De cara al 11º Congreso Nacional del Movimiento de Participación Popular (MPP) que se realizará en marzo, ese sector político viene desarrollando una serie de actividades abiertas que sirvan de insumo a la discusión. El jueves en el Club Español se llevó a cabo una de esas instancias, centrada en el tema de la desigualdad y el sistema tributario. Participaron como oradores centrales los economistas Cecilia Parada y Carlos Grau, y el contador especialista en tributación Gustavo Viñales.

Parada comenzó advirtiendo que no es nada sencillo ponerse de acuerdo sobre qué es lo tolerable y justo en materia de desigualdad. Aclaró su posición personal: “La desigualdad es injusta, y por un tema ético es necesario implementar políticas para que se reduzca”. Por su parte, Grau enfatizó que los impuestos pueden ser una herramienta para reducir la desigualdad.

Parada señaló que desde la dictadura hubo un proceso de aumento de la desigualdad que se comenzó a revertir en 2008, cuando el índice de Gini empezó a bajar al mismo tiempo que la economía crecía. “Es posible que se produzca un crecimiento del producto y a su vez que se den políticas redistributivas”, destacó. Y remarcó que esta reducción de la desigualdad fue producto de políticas y no sólo del contexto internacional, porque “hay evidencia de que la caída de la desigualdad en Uruguay fue mayor que en otros países, por medidas que favorecieron desconcentrar el ingreso: reforma tributaria, Fonasa, pero sobre todo políticas vinculadas al mercado laboral” como el aumento del salario mínimo y los Consejos de Salarios.

La economista advirtió que salvo en el 20% de los hogares más pobres, donde el principal ingreso son las jubilaciones, en el restante 80% de los hogares los ingresos principales son los que provienen de los salarios. Incluso en el 10% más rico de la población, más de 80% de los ingresos son laborales.

Parada señaló que entre 2005 y 2014 crecieron todos los ingresos en Uruguay, pero crecieron más los salarios más bajos, y eso hizo que la desigualdad se achicara. En cambio, durante el actual gobierno, si bien la economía empieza a recuperarse tras la pandemia, no lo hacen los indicadores de pobreza y desigualdad. “No parece haber una tendencia de disminución de la pobreza, la recuperación de la economía no se ha traducido en los indicadores sociales. Lo mismo pasa con el salario real: hay caída en los últimos dos años”, indicó. Esto se traducirá en “mayor desigualdad, lo que va a dificultar mejorar los números de pobreza”, consideró la economista.

Una mirada nueva a los viejos tributos

De cara a eventuales reformas del sistema impositivo, los especialistas advirtieron que siempre es necesario considerar los factores culturales, el entorno social y las tendencias globales. Viñales apuntó que la imposición en Uruguay es de 26% del producto interno bruto (PIB), mientras que el promedio de América Latina es 22% y el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es 33%. Por lo tanto, consideró que hay margen para aumentar la imposición.

Grau y Viñales coincidieron en que es necesario tener una estructura concentrada de impuestos (pocos impuestos), lo que se logró con la reforma tributaria, y no “inventar otro y otro impuesto” siempre. En cambio, propusieron cambios en los tributos que ya existen.

En primer lugar, sugirieron cambios al IVA, que es un impuesto al consumo regresivo, en la medida en que en términos proporcionales afecta más a quienes tienen menos ingresos. Durante los gobiernos del Frente Amplio, en particular entre 2006 y 2019, cayó 15% la participación relativa de los impuestos al consumo y aumentó 15% la participación relativa de la renta personal. En cambio, durante el gobierno de Luis Lacalle Pou, con la suba del IVA en las compras con tarjetas, la participación del IVA en el conjunto de la estructura tributaria subió de 45,9% en 2019 a 47,5% en 2021.

Grau advirtió que la tasa básica del IVA y las exoneraciones también son regresivas, porque si bien en algunos casos se aplican a bienes de la canasta básica, “de los bienes exonerados de IVA, el 36% lo recibe el 10% de la población con mayores ingresos, y el 2,3% va a caer al 10% con menores ingresos”.

Viñales propuso ir hacia un IVA “digital” (por ejemplo, que lo pague una inmobiliaria que funciona en una plataforma digital al igual que la que tiene presencia física); eliminar las tasas mínimas y exoneraciones de IVA y avanzar hacia “un IVA más personalizado”: que todo el mundo pague una tasa unificada pero que se le devuelva el IVA en sus consumos básicos al 40% con menores ingresos de la población; y lograr que el sector agropecuario pase a tener un régimen general de IVA, ya que hoy está en un régimen especial (y “hay evasión e ineficiencias”).

En segundo lugar, propusieron cambios al Impuesto al Patrimonio, que “hoy es testimonial”, indicó Grau. Viñales coincidió en que “Uruguay debe mejorar su imposición patrimonial”. Advirtió que hoy en Uruguay no están gravados los activos en el exterior y “están perforados los activos en Uruguay” porque no están gravados los inmuebles agropecuarios en su gran mayoría, se grava a menos de 10% de las explotaciones en Uruguay. El Impuesto al Patrimonio hoy “no cumple el objetivo de control ni el objetivo de recaudación”, remarcó.

En tercer lugar, Viñales consideró que el IRPF a las rentas de capital se puede mejorar, ya que hoy no se gravan algunas rentas de capital en el exterior y sería viable hacerlo con el grado de intercambio de información que hay actualmente entre los países.

Por otra parte, Viñales mencionó otras tendencias mundiales en materia impositiva que deberán tenerse en cuenta, como el aumento de la imposición ambiental (los llamados “impuestos verdes”), la “imposición saludable” (al tabaco, a las bebidas alcohólicas, a las bebidas azucaradas, a alimentos con contenidos altos de grasas). Sobre estas dos tendencias advirtió que el tema es “complejo” porque se grava menos a los que tienen mayores ingresos y pueden acceder en mayor medida a esos productos, como por ejemplo a los autos híbridos y eléctricos.

Viñales también señaló como tendencia que “veníamos de un proceso de baja en la imposición empresarial, y hoy hay una tendencia a gravar con umbral mínimo a empresas con tasa de 15%”, así como a aplicar un impuesto global para las grandes empresas con altos ingresos en función de dónde tienen actividad en las economías.

Sobre el cierre de su exposición, Grau convocó a “poner la estructura tributaria al servicio de los más vulnerables”. “Algunos dicen que la política es el arte de lo posible; yo creo que la política es el arte de hacer posible mañana lo que hoy es imposible”, afirmó.