con terceros y en particular con China. “En términos de apertura, las manifestaciones no son contrarias ni de veto, eso tiene un significado, mucho más que la rebaja del AEC”, subrayó.

La posición de Uruguay de atar ambas negociaciones dijo que fue “una señal política” debido al contexto del bloque, y no debe interpretarse como una derrota la resolución solo del asunto del arancel.

“La apertura comercial es algo que lentamente empieza a procesar Brasil, y Argentina no. Sí el nuevo canciller Cafiero adoptó una postura más razonable que Solá, que tenía una posición caprichosa. Ahora entiendo que acusaron recibo de que el Mercosur está donde está Brasil, y quien no está ahí no está, como les dijo Guedes”, sentenció Vaillant.