El expresidente José Mujica recibió este mediodía el Collar de la Orden del Libertador San Martín, la condecoración más importante que otorga el Estado argentino a funcionarios extranjeros destacados. En una ceremonia en Casa Rosada, en Buenos Aires, el presidente argentino explicó que la distinción fue otorgada en 2020, pero que no se había podido hacer la ceremonia por la pandemia.

Alberto Fernández destacó a Mujica como “un personaje emblemático” por su “compromiso, conducta, resiliencia” y su “capacidad para superar momentos adversos en favor del conjunto social uruguayo”. “Pepe es además, para los que amamos la política, un modelo de conducta: alguien capaz de nunca ceder a sus convicciones, pero no convertir sus convicciones en necedad”, agregó.

Enfatizó en el rol que tuvo tras el conflicto por la instalación de la pastera Botnia y el bloqueo de los puentes: “Es para los argentinos además un presidente singular de Uruguay, que fue capaz de volver a unir a ambos países en un momento en que nos mirábamos de reojo”, dijo el mandatario argentino.

Fernández sostuvo que Mujica “es un ejemplo de democracia; nadie como él puede expresar lo que se padece cuando falta”, y “su presidencia fue construida con puertas abiertas y puntos de encuentro”.

Añadió que Mujica es “un hombre inmenso que por ahí los uruguayos no se dieron cuenta, pero que es un emblema en todo el mundo de lo mejor de la política, por su conducta, ética, convicciones y compromiso siempre con los más humildes”.

“Argentinos, por favor, quiéranse un poco más”

Mujica, por su parte, dijo que el reconocimiento “no es para este viejo, es del pueblo argentino a mi pueblo”. “Estoy veterano, pero no quiero darle chance a la muerte. Ella vendrá a buscarme un día de estos, pero no le voy a facilitar el juego, porque, con todos sus avatares, la vida es hermosa y hay que tener conciencia de que se nos está yendo, que probablemente venimos de la nada y a la nada volvemos”, afirmó el expresidente y referente del Movimiento de Participación Popular (MPP). “No tengo ganas de morirme. Ninguna, porque me gusta el vino tinto y desconfío que del otro lado no voy a poder tomar vino tinto, y me gustan otras pequeñas grandes cosas”, bromeó.

Respecto de la relación entre ambos países dijo estar preocupado, ya que argentinos y uruguayos, dijo, “son algo más que hermanos” porque nacieron “de la misma placenta en un parto doloroso”. “Estoy preocupado por la relación de Argentina con Uruguay, porque soy viejo y aprendí alguna cosa. Cuando a Argentina le va bien, le va bien a Uruguay, y al revés también”, agregó.

A los argentinos les pidió que se quieran más: “Argentinos, por favor, quiéranse un poco más. Discrepen todo lo que quieran, pero construyan, luchen por un nosotros, que son parte vital de nuestra América Latina”.

También agradeció a Fernández, quien estaba acompañado por gran parte de su gabinete. Mujica lo definió como “un pastor de ovejas y conductor de un rebaño de leones, todo a la vez”, porque “le toca timonear el barco en tiempos muy difíciles”. “Pero quiero a la Argentina, quiero a América Latina, y estaré del lado permanente de aquellos que, con aciertos y errores, ponen toda la carne en la parrilla por un sueño de que en esta playa haya un poco más de justicia social y menos diferencias entre los iguales”, aseguró.

El canciller argentino, Santiago Cafiero, que es piloto profesional, había viajado a Montevideo en el helicóptero de la Presidencia para trasladar a Buenos Aires a Mujica y al embajador argentino en Uruguay, Alberto Iribarne.