El lunes a las 22.00 la Federación Ancap (Fancap) inició un paro total de 24 horas, que implica la detención de las operaciones de la refinería de La Teja. El sindicato solicitó sin éxito que se mantenga el convenio actual mientras se desarrolla la negociación colectiva, pero la empresa denunció la semana pasada el acuerdo que regía hasta el 31 de diciembre e hizo una propuesta transitoria, que desde el sindicato califican como “no garantista”.

Ancap denunció el convenio ante la Comisión de Asuntos Laborales (ámbito bipartito con Fancap) y comunicó la decisión ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Ministerio de Industria, Energía y Minería. El directorio argumentó que el sindicato no estaba cumpliendo con los puntos del acuerdo, entre ellos, la comunicación con antelación de medidas sindicales como los paros.

Fancap propuso continuar con el convenio para “salvaguardar las guardias gremiales” en el período de la negociación, pero como no hubo acuerdo con la administración se pasó a “un procedimiento de parada segura de los equipos para procurar detención de la refinería”, explicó la secretaria general del sindicato, Natalia Belo, quien calificó la medida gremial como excepcional, ya que desde 1973 no se había vuelto a concretar la suspensión de las actividades de la refinería.

Según explicó, “siempre que hemos hecho paro, la refinería nunca paró su operación por la guardia gremial que siempre cumplimos como sindicato”, que estaba prevista en el convenio marco que se actualizaba desde 1993. Recalcó que desde Fancap hubo intención “de encarar un diálogo”, pero, ante una posición “intransigente por parte del directorio”, “endurecieron” sus medidas. Belo cuestionó que las autoridades digan que se trata de una medida “irreflexiva” por parte del sindicato, cuando era “tan sencillo como mantener el principio de ultractividad, es decir, que se mantuviera el convenio anterior durante la negociación de un nuevo convenio”.

Este lunes se acordó con la empresa una “guardia gremial mínima” para mantener los servicios básicos de vapor, aire y agua, pero el resto de las unidades procederán a una “parada ordenada” de la planta para “asegurar el derecho a huelga”, dijo la sindicalista. Para la secretaria general, la medida se enmarca en una “defensa histórica que está haciendo el sindicato” y mencionó las acciones para mantener la actividad de las plantas de pórtland. “Pretenden deshacerse del negocio, de la soberanía, eliminar un montón de puestos de trabajo y ceder la riqueza de la piedra caliza a privados. Lamentablemente, no se está poniendo arriba de la mesa; el pueblo ya decidió en 2003 que quería Ancap estatal y pública”, expresó.

En tanto, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, cuestionó la medida llevada adelante por el sindicato y señaló que implica “un costo significativo en términos económicos, un riesgo operativo y riesgo de malfuncionamiento en la puesta en marcha”. A su juicio, “la medida tomada es muy grave y desmesurada”, dijo en diálogo con El País y afirmó que se buscó “acordar las guardias gremiales con el sindicato, pero no fue posible”.

El jerarca sostuvo que en los próximos días habrá una evaluación del impacto económico de la medida gremial y resaltó que “la parada de la refinería y la puesta en marcha son procesos muy delicados que llevan varias horas o incluso días”.